La Voz de Maipú fue a conversar con Mario Desbordes, presidente de Renovación Nacional y diputado del distrito.
Fue la primera entrevista de Mario Desbordes para un medio local de Maipú.
La entrevista ocurrió en el mes de diciembre y estuvo llena percances. El peor de todos, el haber perdido parte del material debido a un desperfecto en nuestros equipos.
Pero sentimos que valía la pena rescatar de alguna manera la conversación con uno de los políticos más relevantes en estos momentos.
Rescatar, por ejemplo, que un presidente de un partido conceda entrevista a un medio local en el peak de su carrera y en pleno estallido social.
Un gesto esperamos puedan imitar otros políticos.
El factor Desbordes
Partamos por lo simple: Desbordes es el presidente del partido más importante de Chile.
Punto y seguido.
Renovación Nacional tiene hoy 36 diputados en El Congreso. Solo le sigue de cerca la UDI con 30 diputados, más atrás el Partido Socialista con 18 y la DC con 14.
No es poco, considerando que el Frente Amplio en su mejor momento llegó a sumar 20 diputados.
Justamente debido a su tamaño, Renovación Nacional es un partido lleno de contradicciones y contrastes.
Allí conviven personas tan diversas como el autor del “no te fuiste reo por lindo”, José Manuel Ossandon; el esposo de la Marcela Cubillos, Andrés Allamand, y hasta el hijo del pastor evangélico más polémico del año, Eduardo Durán.
El abanico en Renovación Nacional da para todo. Desde una diputada que se emborracha y termina peleando con la mesera, hasta la bancada evangélica que dice no al aborto.
De ahí el mérito de Desbordes al conducir una partido tan diverso, y que hasta hace poco era visto como el fundo de Carlos Larraín.
El mérito es doble considerando que Desbordes no es parte de la elite.
Todo lo contrario. Se trata de un tipo que se confunde fácilmente entre la gente, de hablar tranquilo y que no parece necesitar una papa en la boca para demostrar su cuna.
Por lo mismo, es probable que sea la persona que más temor genera en la Moneda dentro de su sector. Él y quizás el Cote Ossandón.
Gente difícil de controlar.
Mario no estudió en el Grange House como Allamand, ni en el Cordillera como Joaquín Lavín Junior, ni en el Saint George’s de Felipe Kast.
No viene de la católica como Chadwick y el 90% de los ministros.
No. Mario Desbordes estudió la básica en la escuela E-556 de la Cisterna y la media en el Liceo A-109 de El Bosque.
Luego fue carabinero, donde se retiró como teniente. Luego trabajó en Gendarmería en el área de rehabilitación de presos.
Se diplomó en Ciencias Policiales, luego en administración para finalmente sacar su tituló de abogado estudiando de noche.
Una historia de vida que incluso deja mal parado a más de un progre con mejor pasar en la vida.
Quizás por esto su estilo suele chocar de frente con la derecha patronal y el establishment criollo. Sin embargo, también choca con la izquierda más dura, a pesar de con ellos tiene socialmente muchas más más similitudes que con la derecha.
Obviamente, Desbordes es un político de derecha, ¿a alguien le puede sorprender que critique a la primera línea? ¿a alguien le sorprende que no pida el fin de las AFP? ¿a alguien le puede sorprender que sea un reformista moderado?
¿Sorprende que alguien de derecha tenga ideas de derecha?
Claro que no. Mas bien, sorprende que apoye el plebiscito.
Por supuesto, para los sectores más radicales de izquierda Desbordes es el enemigo. Sin embargo, quien mire más de cerca verá que ese rechazo también viene de la derecha más radical, como Kast, la tropa de nacionalistas en redes sociales o la señora de los videos (más conocida como Teresa Marinovic).
Más de una vez Desbordes ha salido a criticar el discurso de Piñera, mostrándose abierto a temas como el Seguro Social Universal o el voto obligatorio, por nombrar algunos.
Por esto se ha ganado el odio de la derecha más ultrona.
En la conversación que tuvimos nos contó que su mamá vive cerca del Mall Arauco de Maipú, que tiene familiares que viajan en micro y no tiene mayores reparos en reconocer su pasado como carabinero.
Si bien no quiso mostrarse a favor o en contra del gobierno de Cathy Barrga, expresó estar en desacuerdo con el convenio que tiene Maipú con la farmacia Salcobrand.
“Yo no lo haría”, reconoció escueto.
Para Desbordes, aliarse con privados que han dañado tan gravemente la fe pública simplemente no es el camino.
Sobre la misma, le expusimos claramente los distintos atropellos, faltas y abusos que hemos informado a través de nuestro diario por parte de la Policía. Nos reconoció los problemas que han habido y aseguró que su postura es que aquellos que no cumplen los protocolos deben ser investigados y sancionados.
Probablemente este es el punto que causa más roncha en la izquierda, su defensa férrea a la Carabineros y las fuerzas de orden.
La clave no es llegar, la clave es quedarse
Llama la atención que este señor haya podido mantenerse al mando de un partido tan diverso y en uno de los momentos sociales más complejos de la historia de Chile.
Recordemos que tras el estallido social y la firma del acuerdo constitucional, uno de los primeros bloques en quebrarse fue el Frente Amplio, con un masivo éxodo de militantes y la salida de partidos.
Algo similar pasó en el Partido Socialista.
No así en la tienda de Antonio Varas, donde nos recibió el 15 de diciembre pasado.
Tan bueno es el momento político de Desbordes, que se dio el gusto de poner su cargo a disposición en el último Consejo del Partido, donde dijo: «si el consejo general quiere que yo deje de ser presidente del partido, no tengo problemas”.
Un claro mensaje a Carlos Larraín, quien venía hace varios días pegándole en los talones e insinuando que no representaba al partido en su conjunto.
Comentarios que Larraín tuvo que tragarse con amargura cuando Desbordes apareció siendo ovacionado por los militantes de su partido en aquel consejo.
En Maipú tiene una importante base de apoyo. En especial del sector de Renovación Nacional que quiere disputar la alcaldía y más de una concejalía.
Es una generación nueva que no tiene miedo a competir, que se siente también poco o muy poco identificada con la derecha de Escuela Militar hacia arriba.
Hay ya varias dirigentas en Maipú que tienen línea directa con el diputado o su equipo, y está claro en el partido que personajes como la concejala Karen Garrido están fuera de este nuevo esquema para las próximas municipales.
Del mismo modo, no es secreto que la mayoría de las bases de Renovación Nacional están en contra del gobierno de Cathy Barriga, partiendo por la Unión Comunal N°2 y una parte importante en La Farfana (su antiguo barrio).
La mayoría evita decirlo en público para no generar más problemas con la UDI, pero no se cortan en privado.
Así las cosas, es imposible saber a ciencia cierta qué pasa por la cabeza de Mario Desbordes o qué piensa exactamente del mediático gobierno de Cathy Barriga.
Muchos dirigentes de base de RN están a la espera de una señal para poder manifestar de manera más pública su descontento.
El tiempo dirá si los astros se cuadran, si los planetas se alinean, si la nueva constitución se aprueba y si Renovación Nacional decide actuar en Maipú con la misma audacia que lo hace a nivel nacional.