El lema de la Municipalidad de Maipú es “renace”.
En esta promesa de gobierno, por supuesto, no habrían más trabajadores fantasmas. Tampoco habrían más operadores políticos. Y, sin lugar a duda, habría más seguridad en los barrios.
Los trabajadores fantasmas lo dejaremos de lado hoy, pero invitamos a leer la investigación de La Voz sobre este tema. Sobre los operadores políticos, recomendamos urgentemente leer nuestro artículo sobre el escándalo de los audios de la CODEDUC.
Pero dejando esos temas de lado, nos centraremos en la promesa de un “Maipú Seguro», es decir, en el programa de prevención del delito de la Ilustre Municipalidad de Maipú.
Uno de los caballos de campaña de la alcaldesa Cathy Barriga, cuando iba de visita la Unión Comunal Nº2 (la misma que años más tarde desalojaría), o cuando conversaba con sus ex vecinas de la Farfana era justamente la seguridad.
Tanto fue así, que el mismo Joaquín Lavín León es recordado por sus airadas intervenciones en reuniones de seguridad en el Liceo Bicentenario de Niñas de la Farfana.
Porque Joaquín Lavín, al igual que otros diputados del distrito como Pablo Vidal, Mario Desborddes y otros tantos, entienden lo importante que es la sensación de inseguridad en la población.
Los políticos más inteligentes entienden el rédito político que significa “hacerse cargo” del tema. Especialmente en tiempos cercanos a campañas.
Cathy Barriga, desde sus años de candidata, siempre promovió el uso de las alarmas comunitarias, y como alcaldesa creó un programa especializado en prevención del delito: Maipú Seguro.
Justamente, Maipú Seguro, el programa estrella de prevención del delito es un tema que La Voz ha estado investigando por casi tres semanas.
Descubrimos, por ejemplo, que ninguno de los funcionarios que se pasean con chaquetas amarillas por el centro y los barrios tiene OS10. Para que nuestros lectores se hagan una idea, OS10 es un programa básico para ser guardia de seguridad.
Este curso, obligatorio para guardias y asistentes de andenes del Metro, permite entender aspectos básicos de respuesta en situaciones de emergencia. El curso dura 90 horas pedagógicas y tiene un costo de 120 mil pesos aproximadamente.
Que ninguno de los funcionarios de “Maipú Seguro” haya cursado el OS10 es una prueba inequívoca de la incompetencia de las personas a cargo de esta unidad.
En un testimonio revelador, La Voz logró dar con una persona que conoció Maipú Seguro desde dentro.
Entre otras cosas, esta fuente nos reveló que hace dos semanas “Maipú Inseguro” (como es conocido) trabajaba con el 40% las cámaras de televigilancias. También nos contó que los postes inteligentes de la Plaza de Maipú eran usados como citófonos para que los niños pidan la clave de WiFi, entre otras situaciones difíciles de entender.
Destacamos la expresión “difíciles de entender”, porque nuestro medio hizo las gestiones necesarias para poner todos estos antecedentes en manos de la alcaldía sin éxito. De esto son testigos distintas personas, incluidas dirigentes de partidos de Chile Vamos.
Como medio de comunicación, sentimos una frustración similar a Samuel, nuestra fuente en la investigación y además asesor en seguridad con 30 años de trayectoria. Mucho antes de hacer público el caso, el exfuncionario pidió hablar por distintos medios con la alcaldesa, incluso vía Ley de Lobby, para poder explicarle personalmente el descalabro que había en Maipú Seguro.
Después de muchos intentos, al igual que Samuel, hemos llegado a la conclusión que al otro lado del teléfono simplemente no hay personas con las competencias para desempeñar sus cargos.
La Reina desnuda
Cuenta una historia que “hace muchos años vivía un rey que era comedido en todo excepto en una cosa: se preocupaba mucho por su vestuario.
Un día oyó a unos sastres decir que podían fabricar la tela más suave y delicada que pudiera imaginar.
Esta prenda, añadieron, tenía la especial capacidad de ser invisible para cualquier estúpido o incapaz para su cargo. Por supuesto, no había prenda alguna sino que los pícaros hacían lucir que trabajaban en la ropa, pero estos se quedaban con los ricos materiales que solicitaban para tal fin.
Sintiéndose algo nervioso acerca de si él mismo sería capaz de ver la prenda o no, el emperador envió primero a dos de sus hombres de confianza a verlo.
Evidentemente, ninguno de los dos admitieron que eran incapaces de ver la prenda y comenzaron a alabar a la misma.
Finalmente, el rey (o la reina) se convenció que debía lucir esta maravillosa prenda.
Los estafadores hicieron como que le ayudaban a ponerse la inexistente prenda y el emperador salió con ella en un desfile, sin admitir que era demasiado inepto o estúpido como para poder verla.
Toda la gente del pueblo alabó enfáticamente el traje, temerosos de que sus vecinos se dieran cuenta de que no podían verlo, hasta que un niño dijo:
«¡Pero si va desnudo!»
La gente empezó a cuchichear la frase hasta que toda la multitud gritó que el emperador iba desnudo.
El emperador lo oyó y supo que tenían razón, pero levantó la cabeza y terminó el desfile”. (Wikipedia, sv. El traje nuevo del Emperador).
No podemos asegurar que nuestra reina ignora todo lo que hacen sus “chaquetas amarillas”. Sin embargo, los hechos parecen demostrar un patrón: la gente que debería saber “hacen creer” a la reina que saben lo que hacen.
Al igual que con la historia del rey desnudo, los estafadores lograron su plan porque nadie quiere parecer tan estúpido como para “no ver la tela”.
Quienes se han atrevido a levantar la voz han sido callados.
Y así, de pronto pasan dos años y nos encontramos con situaciones como el programa Maipú Seguro de la segunda municipalidad con más habitantes en Chile a cargo de personas sin las competencias necesarias para “hacer la pega”.
Para que se hagan una idea, en las camionetas de Maipú Seguro van personas sin ninguna preparación ni atribuciones para hacer algo en caso de una emergencia. Ellos mismos confiesan que no se bajan de las camionetas en los operativos por desconocimiento de qué hacer en caso de un problema grave.
Su trabajo podría resumirse en “dar vueltas por la comuna”, y –si usted es observador– se dará cuenta que debido a la velocidad que conducen es poco lo que pueden observar.
Así como esto, muchos más casos que La Voz revelará este lunes en la segunda parte de su investigación sobre Maipú Seguro.
Cuando la alcaldesa inventa sus “chaquetas amarillas”, sus Alfas (guardia personal alcaldicia) y Deltas (patrulleros del centro), nadie es capaz de explicarle que usar el color amarillo para la seguridad ciudadana es un despropósito, ya que que el personal debe distinguirse a la distancia y no mimetizarse con otros departamentos, como Aseo y Ornato.
Porque una cosa son las chaquetas amarillas que usa la Scotland Yard inglesa para indicar que cargan una pistola cargada, y otra cosa muy distintas son las chaquetas amarillas que deambulan por Maipú sin mayor atribución, capacitación ni formación que la que tiene usted, o nosotros que dirigimos un medio.
¿Qué experiencia en prevención ciudadana puede tener una profesora de educación básica? Nos referimos al caso de Loreto Rivera Gómez, coordinadora del área, quien por su trabajo recibe 1.827.918 pesos mensuales. Sin desmerecer la profesión docente, nos preguntamos quién le regala sombrero con tanta cinta a quien no tiene cabeza.
Pero lo más irrisorio o mejor dicho preocupante es palpitar la indignación de la gente en barrios como La Farfana, Las Rosas, Longitudinal, Tres Poniente y tantos otros, sabiendo que el programa especializado en prevención ciudadana ni siquiera era capaz de operar las cámaras de seguridad adecuadamente.
A raíz de nuestra investigación, nuestras fuentes nos informan que hace dos días alguien se consiguió el permiso para “subirse a una torre de agua” y arreglar la antena que tenía a la municipalidad con el 60% de las cámaras de televigilancia sin funcionar.
La historia del rey desnudo termina cuando un niño dice la verdad, y la multitud empieza a repetir la frase “el rey está desnudo”. Finalmente, su majestad se da cuenta que fue engañado.
Creemos que aún hay tiempo para desenmascarar este engaño y sobre todo la incompetencia de unos “sastres” que de ropa y seguridad saben poco y nada.
Solo esperemos que nuestra reina tenga la sabiduría necesaria para reconocer el engaño y recapacite.
Nuestro medio mantendrá su deber ético y republicano de seguir gritando esta verdad por alto que sea el costo.
Esperamos que nuestros lectores nos ayuden en esta urgente tarea y nos acompañen gritando fuerte el coro de esta editorial: el rey está desnudo.
LVDM