Por lo general del Pez Globo conocemos la historia que lo rodea. Es tóxico y su preparación requiere un cocinero especializado. Y no es baladí: un error puede costar una vida.
El cocinero que lo quiera preparar debe entrenarse por 3 años para cumplir la misión. Aprenderá a extraer con sumo cuidado el hígado y los ovarios. También a quitar la piel con la precisión de un cirujano. Un paso en falso y la carne se contamina con una toxina que se equipara al cianuro.
No es lindo morir. Pero morir intoxicado con tetradotoxina o tetrogodina, dos sustancias que pueden estar en el pez debe ser de lo más terrible. El circuito que controla los reflejos musculares se interrumpe. El diafragma no funciona y comienzas a ahogarte. Morirás a los minutos asfixiado y serás plenamente consciente de lo que pasa: las toxinas no afectan tus neuronas.
Toxina del Pez Globo: Sintetizada
En Japón se le conoce como «fugu» y comerlo es considerado un lujo. Lo mismo que en Estados Unidos. En Europa su consumo está prohibido. No quieren correr riesgos. Después de todo el pez globo es la segunda especie vertebrada más tóxica del mundo, después de la rana dorada venenosa.
Sin embargo, más allá de su sabor, la ciencia ha estado por años interesada en diversos venenos o toxinas. Es en ellos donde se han encontrado variados tratamientos útiles para la salud humana. Un primer paso es sintetizar la toxina, cuestión que en el caso del pez globo no es fácil.
La molécula de tetrodoxotina incluye anillos interconectados con abundante oxígeno, que han representado un tremendo desafío para poderlos sintetizar. Ya en el año 1972 se consiguió el hallazgo, pero el método era tan complicado que no salía a costo hacerlo.
Ahora un grupo de científicos publicaron que encontraron una forma de sintetizar a partir de un derivado de la glucosa. El proceso es más simple y permitirá aumentar las pruebas con la toxina.
Anteriormente se ha probado para tratar cáncer y migrañas, además se la ha estudiado para aprender de su proceso de biosíntesis esperando poder usar las conclusiones en las próximas generaciones de analgésicos.
Hoy por hoy la toxina se usa para la investigación neurológica, ya que permite bloquear de forma selectiva los canales de sodio. En el fondo permite apagar algunas señales eléctricas en circuitos neuronales, algo que ayuda sobremanera a la investigación.
El proceso descubierto consta de 22 pasos y otorga un rendimiento en torno al 11%. No es una cifra tan alta, pero es un excelente punto para entender y ser capaces de producir moléculas altamente complejas.
