El 11 de diciembre de 2004 el Padre Carlos Cox asumía una tarea tremendamente complicada. Ese día, a las 19 hrs, se convertía en el tercer rector del Santuario Nacional de Maipú.
En una ceremonia presidida por el Cardenal Francisco Javier Errázuriz, Cox se transformaba en rector del Santuario, confiado desde su origen a la comunidad de los Padres de Schoenstatt.
El Santuario nacional desde el año 1966 que tiene rectores, siendo el primero el Padre Joaquín Alliende, quien ejerció el cargo desde el año 1966 al 1976. Ese año, asumió quien era Vicerrector, el Padre Raúl Feres, quien se mantuvo hasta el 2004, cuando asumió Cox.
Durante su mandato el Templo Votivo de Maipú tuvo importantes modificaciones, como la construcción del mirador, desde el cual se puede ver todo Maipú. Además el Museo del Carmen ha tenido importantes mejores.
Cox anunció hace algunos días que su congregación le informó que sus funciones en Maipú terminan a fin de año. Con la experiencia adquirida en Maipú, y también en los 10 años que estuvo en México, el sacerdote se hará cargo de uno de los más de 190 santuarios que la congregación de Schoenstatt tiene en Alemania.
En los próximos meses la iglesia deberá informar quien será el cuarto rector del Templo Votivo de Maipú.
Cox, un cura con pasado DC/MAPU
Antes de entrar al sacerdocio, Carlos Cox era estudiante de ingeniería en la Universidad Católica de Chile. En esa casa de estudios, tuvo vínculos y participación con la DC y el MAPU. De hecho, alguna vez escuché que Cox fue uno de los que participó en la escritura de la famosa frase acuñada el 11 de agosto de 1967 cuando, en medio de la reforma universitaria de la Pontificia Universidad Católica de Chile, un grupo de estudiantes de esa universidad colgaron un lienzo en su casa central que decía «El Mercurio Miente»
Alguna vez le pregunté respecto a la veracidad de esa historia. Recuerdo que se sonrió, y me dijo «recuerdo que pinté un eme, pero no sé si de Mercurio o de miente», para luego sonreír y sorprenderse con el dato.
Cox le dice adiós a Maipú en medio de una iglesia chilena sumida en una profunda crisis.