Por Carlos Soto Cortés, librero.
*Todas las cifras tienen como fuente el Atlas Comunal Maipú 2015.
Habitualmente se ha reconocido a Maipú como a una comuna orgullosa de su papel determinante en la Historia de Chile. La victoria militar en La Batalla de Maipú es, para muchos, el acontecimiento que finalmente concretó nuestra Independencia, mientras que la promesa de O`Higgins a la Virgen del Carmen le dio a la República un futuro auspicioso basado en la fe de la Iglesia. Maipú “Cuna de la Patria”, expresa literalmente el Escudo Municipal, cuyos símbolos son El Abrazo de los Libertadores a los pies del Templo Votivo; Maipú como insignia de esa Identidad Nacional, mito fundante requerido y promovido en los albores de nuestro Estado. Esta identidad maipucina, estrechamente vinculada a la simbología patria, se vio tal vez reforzada por las características territoriales de nuestra comuna en relación a Santiago, como periferia de la Metrópoli, mayormente rural, reservorio campesino en la Capital. Quizá es por estos motivos, entre muchos otros, que las expresiones artístico culturales más visibles, practicadas y fomentadas de nuestra comuna sean tradicionalmente aquellas ligadas al ámbito religioso popular, al folclore, y al heroísmo patriótico. Sin embargo, la realidad cultural e identitaria de Maipú ha cambiado, y con ello también sus expresiones artísticas y su configuración patrimonial. Ya no todo es costumbrismo criollo o dieciochero.
Si bien la urbanización de Maipú fue tardía, comenzando incipientemente a principios de la década de 1950 y de la mano de una tímida industrialización, a partir de 1980 la densidad poblacional experimenta un crecimiento explosivo. Actualmente, somos casi 600 mil habitantes, convirtiéndonos en la segunda comuna más poblada del país. No podemos ya quedarnos con la lectura y la promoción del arte y la cultura comunal de hace 50 años, ni con aquella visión de una identidad uniforme y un patrimonio establecido en el período de la Patria Nueva. Hoy, la comuna la componen 21 grandes barrios, 18 de los cuales poseen una población promedio de más de 30 mil personas. Casi un 10 porciento de las maipucinas y maipucinos declararon, en 2013, pertenencia a alguno de nuestros pueblos originarios. Somos una diversidad de culturas e identidades, con las más variadas y cosmopolitas expresiones artísticas que puedan haber, y con diferentes necesidades de reconocimiento del patrimonio cultural, tanto material (edificios, monumentos o esculturas) como inmaterial (costumbres, tradiciones, creencias, prácticas y saberes).
No obstante, padecemos de un débil sentido de pertenencia local y de un desconocimiento generalizado del espacio social, cultural, artístico y territorial de cada barrio, villa o población. No existe un fomento del arte y la cultura en un sentido amplio, que incluya no solamente las prácticas y actividades tradicionales y las disciplinas institucionalizadas. La promoción del arte contemporáneo o el arte urbano brilla por su ausencia, nadie reconoce a nuestros artistas locales y no hay espacios convocantes regulares. Para dar algunos lamentables ejemplos que grafican esta situación, podemos señalar que, en 2014, solamente el 1,3 por ciento de los maipucinos fueron beneficiarios de la biblioteca municipal, que sólo 102 personas asistieron a actividades culturales organizadas por el municipio, o que en el barrio Ciudad Satélite se realizó la extraordinaria cifra de 1 actividad cultural municipal… En suma, no contamos con un circuito cultural organizado desde el municipio y que se nutra de las iniciativas de los diversos actores sociales.
Con objeto de revertir dicha situación, realizamos algunas propuestas:
– Que quede claro: no se trata de rechazar la herencia cultural tradicional, sino que de dar cabida a las diversas culturas e identidades locales… de hacer un cambio.
– Promover y premiar la organización de agrupaciones artístico culturales, con o sin personalidad jurídica, con o sin fines monetarios.
– Considerar como censura no sólo al acto directo de reprensión de tal o cual contenido, sino que también al acto indirecto de omitir, relegar u olvidar las demás expresiones artísticas y culturales que no sean tradicionales.
– Construir un Circuito Cultural Comunal Permanente, que no se limite a las fechas especiales como Fiestas Patrias, vacaciones o a celebraciones religiosas. Es imperativo que dicha iniciativa dote de sentido y profesionalismo a la actividad artístico cultural, permitiendo a los actores sociales vislumbrar objetivos y conseguir metas. El circuito debiera comenzar con el impulso a la organización de agrupaciones en los barrios, y continuar hasta su proyección regional, nacional e internacional.
– Fondos concursables del municipio, diferenciados por área o disciplina artística, para personas, artistas y agrupaciones culturales de la comuna.
– Repotenciamiento de espacios importantes cuyo uso es insuficiente, como el Teatro municipal, el Cerro 15 o la Medialuna de Maipú.
– Creación de zonas culturales. La constante expansión del centro de Maipú no considera una oferta permanente de panoramas culturales que atraigan al turismo. Nuestro casco histórico debe ser culturalmente atractivo, y debiera contar con espacios para la realización de actividades artísticas durante todo el año y, especialmente, en período estival. Es conveniente que estas zonas agrupen a trabajadores y emprendimientos relacionados al arte y la cultura como, por ejemplo, talleres de enmarcación, diseño grafico, libreros, etc.
– También sería positivo contar con una revista impresa de publicación mensual y distribución gratuita, que difunda y detalle las actividades y panoramas artístico culturales de Maipú.
– Diseño y puesta en marcha de un sitio web especializado en arte y cultura maipucina, que registre obras, artistas y agrupaciones comunales, y que integre los resultados de los catastros de nuestro patrimonio cultural material e inmaterial para su difusión y promoción en redes sociales y medios nacionales.
– Aprovechar los espacios de difusión cultural presentes en estaciones de Metro de Santiago ubicadas en la comuna, para la convocatoria y difusión de actividades artístico culturales en Maipú
– Feria itinerante inter barrial, que recorra los 21 barrios de Maipú durante los 12 meses del año, con el objeto de que artistas y agrupaciones de los distintos sectores de la comuna se “visiten” entre sí y generen redes de trabajo y cooperación.
– Restructuración de biblioteca municipal para el posicionamiento de la “Biblioteca de Maipú” como un centro cultural moderno que no sólo entregue servicios bibliotecarios o actividades de fomento lector, sino que, además:
Vele por la alfabetización integral de los ciudadanos (alfabetización funcional – leer y escribir – alfabetización visual, digital y en información) para la formación de competencias críticas en diversas áreas;
Procure realizar programas de extensión con actividades de capacitación y recreación específicas para los distintos grupos etarios;
Entregue servicios de información municipal, y registro y difusión del patrimonio, la historia y culturas locales;
Acoger y servir de escenario para expresiones artísticas de diversa índole, con espacios (salas de exposición, auditorios, salas de estudio, por ejemplo) y equipos (vehículos, elementos para montaje de muestras, equipos de sonido profesional o proyección audiovisual) apropiados, y que realicé convocatorias abiertas para proyectos de jóvenes, artistas, gestores y agrupaciones artístico culturales de la comuna;
Contemple la entrega de servicios profesionales de intermediación cultural, gestión simplificada e inducciones para el desarrollo y presentación de proyectos, y dotar de esta manera a los artistas maipucinos y a sus agrupaciones de las herramientas necesarias para desarrollarse en el ámbito de la cultura y las artes, y que las actividades acogidas sirvan como antecedente, currículo y experiencia para postulación a fondos municipales diferenciados por disciplina artística, o para fondos concursables a nivel regional y nacional (Fondart, entre otros), y de esta manera descentralizar (hacia la periferia) estos recursos públicos que suelen quedar siempre en las mismas manos.