En 2021, distintos profesionales internacionales comenzaron una investigación relacionada al trastorno del deseo sexual hipoactivo, o TDS, es decir, la falta de apetito sexual.
El estudio, liderado por el Doctor Waljit Dhillo, profesor de Endocrinología y Metabolismo del Imperial College de Londres, que lleva años estudiando la relación entre el bajo deseo sexual y la hormona kisspeptina, consistía en inyectar kisspeptina a los participantes, varones que no sintieran deseo sexual, y CNN expuso a qué resultados se llegó con esto. Vamos por parte.
¿Qué es la kisspeptina?
Es una hormona descubierta hace menos de 25 años, y que, al parecer, tiene un gran impacto en nuestro apetito sexual y en nuestro estado anímico. La kisspeptina es secretada desde el hipotálamo y desde la placenta.
Además, desempeña un rol clave en la reproducción humana, ya que en caso de no mantener niveles suficientes de esta hormona, los niños podrían no llegar correctamente a su etapa de pubertad.
¿Cuál fue el resultado de este estudio?
A los hombres que participaron en el nuevo estudio se les instaló un dispositivo para medir objetivamente la excitación, luego se les administró una inyección (que podía contener kisspeptina o ser placebo) y finalmente se les solicitó que vieran pornografía mientras se escaneaba su cerebro a través de una resonancia magnética funcional.
“Como grupo, los hombres tuvieron una respuesta sexual a las imágenes sexuales un 56% mayor tras la kisspeptina que con el placebo“, dijo Dhillo para CNN. “Y no encontramos efectos secundarios en la dosis muy, muy pequeña que estamos utilizando”, agregó.
Uno de los testimonios entregados por un participante a CNN, dio cuenta que en la última sesión de inyección, se dio cuenta de que comenzó a sentir más interés por generar momentos de intimidad con su pareja, y que parecía como si algo en su cuerpo hubiese cambiado.
Lo anterior, según el relato del hombre al medio mencionado, permitió que mantuviera más relaciones sexuales con su pareja, lo que mejoró aún más la conexión que había entre ellos.
Si bien no se hizo un seguimiento a largo plazo, el testimonio de este hombre apunta que, dos años después de haber recibido las inyecciones, sigue sintiendo que su deseo sexual se ha mantenido en un buen nivel desde entonces.
De esta manera, se podría concluir que las personas que padecen del trastorno del deseo sexual hipoactivo, es porque en algún punto comenzaron a producir menos niveles de kisspeptina.
Se necesita más investigación al respecto
Si bien los resultados de la investigación sobre el deseo sexual son prometedores, los expertos apuntan a que es necesario realizar futuros estudios que puedan confirmar los resultados de este, ya que aún no se puede catalogar como concluyente.
Lo anterior, considerando también que este tipo de deseo es algo complejo y que puede verse influido por muchos factores.
Lee también: Presidente Gabriel Boric promulgó la Ley de 40 horas laborales: “Nos dijeron que esto no era posible en Chile”