El Portafolio para la Innovación Pedagógica de JUNJI ha seleccionado ocho jardines infantiles del país con prácticas pedagógicas innovadoras. Dos corresponden a la región metropolitana y uno de ellos queda en Maipú.
El Portafolio para la Innovación Pedagógica es una herramienta de aprendizaje colectivo para las comunidades educativas y equipos asesores. Permite compilar y socializar experiencias educativas destacadas a nivel nacional.
La finalidad de este instrumento es promover la innovación pedagógica como un soporte para la inspiración de los procesos de transformación de la práctica educativa.
El Jardín Infantil “Madreselva”, ubicado en la comuna de Maipú fue uno de los seleccionados. Desde el año 2020, este establecimiento instaló en su Proyecto Educativo Institucional la adaptación de dos metodologías reconocidas internacionalmente: “Reggio Emilia” y “Lefebre Lever”, las que cuentan con su sello medioambiental.
La directora de este jardín, Patricia Moraga, nos explica que “a raíz de que muchos apoderados del jardín nos pidieron conocer más las experiencias de sus hijas e hijos, decidimos como equipo realizar un espacio reflexivo que diera cuenta de lo que hacían niñas y niños, y también hacer partícipes a las familias de estas prácticas.”
Moraga explicó que dentro del trabajo educativo quisieron incluir metodologías que les permitieran poner al niño y niña en el centro del aprendizaje mediante experiencias que consideraran el uso de materiales nobles. Así lo indica, por ejemplo, el “Reggio Emilia”, utilizando la tierra, arena, conchitas y otros tesoros inertes; los que también les permiten experimentar, investigar y aplicar las ciencias en la primera infancia.
En relación al trabajo con la familia, uno de los pilares de la metodología “Lefebre Lever” consiste en la corresponsabilidad, y fue este el que gracias a una ardua gestión del equipo educativo, pudo ser trabajado durante la pandemia.
La directora señaló que “en principio, la comunicación con las familias en pandemia fue muy difícil, pero poco a poco, y con mucho trabajo de los equipos de sala pudimos ir aumentando el interés que las familias tenían por los aprendizajes de sus hijas e hijos«.
«Es tal el nivel que se alcanzó, que hoy cada equipo se comunica con sus apoderados por grupos de WhatsApp, en donde informan de los avances y generan retroalimentación uno a uno mediante reuniones personalizadas. Hoy estos grupos cumplen el rol de una libreta de comunicaciones más personalizada, y que nos mantienen comunicadas con cerca del 70 a 80% de los apoderados por sala”, añadió Patricia Moraga.
Además de este trabajo con familias y el uso de recursos nobles para los aprendizajes, también se suman las prácticas que se realizan junto a niñas y niños con necesidades educativas especiales.
Durante los últimos años han recibido párvulos con diagnósticos de Trastornos de Espectro Autista, con quienes se ha instalado prácticas complementarias, como yoga y masajes; donde es el equipo educativo quienes se han capacitado con sus redes de apoyo, o con sus propios recursos, para instalar estas terapias como parte de las prácticas educativas diarias.
Patricia finalmente resumió todas estas prácticas como parte de la implementación en su unidad educativa del Diseño Universal para el Aprendizaje, donde se reconoce la diversidad de niñas y niños para que tengan las mismas oportunidades de aprender mediante el desarrollo de estrategias de motivación, facilitar el acceso a la información, y considerar las distintas formas que tienen para aprender y expresarse.
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