La meditación puede disminuir el estrés, la ansiedad y la depresión. Son solo 20 minutos que podrían salvar tu salud mental.
La pandemia ha revolucionado la forma en que los humanos solían trabajar, disfrutar, educarse y hasta ir de compras.
Las medidas sanitarias que se han establecido a lo largo del mundo, han obligado a las personas a cambiar sus rutinas y prohibir ciertas actividades que antes eran prácticas comunes en el día a día.
Lo cierto es que estar encerrados durante mucho tiempo, ha provocado un deterioro mental increíble a la humanidad.
Una investigación científica de la revista canadiense Psychiatry Research, realizó un metanálisis a personas de los diferentes continentes del mundo. Los resultados fueron alarmantes, el 24% de los evaluados sufrían insomnio; el estrés postraumático alcanzó el 22%; la depresión se situó en el 16% y la ansiedad llegó al 15%.
Los resultados fueron hasta tres veces más altos de los que reportaba la Organización Mundial de la Salud normalmente. ¿Qué se puede hacer para sobrevivir mentalmente a esto? ¡Pues meditar!
Lo cierto es que la mayoría de las organizaciones preocupadas por la salud mental proponen diferentes actividades para aumentar el bienestar, tales como: hacer deporte, comer sano, meditar, dormir bien, entre otras.
Pero la realidad es muy distinta al mundo ideal, y no siempre se puede realizar todo ello. No todos tienen un espacio idóneo para hacer ejercicio, incluso el tic, toc, tic, toc, ¡el tiempo es escaso!, hay que trabajar, estudiar, cocinar, ¿en qué momento me preocupo por mi bienestar?
Por suerte hay alternativas, e increíblemente solo te tomará 20 minutos . ¿Puedes darte 20 minutos para tu bienestar emocional y psicológico? Puede que te cierres y digas que no, pero diagnostica tu día a día y quizás ese tiempo que te ocupaste jugando en el celular o fumando un cigarro, incluso durmiendo, puedes ocuparlo en meditar, y te prometo que lo agradecerás.
¡Solo 20 minutos!
Antes de que te explique cómo puedes meditar, y demostrarte que es super sencillo, tengo que decirte que es una práctica con muchos beneficios reales.
Hace miles de años que la meditación se utilizaba en diferentes culturas de la sociedad, todos hemos visto aunque sea una vez en las películas a una persona meditando. Esa tranquilidad y sabiduría te decía en segundos que ese personaje era el más capaz de todos. ¿Cierto Señor Miyagi?
Bueno, en esos años no estaba el desarrollo tecnológico para saber a ciencia cierta cuáles eran las virtudes de la meditación. Pero actualmente, gracias al desarrollo científico, lo podemos saber. ¡Bendita Ciencia!
Los beneficios de la meditación son: disminuye el estrés, reduce notoriamente síntomas asociados a la depresión, trastornos de ansiedad y dolor crónico, mejora el insomnio, incrementa la habilidad de prestar atención, aumenta la memoria, incrementa la compasión y empatía, mejora la neuroplasticidad cerebral. Wow, increíble ¿no?
Ahora, es importante entender que para obtener resultados fructíferos y consolidados, se debe meditar constantemente, a pesar de que se pueden ver algunos beneficios con el primer ejercicio.
Entonces… ¿Mente a la obra?
Tienes que saber que los tips que te daré son gracias a un documental animado llamado Headspace, que está en Netflix. Así que, si tienes la posibilidad de ver esos capítulos, es una espectacular forma de iniciarse en este mundo.
¡A MEDITAR!
El primer paso es estar cómodo, no es necesario estar con una postura complicada como los monjes budistas, solo trata de no estar acostado porque te puedes dormir (zzz).
Ten en cuenta que la base de la meditación es concentrarte en tu respiración, por lo tanto, durante todo el ejercicio tienes que estar consciente de ella. ¡Recuerda! La mente divaga por naturaleza, así que si tu atención se dirige a un pensamiento, solo advierte y vuelve a tu respiración.
Si ya estás en una posición cómoda, empieza a inhalar por la nariz lentamente y suelta por la boca de la misma forma. Observa tu alrededor, y por un momento piensa en lo bueno que es haber parado, y que estás tomándote unos minutos para ti y tu bienestar.
Ok, con cuatro o cinco respiraciones, cierra lentamente tus ojos. Respira y exhala, recuerda que esa es la base de la meditación.
Lo siguiente que harás será sentir por dónde sube y baja tu respiración, si lo hace en el pecho, en el abdomen o simplemente en el estómago (si no puedes percibirlo, pon tu mano suavemente en tu estómago).
¡Recuerda nuevamente! La mente se irá por todos los pensamientos que quiera, lo importante es detectarlo y volver a estar consciente de tu respiración.
Si te cuesta concentrarte en ella, puedes contar uno —cuando inhalas—, dos —cuando exhalas—, así hasta llegar a diez y repetir la secuencia numérica.
¡Percibe los sonidos! A lo mejor no te has dado cuenta de todos los sonidos que hay a tu alrededor, así que intenta detectarlos, pero no trates de detenerlos, sino deja que fluyan. Te sorprenderás de los sonidos que podrás percibir.
Detecta cómo está tu cuerpo, ¿está pesado o ligero? ¿Tienes algún malestar? También siente cómo tu peso choca contra tu asiento o donde estés meditando.
Sigue respirando y exhalando lentamente. Ahora, solo unos minutos deja que tu mente recorra el pensamiento que ella desee, no la detengas. Olvídate de la respiración por unos minutos y deja que tu mente aventure.
Por último, vuelve a tu respiración consciente, inhala y exhala unas tres a cuatro veces, y cuando tú lo desees, abre tus ojos lentamente.
Antes de que te pares o hagas cualquier cosa, recuerda cómo te sientes, probablemente estés relajado, intenta recordar ese sentimiento o emoción, para que ello te motive a meditar nuevamente.
No son más de 20 minutos, incluso pueden ser menos. Entre más lo hagas, los beneficios serán reales y gratificantes. En tiempos de pandemia, nunca fue tan necesario meditar. Entonces, ¿qué estás esperando?