Actualmente, la cifra supera las 22.000 personas en condición de calle y no existen proyectos que busquen devolverles la dignidad, ni sentido de pertenencia dentro de la sociedad. Ese es uno de los focos que Fundación Gente de la Calle aterriza diariamente con su trabajo con hombres, mujeres, niños, niñas y adolescentes que traen consigo una historia de abandono.
Esta fundación cuenta ya con 25 años de trabajo directo con la gente de extrema pobreza que vive en situación calle a lo largo del país. El trabajo de ellos comienza a raíz de la preocupación y con el ánimo de estudiantes para intervenir en los distintos espacios donde la gente vive en las más precarias condiciones y que hacen frente a la vida con todas las adversidades que se les presentan diariamente. Los primeros pasos los dieron en la comuna de Recoleta, posteriormente en el barrio Franklin.
El trabajo que esta fundación se ha trazado como objetivo principal, va más allá de ir a tomar un café y conversar con la gente que se encuentra en la calle viviendo. Las historias de cada uno de los actores son disímiles, sin embargo, encuentran un punto donde todos convergen, es decir, viven en el inframundo y son invisibilizados por todos, incluso por los programas que el mismo Estado impulsa, pero como una forma de gerenciar la pobreza.
Para Patricia Valenzuela Lorca, socióloga y vocera institucional de la Fundación Gente de la Calle “la diferencia entre nuestra organización y otras que trabajan con esta problemática. Durante los primeros 15 años aproximadamente, esta fundación estuvo trabajando al alero del Hogar de Cristo respecto de los recursos con los que pudieran contar para realizar las actividades de asistencia hacia las personas que se encontraban en situación de calle. Sin embargo, paralelamente y a lo largo de esos años, todas las organizaciones comenzaron a conformarse, principalmente religiosas, en una red que se profesionaliza, pero, también, se insertaba de una u otra manera en los “proyectos” a los que postulaban y comienzan a contar con mayores recursos que son entregados por el Estado”.
Lo anterior produce un cambio cualitativo, en el año 2005, con relación a mirar por primera vez, a contar, catastrar a las personas en situación de calle (la primera cifra oficial fue de 12.742 personas en situación de calle). Es en ese contexto que la Fundación se dio cuenta que se estaban desarrollando programas dirigidos a gente en situación de calle muy funcional a este sistema socioeconómico y político y, por lo tanto, el Estado se sintió interpelado a ser un mero administrador de la pobreza sin poder generar un cambio, un impacto en la población social y desde ese contexto la Fundación toma una decisión política de buscar actos de incidencia y se preguntan ¿Cómo podemos nosotros sabiendo que han pasado tantos años asistiendo a personas en situación de calle incidir en políticas para la erradicación de esta condición?, ¿Cómo podemos lograr ejecutar un cambio? Entonces, el trabajo que distingue a la Fundación Gente de la Calle con los otros organismos es que se plantean y trabajan para erradicar y no ser un mero gestor asistencialista sin resolver los problemas estructurales que llevan a la gente a vivir en estas condiciones. Existe una clara la diferencia entre erradicar y asistir para reproducir esta desigualdad que desplaza a estas personas y que cambian escenarios o llegan nuevos sujetos a vivir esta dolorosa experiencia. “Nosotros decimos que esta situación va a seguir existiendo en esta sociedad capitalista, patriarcal, racista y que, desde la mirada de otras organizaciones, estas personas no están siendo consideradas debidamente y, por lo tanto, se habla de “superar” para seguir siendo funcional al sistema.”
¿Existen políticas públicas para la gente en situación calle?
Carolina Llanos, encargada de estudios e integrante del equipo de incidencia de la fundación, asegura que no existen políticas públicas reales, de hecho, no existe claridad en las cifras. “Hasta el 2019, sin estallido social ni en estado de emergencia sanitaria, estimamos que hay por lo menos 20 mil personas en estas condiciones; Sin embargo, hoy, con la pandemia, se hace urgente levantar un catastro completo, utilizando la metodología necesaria para obtener resultados clarificadores y no volver a trabajar con un registro social de calle, el que, además, está profundamente cuestionado. Nosotros buscamos incidir en las políticas públicas, pero de la mano con la gente que vive en la calle, ellos son protagonistas de muchas vulneraciones y ellos deben participar activa y políticamente en la búsqueda de la solución para avanzar y erradicar esta forma de vida invisibilizados.
Puedes ver toda la entrevista en «Alza La Voz», el programa de Claudia Molina que va cada Lunes por la noche en nuestro facebook live, también, para más información de la Fundación entrevistada, puedes visitar su página web haciendo click en Gente de la Calle
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