Maipeluza: por el derecho a pasarla bien

En la antigua Roma muchas cosas podían faltar, como la libertad, la paz o la salud. Pero había dos cosas imperdonables para tener al pueblo contento: la comida y la diversión. 

«Pan y circo» fue la frase que llegó a nosotros desde esa época.  En realidad, deberíamos decir trigo y coliseo romano para ser más exactos. 

Hoy en día la frase se usa despectivamente, como queriendo decir que la gente es manipulada con la comida y el entretenimiento. Pero vamos por partes.

La comida es la base de toda vida humana. El día que no haya alimentos o agua, nos podemos empezar a despedir de nuestro planeta. 

Sin embargo, en nuestro país no hay problemas de comida. Todo lo contrario, tenemos  los índices de obesidad infantil más alto de la región. Es decir, tenemos comida pero nos falta alimentarnos mejor. 

Quizás por eso hizo tanto sentido en su momento la campaña Elige Vivir Sano de la primera dama Cecilia Morel.  Probablemente, su mayor aporte a la política pública chilena. 

Campañas así nos muestran que no basta solo con tener acceso a la comida, es necesario acceder a una comida de calidad. La gente quiere más y, al igual que en educación, una vez que todos obtenemos algo el siguiente paso es mejorar su calidad.  

Y vaya que ha ha evolucionado la comida en Chile, especialmente en las generaciones más jóvenes. 

Desde probar tradiciones culinarias de otros países hasta probar nuevos regímenes alimenticios, como la dieta celiaca o el veganismo. 

Chile cambia rápido.  Sin ir más lejos, Maipú ha dado un salto gigantesco en consumo de Café y pastelería, donde hoy es posible encontrar una verdadera “Ruta del Café” con productos de primera calidad, que nada tienen que envidiar a barrios céntricos más jaivones .

Lo comido y lo bailado

Una vez teniendo la guatita llena, un techo donde vivir y las cuentas pagadas, las personas también quieren disfrutar un poco la vida. 

Pasarlo bien, salir de la rutina, sentirse un poco seres humanos y no solo piezas de una máquina productiva. 

El entretenimiento es parte fundamental de la vida humana y en eso la alcaldesa Cathy Barriga Guerra ha dado en el clavo. 

Si bien nuestro diario ha sido crítico de su gestión, y también de las compras fragmentadas (menos de 500 UTM), usadas para evitar la votación en el Concejo Municipal, debemos reconocer una cosa: Maipeluza es una actividad esperada y reconocida por la comunidad. 

A pesar de todas la investigaciones a la municipalidad, de todos los reportajes al Congreso, de todas las observaciones de Contraloría, de los problemas de seguridad, del agua y una larga lista de cosas: la gente agradece que les alegren un poco la vida.

Quizás por lo mismo la gente (el pueblo) está dispuesta a perdonar muchas cosas de ex alcaldes como Christian Vittori o la alcaldesa actual, Cathy Barriga, porque no todo es matemáticas. En la administración de una ciudad la gente también responde desde las emociones.

Y Maipeluza cumple perfectamente con ese propósito. Con entradas al alcance del bolsillo del maipucino promedio, una parrilla interesantes de artistas y facilidades para adultos mayores y niños es una alternativa perfecta para miles de familias

No es de extrañar entonces que la alcaldesa mencione a Maipeluza hasta en el Te Deum.

Porque la gente la gente  necesita circo.  No porque sea tonta o no quiera pensar, sino porque el entretenimiento, el ocio, la distracción ha sido un espacio históricamente negado para la clase media y media baja en Chile. 

Y en esto, la izquierda ha sido tradicionalmente torpe, creyendo muchas veces que la gente solo vive de pan.  La derecha, incluso desde los tiempos de Diego Portales y la chimba, siempre ha sido más práctica. 

Ceder protagonismo en pos del legado

La animación del gran evento musical estará a cargo de un conocido actor de teleseries: Cristian Riquelme.

Es decir, existe una posibilidad de que la alcaldesa ceda protagonismo en estas fiestas patrias. 

Una señal interesante, porque de ser así, el show podría empezar a brillar por sí mismo, sin la presencia desbordante de la alcaldesa o con canciones  escritas por su hijo o menciones para su marido-diputado. 

Si la alcaldesa es capaz de ceder parte de su protagonismo en pos del festival, quizás Maipeluza se vuelva una actividad de los maipucinos y logre trascender su gobierno comunal. 

Cada alcalde tiene su legado, y el entretenimiento ha sido algo generalmente mirado con desdén por antiguos “príncipes” de la política.

Desde nuestro patipelado medio, nos parece que Cathy Barriga se juega en estas fiestas patrias la gran oportunidad de pasar a la historia como la alcaldesa que supo darle una alegría a la gente por banal que esta pueda parecer.  

Entregar una especie de tregua en medio de la dureza de la política, la delincuencia, el trabajo y los estudios. 

La posibilidad de escapar, aunque sea un par de días de la realidad.

¿No es eso acaso el sentido profundo de todas la celebraciones?  ¿No ha sido así desde el principio de la patria?

LDM

 

Imagen de portada: La Chingana según Claudio Gay

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