El origen solidario del Liceo Nocturno de Maipú: Crónica en primera persona

A mediados de los años 60 del siglo pasado, Maipú todavía era un pueblo donde lo rural y lo urbano se mezclaban. Los límites de uno y de otro ámbito no siempre estaban claros para una población que no alcanzaba los 50.000 habitantes. En esos años empezó a funcionar la primera escuela nocturna de enseñanza media, iniciada por un grupo de jóvenes de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen. Esta es la crónica de los inicios de esa aventura solidaria: Una donde se creó el Liceo Nocturno de Maipú

Contexto educativo y social

En esos años, la enseñanza media no era obligatoria, pero -paradójicamente-  era exigida en muchos trabajos y en ofertas de estudios y capacitación. Solo un 9%,  aproximadamente, completaba ese nivel educativo, lo que creaba grandes brechas sociales y económicas. Recién en 2003, en el gobierno del Presidente Ricardo Lagos, este ciclo escolar fue obligatorio.

Para los adultos de Maipú que deseaban o necesitaban iniciar o completar sus estudios secundarios, las posibilidades eras casi nulas. Solo podían hacerlo en el centro de Santiago, en los establecimientos vespertinos o nocturnos que funcionaban en el Liceo de Aplicación y en el Instituto Nacional. 

Respuesta solidaria

Para responder a esa demanda, un grupo de jóvenes profesionales y estudiantes universitarios crearon el Centro de Educación de Adultos “Superación”. Todos participaban en la Parroquia Nuestra Señora del Carmen y el párroco de entonces, el P. Alfonso Alvarado, los apoyó y les permitió usar las dependencias de la Escuela Parroquial.

Ese colegio estaba en uno de los sectores alejados del centro del pueblo, al final de la calle San José y a media cuadra de una polvorienta calle Carmen. Estaba en los límites entre lo urbano y lo rural de Maipú. Durante el día recibía a cientos de niños de educación básica; en la noche acogía a adultos, mujeres y hombres, que iniciaban o completaban la enseñanza media.

La idea era preparar a esos estudiantes en las asignaturas humanístico-científicas para que rindieran exámenes libres ante el Ministerio de Educación. De esta forma, podrían obtener la Licencia Secundaria y acceder a mejores condiciones laborales o continuar estudios superiores.

Entre quienes dieron forma a esa propuesta estaban Washington Rojas, Jaime Adame, Cecilia Castro, Majda Torkar y Domingo Quintas (Q.E.P.D.). Otros nos integramos uno o dos años después del inicio.

Todos quienes colaborábamos como profesores éramos  voluntarios. El escaso financiamiento era dado por pequeños aportes que hacían los alumnos. Estos permitían pagar la locomoción de algunos profesores, entregar una pequeña contribución al cuidador y comprar tiza.

Cada fin de año, los distintos cursos eran presentados para rendir exámenes libres en algún liceo fiscal de Santiago. El último grupo lo hizo en el Liceo Manuel Barros Borgoño, en 1971. Ese fue el último año de actividad. La falta de profesores voluntarios hizo que el proyecto declinara. 

Creación del Liceo Nocturno de Maipú

Foto del Liceo Nocturno de Maipú
Foto Liceo Nocturno de Maipú – Gentileza: Claudio Jorquera

Ante el inminente término de ese servicio, Washington Rojas (uno de los fundadores) y yo, iniciamos las gestiones para conseguir que la educación media de adultos no desapareciera de la comuna.

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En 1971, en el gobierno del Presidente Salvador Allende, la educación de adultos tuvo un fuerte impulso y hubo interés por consolidar ese derecho. A fines de ese año, iniciamos los trámites ante el Ministerio de Educación para buscar una solución al posible término de este tipo de enseñanza. Después de varias entrevistas y de entregar todos antecedentes solicitados, el centro educativo nocturno, sostenido por voluntarios, se transformó en un establecimiento financiado y gestionado por el Estado de Chile. El apoyo del profesor Carlos Eugenio Beca, una de las autoridades ministeriales, fue fundamental.

En marzo de 1972 fue creada la Escuela Media de Adultos, conocida por los maipucinos como el Liceo Nocturno de Maipú. Funcionó en el local del recordado establecimiento “Campos de Batalla”, en la Av. Victoria 2400, actual Liceo Polivalente José Ignacio Zenteno. Como primer director fue nombrado el profesor Washington Rojas. Después de la inauguración, rápidamente se fueron integrando nuevos profesores y se reconstituyó la comunidad educativa nacida en el desaparecido Centro “Superación”. 

Bajo dictadura

El golpe de estado de 1973, que inició la dictadura cívico-militar en nuestro país, también nos afectó. Fuimos intervenidos y asumió como director del Liceo Nocturno de Maipú un profesor de la escuela militar. Cuando se reiniciaron las clases, después del levantamiento del toque de queda, patrullas militares ingresaban habitualmente al recinto y a las salas de clase y en el sector había fuerte vigilancia policial y militar.

El año 1975 asumió la dirección don Carlos Gómez Perucci, profesor del Instituto Nacional,  que dio un nuevo impulso al centro educativo.  En 1978, La Escuela Media de Adultos se transformó en la Tercera Jornada del recién creado Liceo A 75, perdiendo, así, su identidad. Actualmente forma parte del establecimiento de E. Básica “Bernardo O´Higgins”, en la modalidad de Enseñanza Media Vespertina de Adultos. 

Para recordar

El compromiso social de jóvenes estudiantes y profesionales estuvo en el origen de esta experiencia educativa en Maipú. Funcionó en el local de la antigua Escuela Parroquial y fuimos profesores voluntarios los que la sostuvimos hasta 1971. Luego, en el año 1972, el impulso de un gobierno que promovía la educación como un derecho, la consolidó, financió e incorporó al sistema educacional del país. Hasta ahora son muchos los maipucinos y las maipucinas que recuerdan su paso por alguna de las etapas de ese proyecto solidario, iniciado a fines de la década del 60 del siglo pasado.

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Claudio Jorquera Aceituno

Soy maipucino de toda la vida. Profesor de Estado y Magíster en Educación. Docente en varios colegios y universidades. Mi último domicilio laboral fue la Universidad Alberto Hurtado. Agente pastoral durante gran parte de mi vida en la Parroquia Nuestra Señora del Carmen y en la Vicaría de la Zona Oeste. Fotógrafo de afición y columnista de oficio. Actualmente colaboro en un par de medios nacionales, además de este.

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