El plebiscito constituyente a realizarse el próximo domingo 26 de abril, es un hito histórico y fruto del mayor proceso de movilización social visto en nuestro país desde el retorno a la democracia.
En este sentido, múltiples han sido los pronunciamientos de diversas autoridades respecto a su postura en relación al referendo. Sin embargo, llama poderosamente la atención que la alcaldesa de la segunda comuna con mayor cantidad de habitantes a nivel nacional, desde noviembre a la fecha sobre no haga pública su posición en la materia.
Esta situación, en base a un análisis político detallado del entorno que rodea a la edil, podría tener una explicación bastante lógica, pero no por ello menos reveladora.
Es ampliamente conocido la relevancia de Joaquín Lavín en el futuro político de su nuera, no solo fue el principal precursor de su ascenso hasta ser electa alcaldesa en 2016, sino que ha debido defenderla ante las múltiples acusaciones realizadas durante estos años en materia de corrupción.
Esto, no se debería a una lógica de defensa familiar, sino más bien a que el “Modelo Barriga” es la copia de la gestión populista de Lavín, por lo que el posible fracaso del mismo en el municipio maipucino, representa un duro golpe para la figura del gremialismo.
Por otra parte, la UDI ha debido dotar no solamente de los equipos humanos a una figura inexperta en materia de gestión comunal y de manejo político, sino que también defender en reiteradas ocasiones a su cuestionada edil.
Dicho esfuerzo, no se debe a un especial aprecio a la figura de su suegro, quien mantiene profundas diferencias con algunos líderes la colectividad, sino que más bien por la posibilidad de proyectar a una figura, que podría incluso ser una opción presidencial.
¿Cómo esto se relaciona con el proceso constituyente?
Bueno, su “padrino” en la lógica tradicional de generar una agenda política y comunicacional propia, ha manifestado su preferencia por el “apruebo” por una nueva carta magna, contraponiéndose a la postura oficial de gremialismo, quienes irán por el “rechazo” el 26-A.
Ante esto, nuestra jefa comunal se enfrenta ante una disyuntiva, sigue respaldando a su suegro en sus aventuras políticas “outsider” en relación al resto de la derecha e intenta subirse “al carro de la victoria” en materia de cambio constituyente ante la ciudadanía.
Esto podría ser un arma de doble filo, por el perfil de sus electores, erosionando de esta manera la relación que mantiene con la cúpula de la UDI.
O, por otro lado, se pronuncia por el rechazo, desmarcándose finalmente de la figura de Lavín, pudiendo establecerse como una mujer fuerte y cercana a la línea oficial del partido en la materia, pero arriesgando la relación con su “padrino” y los posibles efectos adversos que podría traer esta decisión en materia electoral ante los maipucinos.
Sea cual sea su decisión, solo hay una cosa clara.
Alcaldesa: Usted debe elegir, los/as maipucinos/as queremos saber su postura ante el proceso constituyente y ya no hay tiempo para ambigüedades ni silencios.
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