En los últimos años, se han estado planteando importantes cambios en lo relacionado a la protección de la niñez y la adolescencia en un país que fue golpeado por impactantes historias de vulneración al interior de numerosos centros SENAME, elevando un urgente llamado no solo al Estado a hacerse cargo sino también a hacerlo como sociedad.
En este contexto, también las distintas instituciones llamadas «colaboradoras» han realizado diversos esfuerzos por crecer y mejorar, tal como lo ha hecho la Fundación Nacional para la Defensa Ecológica del Menor de Edad (Fundación DEM), quienes activos desde 1987 han ido incorporando y ejecutando varias iniciativas como “Comunidad y Prevención Comunitaria en Familias en Alto Riesgo Social”, «Programa de Libertad Asistida Simple» y el «Programa de Familia Asistida».
En 2008, enfocados en la línea de protección, nace el Programa de Familia de Acogida Especializada (FAE) que hasta hoy ha tenido un alcance en al menos 8 comunas del país, y desde julio del año pasado incluye a la comuna de Maipú y Cerrillos.
Para conocer un poco más de qué se trata esta iniciativa conversamos con Silvia Morales, trabajadora social y directora del FAE Maipú-Cerrillos, quien además tiene una basta experiencia en atención a la niñez y adolescencia por más de 20 años.
Considerando toda esta trayectoria que tienes, imagino que tienes todo un punto de vista como testigo de los cambios que se han hecho desde el gobierno con el trabajo con los niños, niñas y adolescentes, ¿cómo crees que ha funcionado?
Bueno, estamos en un proceso de ya un año del servicio nuevo, Mejor Niñez, y en realidad yo esperaba mayores cambios para introducir algunas mejoras respecto a los programas los cuales hoy día están diseñados. Se ha incorporado un proceso nuevo de fiscalización a los programas que anteriormente no existía, pero en la práctica no hay muchos más cambios. No es el caso de nosotros, pero sí, en otros programas que son complementarios los niños tienen listas de espera importantes.
De todas formas creo que lo positivo ha sido justamente una mayor visibilización de las Familias de Acogida como una línea importante en términos de lo que es prevenir el ingreso de los niños, las niñas a residencias de protección.
¿Podrías contar de qué se trata el programa de Familias de Acogida en Maipú?
Esta es una línea de intervención que funciona como una alternativa en similares condiciones a lo que sería una residencia. Somos una alternativa para aquellos niños, niñas y adolescentes que por diversas razones no están a cargo de la familia directa (madre o padre), sino de algún tercero, quienes en la mayoría tienen algún vínculo familiar. Yo te diría que casi el 90% o 95% son abuelos, tíos, hermanos que asumen este cuidado transitorio e ingresan con nosotros.
El primer objetivo que tenemos ahí es ver si se puede producir una reunificación familiar con la mamá, con el papá o con ambos, dependiendo de situación, y de no ser así, si las personas que tienen la actual cuidado puede hacer un cuidado más definitivo y no tan solo transitorio.
Aquí también entra lo que son las Familias de Acogidas Externas…
Así es. Este es un concepto adicional que hemos incorporado. Estamos hablando de ofrecer la posibilidad a familias que estén interesadas en asumir el cuidado transitorio de un niño, niña o adolescente mientras se trabaja en la reunificación parental o aparezca alguna red familiar que quiera hacerse cargo y, si finalmente no se dan las condiciones anteriores, poder iniciar un proceso de adopción.
Para ser familia de acogida externa se tiene que tener mucha motivación para asumir la responsabilidad, la que puede extenderse en ocasiones por solo unos meses, como también un año, depende mucho de cada caso, de las intervenciones que necesiten los niños. Un proceso de adopción, por ejemplo, puede tardar un año y en ese tiempo el niño necesita de un espacio protegido.
Esta alternativa es muy importante porque, a pesar de que un espacio residencial pueda tener todas las condiciones necesarias, en la práctica, el mayor daño que se produce cuando los niños se han «institucionalizado» tiene que ver con el tema de los vínculos afectivos. Cuando una familia asume el cuidado hay una reparación en ese sentido.
¿Y cuáles serían las condiciones que una familia necesita cumplir, los requisitos, para ser una Familia de Acogida Externa»?
Las familias pasan por todo un diagnóstico para verificar que están preparadas para asumir esta responsabilidad. Que quede claro que esto es temporal, que no es un proceso de adopción, esa es la diferencia.
Y no necesariamente deben ser familias «tradicionalmente conformadas». Esto no tiene que ver con la estructura. Pueden haber familias monoparentales, o parejas sin hijos, etc. Lo que importa más son las condiciones habitacionales, por ejemplo, también del tiempo que se le va a poder entregar. Porque muchas veces estos niños o niñas tienen terapias y es necesario que sean llevados a ellas.
Hay un tipo de familia de acogida que se llama de emergencia, que ha sido la más difícil de encontrar, porque deben ser personas dispuestas a asumir el cuidado de forma inmediata, previa evaluación, por supuesto, pero hay veces que nos encontramos con situaciones graves donde hay que reaccionar rápidamente para que el niño no sea institucionalizado. En este caso los tiempos de permanencia son más acotados, como una semana o un mes, a diferencia de las familias externas que ahí ya son períodos más prolongados, como contaba anteriormente.
¿Con cuántas Familias de Acogida trabajan actualmente en Maipú-Cerrillos?
Familias Externas tenemos solo cuatro, el resto son todas con algún vínculo sanguíneo o Familias Extensas como les llamamos, que es lo que te contaba primero. Tenemos aproximadamente 100 niños y niñas cubiertos en total, que es el cupo que manejamos, trabajando con unas 70 familias.
Por ahí iría el llamado entonces, a invitar ser parte de esta red de apoyo y ser una Familia Externa…
Mejor Niñez y otras fundaciones como nosotros han mantenido fuertemente una campaña en el último año. Esta modalidad de familia de acogida es algo que siempre ha estado, pero que de todas maneras se tiene que potenciar y visibilizar porque es una mejor alternativa para el cuidado del niño o niña, y va en la línea de asumir una co-responsabilidad como sociedad frente a los hechos de vulneración grave. No olvidemos que nuestro país firmó la Convención de los Derechos del Niño, y hace poco ya tenemos la Ley de Garantías de Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes.
¿Y cómo consideras que son los procesos de adopción actualmente en Chile? ¿crees que se ha avanzado en algo al respecto?
Primero, como sociedad creo que nos falta mucho para reconocer la adopción como una forma de ser familia. A eso se suma que lamentablemente siguen siendo procesos muy lentos. A nivel de legislación, la Ley de Adopción está en el Congreso en este momento, no ha avanzado mucho, y precisamente plantea una agilización de los trámites.
Actualmente es un camino que muchas veces resulta largo y agotador, familias que están dos, tres años esperando, lo que suele implicar una pérdida valiosa de tiempo en cuanto al desarrollo del niño o niña. Imagina el caso de un bebé que con 5 meses inicia un proceso, y este termina cuando ya tiene casi 2 años de edad.
Para cerrar, ¿cuál es el llamado que hacen para que más familias se sumen a este programa?
Creo que el llamado primero es a informarse, porque creo que a veces se puede tener miedo, que es normal, pero en la medida que uno va conociendo de qué se trata… La fundación tiene su página web donde está toda la información.
Hemos escuchado testimonios de familias externas que son increíbles. El cómo han experimentado un crecimiento porque no solo ellos entregan un espacio, sino también los mismos niños y niñas los hacen crecer a ellos como personas, como familias. Creo que eso es algo muy importante a destacar.
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