La vida de Antú Amigo Quintana cambió para siempre durante la Navidad de 2016, cuando a sus 9 años recibió un tablero de ajedrez como regalo de sus padres. Una pasión sin límites se desbordaría en el pequeño, ya que apenas dos meses después de recibir el obsequio se transformó en un rival insuperable para su padre.
«Desarrolló su habilidad muy rápido y de manera autodidacta», cuenta el padre de Antú, Juan Amigo. Tras darse cuenta de la pasión que significaba para el joven maipucino, Antú -por iniciativa propia- comenzó a jugar en torneos que se realizaban en la Plaza de Maipú hace algunos años de manera presencial, lo que despertó el interés de los clubes de la comuna y de la Federación Deportiva Nacional de Ajedrez Federado de Chile (AJEFECH).
A menos de un año de haber recibido el tablero en navidad, el niño representó a Chile en el Campeonato Mundial de Ajedrez realizado en Brasil, en la categoría sub 10, tras haber conseguido el primer lugar de la categoría en nuestro país. En dicho torneo quedó dentro los 50 ajedrecistas más destacados de la categoría, lo que el padre considera todo un logro, ya que las federaciones rusas, chinas o estadounidenses estaban mucho más preparadas y contaban con mayor infraestructura para sus ajedrecistas.
«Pese a que la federación de ajedrez chilena costea pasajes y estadía, esto es solo para Antú, por lo que yo me tengo que costear mis gastos. Esa vez fui solo con él a competir, mientras países como China, India o Rusia llegaban con una federación completa, acompañados por psicólogos y entrenadores. Nosotros estábamos ahí, solo los dos», cuenta Juan, quien evidenció en persona la abismal diferencia de presupuestos entre un país y otro.
Campeonato Nacional y financiamiento
La carrera de Antú ha ido en un ascenso que ilusiona. Tras competir en Brasil, su padre reconoce que el niño ha evolucionado para ser un mejor jugador. Es así como, ya con 12 años, se inscribió en el Campeonato Nacional en la categoría Sub20, donde lograría obtener el 6to lugar, desatando el orgullo de la familia, y demostrando sus notables condiciones una vez más.
El joven maipucino ha competido en casi todos los niveles: mundial, panamericano, sudamericano y nacional, logrando en cada una de las categorías resultados más que meritorios para su corta edad. «Esto ha sido fruto de su esfuerzo, ya que complementa las clases con los estudios de ajedrez, que según los expertos, podría ser considerada como una carrera universitaria», cuenta Juan.
Para obtener estos resultados el niño estudia entre 4 a 5 horas diarias, sumado a la guía de su maestro argentino, Jorge Rosito, quien lo dirige y entrena desde hace algunos años. Además de admirar a su entrenador, los ídolos del niño son Magnus Carlsen y José Raúl Capablanca.
Este esfuerzo por parte del menor, también repercute en la familia, según el padre, quien cuenta que esta exitosa carrera que comienza Antú, ha significado una carga económica importante. «Hacemos un gran sacrificio por él, pero a veces se nos complica la cosa», explica Juan, ya que las clases con el entrenador trasandino son un costo extra, además de los gastos del hogar y las cosas para Antú y sus dos hermanos.
Campeón Sub14
Este esfuerzo volvió a tener frutos, aunque esta vez cambiaron las piezas por el mouse, ya que el 19 de marzo se consagró como Campeón Nacional de Ajedrez de manera online, en una reñida definición por el título. «Estábamos caminando por las paredes de los nervios, porque estuvo gran parte de la competencia en segundo lugar, y cuando logró el primer puesto fue por medio punto de diferencia», cuenta entre risas el padre de Antú.
El torneo se desarrolló en dos etapas: tres instancias clasificatorias y tres finales, entre los días martes y jueves, donde finalmente participarían los 10 jóvenes ajedrecistas con mayor puntaje. Antú logró coronarse campeón con 8 de 9 puntos posibles, uno más que su principal persecutor. Ahora, el joven Antú tendrá la misión de representar a Chile a nivel internacional, nuevamente.
Además, al joven maipucino -junto al ajedrez- le apasiona el fútbol y recientemente el piano, además de ver series y compartir con sus amigos, los que frecuentemente son mayores a él. Juan cuenta que Antú «se devoró Gambito de Dama», una serie de Netflix que trata la historia de una niña que aprende a jugar ajedrez pese a no tener mayores conocimientos, y con la que el niño se sintió particularmente identificado.
Hoy en día, el destacado ajedrecista ha participado en más de 100 torneos federados, y va en búsqueda de más logros. «Tiene hambre de títulos y muchas ganas de competir a nivel internacional, por lo que nosotros estaremos haciendo el mayor esfuerzo por apoyarlo», sentenció Juan Amigo, padre de Antú.
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