No andemos con rodeos; ni mucho menos busquemos adornos –a estas alturas del año- completamente innecesarios. El 2010 a nivel general fue un año de mierda para el país. Partimos con un terremoto que nos demostró que varios arquitectos, constructores e ingenieros calculistas obtuvieron sus títulos de regalo, o los compraron por ahí. Todo por el suelo, sueños que se derrumbaron cuales castillos de arena.
Luego, cuando el país no terminaba de ponerse de pie, 33 hombres quedaban atrapados en las fauces de una mina, que nos recordó que varios en el país trabajan en pésimas condiciones laborales. Al menos, la desgracia vino con un mensaje de esperanza: “Estamos bien, en el refugio los 33” nos dijeron y a todos se nos aceleró el corazón. Finalmente vino el aprovechamiento mediático del gobierno, que cada uno interpretará a su manera.
A nivel general fue muy malo. Pero cada uno tuvo sus pequeñas victorias en lo particular. Luna obtuvo excelencia académica, Maite me quiere más, Angie con Hugo fueron papás, Felipe se afianzó en un trabajo, mi hermano me respeta y admira y Liz obtuvo buenos encargos en el área del diseño. ¿Qué cosas rescata usted?
Para La Voz fue un año extraordinario. En la web tuvimos 78% más de visitas que el año anterior. Superamos los 1.500 en Facebook. Además tuvimos una extraordinaria aceptación con el cambio de formato del impreso, de periódico a revista.
El 2011 nos encontrará con todas las ganas y la confianza para seguir haciendo un medio de comunicación centrado en el maipucino de a pie. En todos aquellos que queremos esta comuna. Venga un abrazo para cada uno de ustedes. Que esta noche vieja los encuentre rodeados de sus seres queridos, esos que hacen que la vida tenga sentido.