El Centro Sismológico Nacional (CSN), dependiente de la Universidad de Chile, trabajó en conjunto con científicos del instituto francés Géoazur para convertir el cable de fibra óptica submarina Prat en un instrumento que podría funcionar como un sistema de alerta temprana para los sismos en nuestro país.
La idea es que esta fibra óptica, perteneciente a la empresa GTD, sea el instrumento más próximo al origen de los movimientos telúricos, en la zona de subducción, para poder medir los sismos mucho más cerca de su fuente y así poder detectarlo y caracterizarlo de una forma más eficiente.
En la página del CSN explican que buscan «utilizar el cable de fibra óptica submarina Prat como si fueran miles de sensores sísmicos dispuestos en el fondo marino, usando una innovadora técnica denominada Detección Acústica Distribuida (DAS) aplicada a la sismología».
Además, recalcan que «La importancia de este proyecto de investigación radica en que ayuda a enfrentar una de las principales dificultades de Chile en cuanto a la detección sísmica, y es que una gran parte de los terremotos tienen su epicentro en el fondo marino, y hasta ahora no es posible detectarlos sino hasta que las ondas generadas llegan al continente».
Este proyecto con fibra óptica submarina «abre la importante posibilidad de contar en el mediano o largo plazo con un sistema de Alerta Temprana de Terremotos para Chile, que permitiría dar aviso a la ciudadanía, con algunos segundos de anticipación, sobre la llegada de la sacudida de mayor violencia producto de un gran sismo», se expresa en el mismo comunicado del CSN.
La complicación que tiene todo el proceso son las posibles falsas alarmas que podría emitir el instrumento, pero no es algo imposible de corregir con la prueba y el error en la que estarán trabajando los distintos colaboradores de este proyecto.
La primera etapa de pruebas en territorio nacional se desarrollará en la zona central en noviembre 2021. Así, Chile continúa siendo un laboratorio natural que, a través de colaboraciones internacionales y público-privadas, «permitirá conocer de mejor manera los terremotos y sus características, permitiendo el desarrollo de nuevas técnicas que ayuden a proporcionar mayor seguridad a la población y que podrán ser replicadas en otras partes del mundo».