Entre 150 a 200 personas salieron a marchar este sábado por la calles del barrio La Farfana.
En su mayoría fueron vecinos de la Villa Santa María de la Farfana, apoyados también por vecinos de otros sectores que adhirieron al llamado. La marcha es el tercer llamado a tomarse las calles que se realiza en el sector debido a la ola de asaltos y delincuencia que se vive en el barrio desde que llegaron, pero con especial intensidad en esta época.
Algunos de estos crudos episodios de violencia fueron recogidos por La Voz en un reportaje a fondo.
En una declaración pública, los vecinos señalan:
“Nos sentimos atemorizados. Los vecinos del Parque Residencial Santa María de Maipú, en conjunto con vecinos de sectores aledaños a La Farfana y sus alrededores, nos hemos organizado de manera espontánea, con el fin de prestarnos asistencia y tomar medidas precautorias ante la inseguridad en que nos vemos inmersos desde hace algunos años ya.
Este petitorio responde a muchas consultas realizadas a nuestros vecinos, un porcentaje importante de nuestra comunidad ha presentado sus ideas en pro de mejorar nuestro bienestar, mermado por la ola de delincuencia que nos ataca”.
Las exigencias de los vecinos están contenidas en petitorio de 7 puntos, donde piden:
- Retén móvil permanente
- Seguridad ciudadana en horarios punta
- Luminaria
- Blindaje para el puente del rosal con Isabel Riquelme
- Cámaras de seguridad 100% operativas
- Dar vida al canal de la farfana y sitio eriazo avenida la farfana con Isabel Riquelme (Puente).
Sobre esto, el presidente de la Junta de Vecinos Parque Residencial Villa Santa María 3, don Patricio hace un balance de la marcha:
“Carabineros es clave en todo. Sin su presencia punto fijo. El otro día al estar un par de motorista en el Parte El Rosal, no hubo situaciones extrañas. Pero esta solución es parche, porque la Comisaría nos manda esta solución por 30 días, y luego volveremos a tener delitos, ataques a personas”.
“Nos parece que no ha habido voluntad política de las autoridades comunales ni centrales. Todos pagamos permisos de circulación e incluso contribuciones, todo aquí se ha conseguido con esfuerzo, años de pagar dividendos y vivir endeudados para esto”.
Parte de la solución es la construcción de una subcomisaría, para ellos deben renunciar a el sector más preciado de las áreas verdes, un espacio que les llena de orgullo y que dada la situación están dispuestos a sacrificar. Sin embargo, los vecinos se preguntan por qué el común del ciudadano no puede tener ambas cosas.
La molestia se hizo patente en la calles el día de ayer. Pero así como hay miedo, indignación también hay convicción y unidad. Creen que la bandera que levantan es justa y saben que no son la única villa con estos problemas.
Hay ganas, energías y sobre todo capacidad de organización. Solo falta que las autoridades se sienten a la mesa a conversar.
Galería de imágenes de la marcha