El concepto de sangrado libre o Free Bleeding se conoce como la práctica de dejar los productos de «higiene» menstrual como los tampones, toallas o copitas, y permitir que la menstruación fluya, aunque algunas mujeres han logrado retener su menstruación por un tiempo hasta llegar a un baño donde puedan soltar el fluido.
Con muy poca teoría sobre el tema decidí realizar esta práctica y escribir sobre las dudas que me surgieron al pasar de los días. Spoiler: La ropa se lava y la confianza se queda.
Día uno de free bleeding
El primer día de menstruación llegó un día lunes en la tarde noche, no tenía definido comenzar este mes con el sangrado libre, hace poco había leído acerca de esto y tuve, a través de Instagram, un par de conversaciones con chicas que ya lo habían practicado pero eso no pasaba de un par de días. Me encontraba de viaje en ese momento, me di cuenta de que no traía mi copita menstrual. Eso me llevó a decidir que esta sería la oportunidad de hacerlo, aunque también sería un desafío.
Según datos de la UNICEF 1 de cada 4 personas menstrúan cada mes entre 2 y 7 días y en promedio la menstruación de una persona puede ser de 7 años en toda su vida. Menstruar siempre ha sido algo natural y aún así hasta la actualidad este tipo de sangre se ha demonizado llegando a aislar a personas en países como Nepal donde esta práctica es conocida como Chapudi.
Después de la primera noche para mi sorpresa no manché nada y a pesar de ponerme ropa interior, calzas y pantalón de pijama, además de una toalla en la cama, la sangre no pasó más allá del calzón. Me hizo recordar un par de chicas que me dijeron en algún momento que no podrían hacerlo porque dejarían una escena del crimen marcada en todas partes, con mi experiencia usando la copita sabía que mi periodo no era tan abundante, pero igual desconfié.
En el periodo de sangrado lo común o más visto es que una persona bote entre 5 a 80 ml, aproximadamente un tercio de lo que contiene una lata de bebida, botar más de esta cantidad se considera un sangrado abundante. Esta cantidad dividida en los días del periodo podría caber en la palma de la mano, todo esto en un ejercicio de estandarización ya que se entiende que existan personas que menstrúan más cantidad que otras o tienen días de más flujo que otros.
Día dos
El segundo día fue otro desafío y es que cuando se trata de manchar espacios, estar sentada mucho tiempo en el mismo lugar se me hace una marca segura, me pasó una vez en los primeros años de universidad en mi transición de toallas higiénicas a copita menstrual, esta vez tomé un bus para viajar tres horas hacía el sur y apliqué los sabios consejos de mis amigas de internet.
Una de las tácticas importantes es que la sangre corra a la hora de ir al baño y manche menos nuestra ropa, por lo tanto se debe tomar más líquido. Leí que la idea es ir cada media hora pero me parece irracional en un bus, o en algún otro lugar que no sea tu casa. Decidí ir al baño antes de subirme al bus y también una vez estando arriba, al hacer esto se bota una cantidad mayor de sangre que te da un tiempo de pausa antes de volver a sentir que baja otra vez.
Otra de las prácticas que se pueden buscar en torno al control de la liberación de sangre son los ejercicios de Kegel, hipopresivos y bolas chinas que principalmente te ayudan a ejercitar el piso pélvico, crear fuerza y tomar conciencia de los músculos de esa zona.
Día tres
El tercer día fue el de flujo más abundante, fui al supermercado y viaje horas en auto por lo que no tuve muchas oportunidades de ir al baño. Aproveché cada vez que pude pero fueron dos o tres idas durante el día. Nuevamente no hubo manchas en asientos ni en el pantalón pero sí mi ropa interior salió damnificada del asunto.
¿Existe la posibilidad de contraer una infección con la sangre ahí expuesta en el calzón?
La bióloga evolucionista Margie Profet de la Universidad de California propone que la menstruación tiene un papel activo en el marco de la asepsia en la zona vaginal. «El cuerpo destruye el tejido y lo expulsa, y , de manera directa, mata los agentes patógenos con células inmunológicas». Esta teoría fue publicada en un informe de la edición de septiembre de la revista Quarterly Review of Biology y viene a cuestionar todo lo conocido (y que tan poco han investigado) sobre la menstruación: «Decir que la hemorragia uterina causa infección es como decir que un bombero provoca el fuego» agrega Profet.
Por otro lado el factor calzón puede ser determinante a la hora de contraer una infección incluso fuera del periodo, las telas sintéticas y de seda no permiten que la transpiración se vaya de la zona que cubre y un exceso de humedad o una exposición prolongada a esta genera un ambiente óptimo para hongos vaginales. En el caso de practicar el Free Bleeding puedes cambiarte de ropa interior tanto como necesites, esto es parte del trabajo de conocer tu propio cuerpo.
Creo que en este proceso es importante reconciliarse con la menstruación, y si bien yo ya lo había hecho utilizando la copita, perderle el miedo a la sangre es un camino por recorrer. Hace un tiempo creer que mancharme no era algo tan malo se me hacía imposible , una vez a los 13 años comencé a llorar cuando vi que había sangrado en una cama ajena y pensaba que eso iba a traer represalias, burlas o malos comentarios con respecto a mi higiene pero ¡qué importa! la ropa y sábanas se lavan, el único problema es la percepción de la gente que cree que la menstruación es algo asqueroso. Sangrar es algo sumamente común, algo que las personas menstruantes vivimos gran parte de nuestras vidas. ¿No sería bueno quitarnos el peso del tabú?.
Día cuatro
Este día di el paso de no vestir dos capas además de la ropa interior, considerando que ya son mis últimos días y que el flujo va bajando, decidí usar sólo calzón y pantalones y adivinen, no pasó nada. Este día fui un poco más gentil conmigo misma y logré quedarme en casa e ir al baño más seguido. Todos los días hubo manchas pero ninguna fue terrible y eso va también con un cambio en la disposición personal de verte a ti misme y a tu cuerpo como un ciclo que avanza para volver a comenzar.
Catalina Infante cuenta en su nota El Poder del Ciclo Menstrual en La Tercera: «La menstruación es un evento muy importante de poder que abarca todos los ámbitos del ser: lo físico, lo emocional y lo psíquico. A partir de la menstruación una abre un abanico gigante con respecto al empoderamiento femenino. Cuando la mujer conoce y se conecta con su cuerpo y su naturaleza cíclica, se empieza a hacer caso. Aprende a escucharse».
Día cinco
Hoy fue mi último día de menstruación este mes, al comenzar esta semana pensé que tomar este desafío iba a ser difícil, que podría llegar a vivir una situación incómoda e incluso en el supermercado aguanté las ganas de correr a comprar un tampón para volver de alguna forma a mi zona de confort. La verdad es que el Free Bleeding puede llegar a ser revelador, esta experiencia me deja con la sensación de comodidad con mi cuerpo.
Estas practicas se agradecen, sobre todo en una cultura donde no importan las características que te compongan (alta, baja, gorda, flaca, etc.) igual te hará sentir incomoda en tu propia piel. Después de esto, siga o no dejando que mi sangre salga libre tengo la seguridad de no volver a sentirme sumamente incómoda cuando, por ejemplo, calcule mal el primer día de menstruación y esté lejos de mi copita menstrual.