Han pasado más de dos años desde que la antigua administración municipal clausuró el Club de Tenis de Maipú por no contar con una patente comercial, aún cuando no la necesitaban. La nueva administración les concedió ingresar al lugar y han comenzado el proceso de restauración con sus propias manos para poder reabrir sus puertas próximamente.
Ricardo González, representante del Club de Tenis de Maipú, no había puesto un pie en las canchas durante poco más de dos años. Desde el momento en que la administración de Cathy Barriga clausuró las instalaciones, nadie pudo acceder al lugar sino hasta el pasado 15 de enero cuando la actual gestión dio el vamos con la restauración.
Fue el 8 de octubre de 2019 cuando personal de la Municipalidad de Maipú cerró el lugar. Entraron y expulsaron a todo aquel que se encontrara en las inmediaciones. «De hecho, sacaron a los niños que estaban en la escuela, estaban desarrollando una actividad, y clausuraron ahí mismo», declara Ricardo.
La versión oficial de por qué los clausuraron establece que el club no contaba con una patente comercial, pese a que Ricardo asegura que estaban “inscritos en las organizaciones comunitarias como entidad sin fines de lucro. Así que no nos correspondía tener patente comercial”.
Sin embargo, otras fuentes señalaron que la clausura fue debido a que uno de los profesores cobraba a los padres una cuota, sin que el club estuviera enterado, para impartir “clases particulares” a los niños. No obstante, estas nunca se habrían concretado, puesto que les enseñaba a todos los menores de manera conjunta.
Así lo relata Enrique Brante, de 72 años y uno de los socios más antiguos del club. “El papá que llevó a su niñito, pagó y vio esa estafa, ¿qué es lo que hizo? Alegar”.
Brante también recuerda que había visto a inspectores municipales merodeando las afueras del club anteriormente. “La alcaldesa nos tenía echado el ojo. El club está a nada del Metro, es un lugar privilegiado y de alto costo”. Por lo mismo asegura haberles dicho una semana antes de la clausura a los demás socios: “Nos van a quitar el club”.
Pasaron dos años y tres meses desde el momento en que les prohibieron la entrada al recinto, pero en ningún momento Ricardo junto a los demás socios bajaron los brazos. Constantemente buscaban demostrar de forma legal que el club no tenía ganancias a través de cobros, sino que solo de aportes de los mismos miembros.
“Nos dijeron que, si podíamos comprobar eso, el club se abría. Lo hicimos y tampoco tuvimos una buena recepción”, menciona el representante del club. No obstante, Cathy Barriga, quien entonces era alcaldesa de la comuna, no aceptó reunirse con ellos y la promesa de abrir las puertas no se cumplió.
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No fue sino hasta el cambio de administración que pudieron reunirse con el nuevo edil, Tomás Vodanovic, y arreglar todo el asunto. “Nos encontró toda la razón. Él sabía de las canchas porque fueron ocupadas por gente en situación de calle (…) No entendía por qué estaban abandonadas”.
Ricardo recuerda que le respondió: “No estaban abandonadas, lo que pasa es que no nos dejaban entrar. Estaban clausuradas”.
La restauración del Club de Tenis
Con el compromiso de una ayuda por parte de la Municipalidad, comenzaron las gestiones para reabrir el club. Sin embargo, el esfuerzo por restaurar el lugar asciende a los 10 millones de pesos.
Esto, debido a que en los años que el lugar se encontró sin utilizar, ingresó un grupo de gente en situación de calle y vivieron ahí hasta su desalojo en enero de este año.
“Lo que no se robaron, lo destrozaron”, comenta Ricardo. Las canchas, la oficina del club, los camarines, baños, bomba de agua, mallas y la sala de reuniones, deben ser reparadas. Incluso, deberán restaurar las cañerías, debido a que se robaron los tubos con el fin de vender el cobre. También, deberán instalar seis nuevos postes de iluminación, debido a que los sacaron de raíz.
“Cualquier aporte de la muni va a ser bienvenido, pero, con el afán de que no se nos vuelva a meter gente, nosotros como socios íbamos a autogestionar las reparaciones”, comenta Ricardo.
Actualmente, son los socios con sus propias manos los que se están encargando de la reconstrucción del club. “No quiero ni contar como amanecí al día siguiente”, se ríe Enrique al hablar sobre cómo debió sacar los azulejos de un baño con un chuzo.
El valor del deporte
Lo que los mueve, es el amor por el tenis. La clausura para Enrique se sintió como si le hubiesen apagado muchos sueños que tenía, “lo lamentaba, porque esto era como despedirme del tenis. (…) Me sentí amargado y después enrabiado”, comenta.
Por lo mismo, reabrir las puertas del Club de Tenis de Maipú, para él se siente como una segunda oportunidad. “Hay que hacer las cosas bien. Entregar valores, demostrar que estamos haciendo algo, llevar libros contables”, dice.
Por su parte, Ricardo enfatiza el rol social del club. “Teníamos niños que habían estado metidos en drogas, y que ya llevaban un par de años sin consumir y que iban a jugar al club”, relata. Entre los mismos socios se organizaban y les compraban a los alumnos que lo necesitaran los implementos para jugar tenis.
“A un niño le trae solo beneficios. Les enseñas a cumplir con horarios, a obedecer al profesor, la sana competencia”, señala él.
Desde el club hacen un llamado a las autoridades comunales, independiente del color político. “Hay muchas autoridades que no se han dado cuenta del valor que tiene el deporte (…) trae solo cosas positivas”, enfatiza el representante.
El Club de Tenis de Maipú fue fundado en el año 1969. Instalado a un costado del Teatro Municipal, cuenta con dos canchas que reciben a los vecinos maipucinos que quieran jugar tenis y formar parte del club. Cuenta con 60 cupos para socios, y, actualmente, debido a que algunos abandonaron producto de la clausura, ocho de estos cupos se encuentran disponibles para nuevos miembros.