A ratos pareciera que la visita del exVicePresidente de España y fundador del partido de izquierda Podemos: Pablo Iglesias, fuera para polemizar con líderes de la extrema derecha chilena. Pero no es así. O al menos hay más que eso.
El pasado viernes 30 de septiembre Iglesias se presentó en la Universidad de Chile para participar en un foro organizado por la facultad de comunicaciones de dicha casa de estudios donde habló sobre “Medios de Comunicación y conflicto político”
El panel estuvo compuesto por Nicolás Copano, periodista y streamer; Beatriz Sánchez, periodista, exConvencional y exCandidata Presidencial; Ana María Castillo, académica de la U. De Chile y Co-Directora del Núcleo Inteligencia Artificial y Sociedad. A ellos se sumó Eugenio Tironi, quien se autodenominó como “invitado de piedra”. Tironi fue creativo en la franja del no, Ministro en el Gobierno de Patricio Aylwin y es sindicado por ser quien acuñó la frase que dice que “la mejor política comunicacional de un Gobierno, es no tener una política comunicacional”.
El formato del foro, que rozó las dos horas, partió con Iglesias explicándole a las y los presentes las razones por las que la izquierda europea siempre mira con atención lo que pasa en Chile. En su presentación Iglesias contó que desde pequeño escuchó de Victor Jara y Violeta Parra. Y que desde Europa se miró con interés el proceso de la Unidad Popular, como un camino al socialismo a través de las elecciones populares.
Asimismo el fundador de Podemos, quien al poco tiempo de la renuncia al cargo de VicePresidente de España anunció su retiro de la política contingente, y que hoy participa en un podcast y estudia el fenómeno de la comunicación política, analizó la concentración de medios en España y cómo son los medios los que construyen realidades, eligen quienes son o no parte del debate y cómo la democracia no se ve representada en las pautas, coberturas, ni en la conformación de los medios.
La académica de la Universidad de Chile: Ana María Castillo, teorizó sobre cómo el estallido social puso en duda por parte de la ciudadanía a los medios tradicionales y cómo el proceso se truncó con el inicio de la pandemia, donde el mensaje central era volver a informarse a través de los medios oficiales.
Eugenio Tironi y sus pecados
Tironi por su parte, entendiendo a la perfección su rol de contraparte y minoría en el panel, partió por reconocer lo que el mismo llamó “los pecados de los que se me acusan”. Ahí trató de explicar la decisión que hubo desde el gobierno de Aylwin de dejar morir a los medios más de izquierda, quienes se opusieron a la dictadura. Sobre el punto dijo que lo volvería a hacer, pues prefiere medios “libres” que pauteados por el Estado. Además reconoció que otro de los pecados que se le achacan fue haber salido del gobierno para terminar en la empresa privada.
Copano, quien trabajó en el área digital de CNN y CHV en el momento del estallido, confesó que la noticia más leída de la época tuvo poco que ver con el momento político que se vivía. Además dijo que más allá de la visión que por esos días la ciudadanía expresaba sobre los medios, en CNN sobre el 90% de los videos que llegaron salieron al aire. “El 10% restante eran imposibles de verificar”, confesó.
Nicolás Copano teorizó sobre la idea que los medios les hablan según el horario a las audiencias. A juicio del periodista los noticieros son más progresistas que los programas en la radio en la mañana, pues mientras los primeros les hablan a las y los trabajadores que vuelven a sus hogares, los segundos son escuchados por aquellas y aquellos que van en sus autos a sus empresas. De ahí, según el comunicador, los discursos de los medios a sus audiencias.
Beatriz Sánchez reconoció que no hablaría del proceso constituyente, pues es un tema que no ha logrado superar del todo “y soy súper llorona”, confesó. Sin embargo puso el acento en cómo diarios como El Mercurio cada día son menos leídos, sin embargo sus titulares logran pautear a toda la clase política y los otros medios de comunicación.
Además Sánchez planteó el tema de los algoritmos de las redes sociales y buscadores a la hora de construir noticias. El tema que propuso Sánchez, y del cual reconoció no tener respuestas es, hoy por hoy, uno de los grandes dolores de cabeza de miles de salas de redacción en el mundo.
Iglesias propuso un sistema de medios de tres tercios. Un tercio para los privados, otro para el Estado y el último para organizaciones de la sociedad civil. De esta manera, a juicio de Iglesias, las audiencias podrían disfrutar de opciones a la hora de entretenerse o informarse más cercanas al mundo real.
En el fondo, el sistema propuesto por Iglesias busca revertir una situación que sucede cuando el mercado regula todo. Canal 13, por ejemplo, está en manos de Andrónico Luksic, quien es un empresario reconocido por los márgenes de ganancia que tienen sus empresas. O casi todas. Porque en el caso de Canal 13 acumula año tras año pérdidas. La pregunta entonces es ¿por qué mantener un negocio donde se pierde dinero? La respuesta de parte del panel es simple: porque desde los medios puede construir realidades. Realidades que lo ayuden a configurar un país con menos reglas que atenten contra sus intereses.
Tironi reforzó el punto, reconociendo que El Mercurio, diario del cual es columnista frecuente, enfrenta serios problemas para pagar sueldos a sus periodistas. Sin embargo, más allá de los malos números, “el decano de la prensa chilena” sigue manteniendo sus niveles de influencia.
Eugenio Tironi al final se mostró tranquilo con las decisiones que tomó. Sin embargo le pareció buena idea la de los tres tercios en los medios de comunicación. Iglesias cerró el seminario diciendo que si el fuera director de un periódico titularía “Eugenio Tironi reconoce que el sistema de tres tercios sería bueno para el sistema mediático chileno”. En esta tribuna nos hizo sentido el titular propuesto por el fundador de Podemos. El resto es historia.
