Después de varios meses de tramitación, la Ley Dominga quedó en condiciones de ser promulgada ley. Este proyecto establece un estándar especial en relación con el manejo clínico y acompañamiento a madres y padres que hayan sufrido la muerte de un hijo durante el embarazo o en sus primeros siete días de vida.
Hasta ahora, no existe ningún protocolo a nivel nacional que regule los pasos a seguir, tanto médicos como administrativos, ante una muerte gestacional o perinatal. Es por esto, que muchas veces el traro que recibían los padres en el hospital quedaba a la suerte y arbitrariedad del equipo médico.
El proyecto fue ingresado por la senadora Carolina Goic (DC), Yasna Provoste (DC), Marcela Sabat (RN), Ena Von Baer (UDI) y el senador Rabindranath Quinteros (PS), y fue aprobado con 130 votos a favor y ninguno en contra.
La Ley Dominga modifica la Ley 20.584, que regula los derechos y deberes que tienen las personas respecto a su atención en salud. Para que empiece a implementarse, falta que el Ministerio de Salud redacte la norma junto al comité técnico de la ley en un período máximo de seis meses. Ya existe un borrador de este protocolo, por lo que tendría que revisarse y modificarse si fuera necesario. Esto estipulara todas las acciones que deben seguir los establecimientos ante una muerte en gestación o durante la primera semana de vida del bebé.
La doctora y directora de Ginecólogas Chile, Andrea Von Hoveling, es parte del equipo técnico de Ley Dominga y estuvo presente en la sesión. Ahí explicó que del 100% de los embarazos, un 25% no llega a término, por lo que “el hecho de que sea tan frecuente juega en contra, pues se señala como algo rutinario”.
Además, esta ley también modificaría el Código del Trabajo. Las madres y padres que pierdan a un hijo o hija en gestación podrán apelar a una licencia de siete días hábiles, en lugar de tres como estaba estipulado hasta ahora.
Historia de la Ley Dominga
La iniciativa fue de Aracelly Brito, quien vivió la muerte de su hija Dominga a las 35 semanas (8 meses) de gestación. Como paciente, Aracelly afirma haber sido vulnerada de distintas maneras en el establecimiento de salud, y se dio cuenta de que no era la única. Así fue como se le ocurrió impulsar la Ley Dominga, y rápidamente tuvo el apoyo de otras madres y padres, además de expertas que ofrecieron su conocimiento profesional para asesorarla en torno a la ley.
“Espero que se apruebe este proyecto lo antes posible ya que las familias necesitan un protocolo, un seguimiento psicológico, una cajita de recuerdos, el único momento para estar con sus hijos, y además compañía psicológica para cuando queramos volver a tener hijos, porque es tan difícil el miedo, y sin ayuda no se puede”, indicó Aracelly Brito hoy en la sesión.