La compañía de danza Nezayen de Oriente busca rescatar las culturas del medio oriente y el pueblo gitano. Esta agrupación de 16 años está conformada por cuatro mujeres maipucinas, quienes gracias a su propio esfuerzo han logrado promover y fomentar la cultura a través de la danza por distintas comunas del país.
“Lo originé sola porque me motivó invitar a las alumnas que tenía. Comencé a comprar mucho vestuario cuando comenzaron a llegar muchas niñas interesadas en la danza. Lo que buscamos es rescatar esta cultura ancestral con tanta historia detrás en Chile”, cuenta Fanny Sepúlveda, profesora de danza en Maipú y fundadora de la compañía Nezayen de Oriente.
La compañía se mantiene con la autogestión de sus cuatro integrantes, quienes a través de los eventos logran recaudar fondos para confeccionar sus propios trajes, accesorios y pagar el arriendo de locales que necesitan para ensayar y actuar las diferentes danzas que presentan.
Hoy arriendan un espacio en la academia «Mónica», ubicada en Ciudad Satélite, donde cuentan con 1 hora para practicar, y todo lo demás lo conversan o ensayan de manera online. Pese a las dificultades que han surgido en el contexto de pandemia, siguen promoviendo la cultura por distintas comunas del país e incluso realizar un festival internacional de danza gitana llamado Romá.
Festival Internacional de Danza Gitana Romá
El festival internacional de Danza Gitana Romá reúne a bailarinas de Chile y el mundo. La actividad autogestionada por la compañía y certificada por la CID Unesco lleva 9 años brindando espectáculos de la máxima calidad, buscando promover el intercambio cultural y la difusión de las danzas de las distintas comunidades gitanas que han recorrido el mundo.
El 2 de octubre se realizará la novena presentación de Romá, la cual contará con bailarinas de España, México, Brasil y Argentina. Se podrá ver por YouTube y será de forma gratuita.
Respecto al festival, Fanny comenta que “sería un sueño que el festival fuera gratuito y que en la comuna hubiera un cartel que dijera Romá festival, donde todo el mundo pudiera disfrutar de estas danzas que son tan bonitas. Ojalá que la Municipalidad apoyara a estas agrupaciones y no solo a mí, hay muchas como flamenco u otras culturas. Sería ideal que se le diera un valor a cosas que se hacen de forma profesional y con mucho cariño”.
Practicar danza en Maipú
Fanny trabajó durante 7 años en la Municipalidad de Maipú, en la oficina de la mujer, donde a través de distintas actividades fue llevando la danza a distintas partes de la comuna, y de esa forma conoció a muchas mujeres, cada una con su historia. Pese a trabajar en el Municipio mismo, Fanny afirma que no se interesaban en la danza en un nivel cultural, situación que la fue agotando poco a poco hasta el punto de renunciar y seguir con esta actividad por su cuenta.
Desde la compañía afirman que en otras partes se han encontrado con las puertas totalmente abiertas para realizar sus eventos de forma gratuita, pero con la pena de que en Maipú, su comuna, no se brinda ese mismo apoyo. “En nuestra comuna se nos han cerrado mucho las puertas. Hemos hecho nuestro trabajo afuera, en otras comunas, porque acá ha sido muy difícil. Cuando fuimos a bailar a Melipilla, por ejemplo, el alcalde se subió a felicitarnos y decirnos que ‘debe estar feliz Cathy Barriga’ y yo le dije que ni nos miraban. Todos los alcaldes de otras comunas nos comenzaron a invitar y nos dejaban usar sus teatros gratis, como el Teatro de la Casona Dubois de Quinta Normal”, relata la vecina.
Fanny dice que han ido cuatro veces a entrevistas con la Municipalidad, entre solicitudes por escrito y llamados, sin recibir respuesta, situación que de todas formas no les extraña, pero esperan pueda cambiar.
“En Maipú hay mucho talento, conocí niñas patinadoras y vi cosas super lindas y todas me decían lo mismo de que preferían hacer cosas afuera porque aquí no ayudan”.
La danza como cultura y apoyo
La compañía Nezayen de Oriente no solo fomenta la cultura, también ha sido una ayuda para las mujeres en distintos ámbitos. «Muchas personas a través de la danza se han empoderado donde trabajaron o estudiaron, se empezaron a querer, sentirse bonita y elevar la autoestima. Yo tengo mucho cariño por este trabajo porque muchas mujeres han salido adelante”. dice Fanny.
Respecto a la importancia que tienen las actividades como la danza, Marcela Jiménez, miembro de la compañía, señaló: “Uno como mujer se dedica mucho tiempo a la casa, y en mi caso que soy dueña de casa aún más. Yo busqué actividades para aprender, para salir de mi rutina, motivarme, levantarme el ánimo. En ese tiempo tenía depresión y me ayudó mucho, y no solo yo, uno después conversando con otras mujeres se da cuenta que cada una tiene sus problemas familiares o enfermedades. Lo que me motivó es conectarse con tu parte más mujer y personal”.
Marcela vive en Ciudad Satélite e incursionó en la danza en 2012, cuando Fanny llevaba la actividad a distintas partes de la comuna con la Municipalidad, luego se unió a Nezayen de Oriente hace 4 años. Hoy afirma sentirse feliz de formar parte de la compañía, la cual le ha brindado momentos y sensaciones que nunca ha vivido.
“Lo que se vive en un camarín es único, estresante, divertido, histérico, de todo. Hay personas como yo que nunca pensamos en subirnos a un escenario y ahí estoy con otras mamás. Hemos aprendido a maquillarnos, a confeccionar accesorios y a bordar trajes. Todo ha sido enriquecedor”, además agrega que “el hecho de subirse a un escenario ya es una cosa fascinante y un proceso muy bello. Desde que creamos una danza, desde que pensamos en los collares y trajes, todo eso es un proceso muy bello. Empezar con nada y después ver el producto terminado con la danza arriba del escenario es fascinante”.
Pese a todas las dificultades, la compañía Nezayen de Oriente sigue llevando la cultura a todos los rincones posibles del país, brindando un espectáculo de calidad, con bailarinas locales y del extranjero, todo autogestionado y liderado por cuatro mujeres maipucinas.
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