Opinión: Matrimonio Igualitario y el «pinkwashing» de Sebastián Piñera

Junio es considerado el mes del orgullo LGBT+, en donde se prepara una serie de eventos con el motivo de promover una sociedad más justa e igualitaria para las personas independiente de su orientación sexual e identidad de género. 

Esto con el motivo del Día Internacional del Orgullo LGBT, en donde se conmemora la Revuelta de Stonewall, que se llevó a cabo un 28 de junio de 1969 y que se trató de las primeras manifestaciones públicas a favor de visibilizar a la diversidad/disidencia sexual, como también el enfrentarse a la violencia policial de la cual eran víctimas. Estas manifestaciones, enmarcadas en un convulsionado EE.UU., fueron duramente reprimidas, pero devinieron en la visibilización y organización LGBTQ+ en el mundo. 

Por este mes, diferentes marcas están modificando sus logos con el motivo de presentar su apoyo a las causas referida con la comunidad LGBTQ+ (como nosotros desde La Voz de Maipú), lo que es positivo desde un punto de vista de visibilización y contención.  

Sin embargo, se genera un problema cuando las empresas abusan de la bandera del arcoíris para sacar un provecho económico, mientras al interior de éstas no existe ningún respaldo a los, las y les trabajadores que podrían estar sufriendo discriminación en sus espacios laborales, lo cual incluso puede venir desde las mismas políticas internas de estas empresas. Esta acción se le denomina Pinkwashing; es decir, un lavado de imagen utilizando a la comunidad LGBTQ+. 

Algo similar ocurrió con el discurso de Sebastián Piñera en su última Cuenta Pública, en donde abre la posibilidad en sus últimos meses como presidente de que se retome el proyecto de Matrimonio Igualitario en el actual contexto político y social, demostrando nuevamente su desintonía con las personas, y en este caso particular con la población LGBT+. 

Es contraproducente que recoja esta histórica demanda, siendo que el proyecto fue  presentado inicialmente por la presidenta Michelle Bachelet y fue la centroderecha en conjunto con la DC (que era parte del gobierno), quienes impidieron que este proyecto de ley avanzara en el proceso legislativo quedando así dormido hasta el día de hoy. 

Además, no olvidemos que parte importante de la campaña de Sebastián Piñera se enfocó en convocar a los sectores más conservadores y contrarios a los derechos de las personas LGBTQ+, lo que se refleja en las opiniones de sus parlamentarios y gabinete.

Cabe mencionar, que durante el gobierno de Sebastián Piñera no se ha avanzado en ninguna materia que vaya en beneficio de personas LGBTQ+ o al menos no han emanado desde el ejecutivo, demostrando así su nulo compromiso con esta comunidad, la cual ha visto en aumento la discriminación y los crímines de odio en estos últimos 3 años. 

De hecho, desde su sector se opusieron firmemente al proyecto de educación no sexista, el cual también significaba un avance para la comunidad LGBTQ+, ya que apuntaba a visibilizar y educar en esta materia para ir desmontando estereotipos de género. 

Ahora su nueva posición frente al Matrimonio Igualitario, un anuncio que fue aplaudido hasta por su sector político, no responde a una abertura de mente del presidente, sino más bien una de las últimas oportunidades de poder dejar un legado que le permita al menos ser recordado más allá de las violaciones a los derechos humanos durante el estallido social del 2019 o su mala administración con respecto a las ayudas sociales durante la pandemia. 

Si bien para la comunidad LGBTQ+ es importante avanzar en el ámbito del Matrimonio Igualitario, es insuficiente. Las personas homosexuales, bisexuales, trans u cualquier otra identidad u orientación sexual viven constantemente con otras problemáticas que requieren mayor urgencia solucionar, como por ejemplo la discriminación institucional o los crímenes de odio. 

No es lo mismo ser gay en Las Condes donde tu único problema es no poder casarte, que ser lesbiana y vivir la violencia de género en los sectores de mayor vulnerabilidad, llegando al punto de ser víctimas de violaciones correctivas que ni siquiera están tipificadas en la ley, invisibilizando así este problema. 

Por lo que educación sexual, políticas de salud mental, redes de apoyos, son algunas iniciativas que el Gobierno debe priorizar y entender que significan un mayor avance en la sociedad.  Temas que el Matrimonio Igualitario no soluciona.

Es por esto que debemos aprovechar esta oportunidad para exigir a la institucionalidad mayores políticas públicas que permitan luchar contra los problemas que mayoritariamente afectan a la población LGBTQ+, y promover así una sociedad más justa e igualitaria para todos los que quieren amar libremente. 

Por tanto, no queremos decir que con esto no apoyemos al Matrimonio Igualitario, de hecho lo vemos como necesario, sino que denunciamos el oportunismo de Sebastián Piñera y hacemos hincapié en la necesidad de avanzar en políticas públicas profundas que se centren en la protección y promoción del respeto a la población LGBTQ+.

Columna de opinión escrita por el periodista de La Voz de Maipú, Ignacio M. Puelles, y el profesor de historia, Roberto Espinosa.

 

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Nicolás Aravena

Fundé La Voz a los 21 años. Dicen que escribo bien, me apasiona la política, fotografía y entender el mundo que habitamos. Dejé de fumar hace poco, hago chistes malos y bailo pésimo

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