La primera labor de inteligencia de cualquier policía debería ser poder distinguir quién es quién en un conflicto.
Lo segundo es responder la siguiente pregunta: ¿estamos en guerra?
Esta respuesta es clave, pues sólo quien está en guerra tiene enemigos. Y quien tiene enemigos justifica su actuar a cualquier costo.
En nuestro caso, nos sumamos a la doctrina Iturriaga: somos personas felices viviendo tiempos difíciles, pero no estamos en guerra con nadie.
Y a pesar de que técnicamente nadie en Chile está en guerra, una vez que se enciende la barricada los límites se vuelven difusos y el uso de la violencia brutaliza a la personas.
El humo confunde la vista y el fuego libera el descontrol.
La barricada es para muchos manifestantes y policías una sobredosis de adrenalina directo a la vena.
Al punto de no distinguir amigos, de enemigos, de personas neutras en el conflicto.
Mapa de las barricadas: amigos, enemigos y personas neutras
La barricada es una forma de manifestación que busca alterar el orden público. Provocar.
En medio de este desorden público, es necesario identificar quién es quién con el fin de aplicar a cada grupo un criterio de acción. De lo contrario, las personas que nada tienen que ver con las manifestaciones se sentirán tratadas como delincuentes, y quien transgreden la ley sentirán impunidad.
En este mapa urbano están en primer lugar los ciudadanos a pie. Nos referimos a peatones y automovilistas comunes y corrientes, que necesariamente transitan por los lugares donde hay protestas. Es decir, amigos.
Luego está el comercio. Personas que pagan su patente municipal y son el motor de la economía local. Amigos que por su importancia deberían ser los primeros en ser consultados sobre el accionar policial y la pertinencia del uso de gases lacrimógenos.
A veces también hay prensa, como es el caso de algún reportero de La Voz u otro medio nacional de tour por Maipú. ¿Su estatus? Neutro en el mejor de los casos.
Por supuesto, tenemos a los actores principales del conflicto: los estudiantes secundarios. La mayoría menores de edad, jóvenes enojados y con ganas de pelear con adultos. ¿Son ellos el enemigos?
Desde nuestro punto de vista, no deben ser considerados enemigos, sino como lo que son: jóvenes que transgreden la ley bajo motivaciones políticas en su mayoría, y que deben ser controlados siempre dentro del marco de la ley.
Luego hay adultos. Son casi siempre la última oleada de la protesta y la más compleja de abordar policialmente. No es lo mismo capturar a un adolescente en fuga que a un adulto igual en peso y fuerza, menos si son personas relacionados habitualmente con la delincuencia, y que se benefician del desorden para saquear.
También hay observadores de DD.HH. Equipos con personalidad jurídica en el mejor de los casos, encargados de supervisar y registrar el proceder de la policía en manifestaciones, como es el caso de DD.HH. Sutra o el Instituto Chilenos de Derechos Humanos.
¿Y qué observan? El accionar de las policías. Porque, aunque algunos se olviden, todavía estamos en un estado de derecho y todos quienes participan de los enfrentamientos, Carabineros incluidos, deben acatar la ley.
Finalmente, nos encontramos con un actor poco conocido por la gente, los voluntarios de primeros auxilios. En su forma oficial, las voluntarias de la Cruz Roja, protegidas por acuerdos internacionales en su trabajo.
En su forma no oficial, los brigadistas de primeros auxilios de Maipú.
¿Quiénes son los brigadistas y qué hacen en las manifestaciones?
En Maipú, los más conocidos son los Primeros Auxilios de Maipú (P.A.M.). Se identifican por sus casos blancos y escudos de protección. En su mayoría jóvenes voluntarios, cuya función es prestar primeros auxilios a todo tipo de personas en manifestaciones.
Y cuando dicen a todos, lo dicen en serio.
«Incluso llegamos a atender a Carabineros«, nos confiesa uno de los integrantes de P.A.M. «Pero ya no lo hacemos desde que hemos sido golpeados por ellos«.
Efectivamente, según los testimonios que hemos recogidos de primera fuente y a través de videos grabados por la brigada, todo parece indicar que estos jóvenes son tratados como «enemigos» en las manifestaciones.
A nuestro juicio, un error de inteligencia, pues en principio la labor de estos brigadistas no se interpone al accionar policial. En el caso de P.A.M cuentan con personalidad jurídica y, por lo tanto, son responsables de sus actos individual y colectivamente.
Si los funcionarios de inteligencia en Maipú hicieran su trabajo correctamente, sabrían que si hay alguien a quien no deben violentar es a ellos.
El propósito de sus cascos y escudos es proteger personas heridas a la espera de la llegada de personal de emergencia.
No son la primera línea. Son voluntarios de primeros auxilios y probablemente las personas que cuentan con mayor autoridad moral en medio del conflicto que se vive en la Plaza de Maipú. Son personas que al igual que todos nosotros sienten miedo cuando las cosas se van de las manos.
Pero ahí están, creen que hacen lo correcto estando allí donde las papas queman. No es una defensa de su trabajo, sino de simplemente una invitación a a entender su función y un llamado a la policía a tratarlos en consecuencia con aquello.
Tanto es así que otra organización, los Rescatistas Voluntarios del Centro de Santiago, interpusieron un recurso de amparo en la Corte de Apelaciones de Santiago en contra de Carabineros. En el recurso se lee:
Rescatistas Voluntarios (RRVV) es un equipo de respuesta sanitaria formado por 75 rescatistas profesionales de distintas instituciones (Rescatistas mineros e industriales, Bomberos Voluntarios, Voluntarios de World Visión, Asociación SAR – Chile y Profesionales del Área de la Salud) los que prestan atenciones de Primeros Auxilios y Extracción Rápida de heridos desde zonas inseguras a lugares seguros o donde puedan recibir atención médica profesional. El accionar de RRVV se guía bajo el Derecho Internacional Humanitario y Derecho Internacional de los Derechos Humanos, también hace suyos los conceptos vertidos en la Carta Humanitaria, en particular el concepto del “Imperativo humanitario”, que busca brindar protección a las víctimas de los desastres naturales y provocados por el hombre (incluyendo los conflictos armados).
Un perfil similar al de los brigadistas de primeros auxilios de Maipú.
Razón por la cual cuesta entender los excesos de violencia que han pesado contra ellos. Las denuncias van desde golpes directos de funcionarios policiales durante su actuar, pasando por amenazas en la calle y disparos de bombas lacrimógenas directo al cuerpo.
Tuvimos la oportunidad de hablar con ellos tras las manifestaciones de ayer lunes 2 de marzo en la Plaza de Maipú.
Su mensaje es claro: no son violentistas. Además, aprovechan de mandar un mensaje a nuestros vecinos y por supuesto Carabineros.
Queremos terminar esta reflexión, compartiendo la entrevista que tuvimos en exclusiva con P.A.C., e invitarlo a escucharla para hacerse su propio juicio: ¿amigos o enemigos?
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