En todos los medios se ha anunciado el lanzamiento del nuevo sistema operativo de Microsoft (MS), y toda la expectación que se ha generado en torno al nuevo juguete de la empresa con sede en Redmond, USA.
Y si bien no soy usuario de PC, de igual manera de vez en cuando me toca interactuar con alguno que otro y he podido probar Windows 7. Además como mis amigos saben que soy “computín”, he recibido varias preguntas vía facebook y mail respecto a si conviene actualizar los equipos. Para no escribirles a todos una respuesta, les prometí realizar una columna para La Voz.
XP, VISTA, WINDOWS 7
Para responder la pregunta, hay que hacer un poco de historia. Windows XP fue un sistema operativo lanzado por Microsoft el 21 de octubre del año 2001 ¡qué rápido que pasa el tiempo!. En esos años XP, a pesar de algunos errores que fueron corregidos con “parches” lanzados por MS, era todo lo que se podía esperar de un buen sistema operativo. Estable, robusto, no muy amigo de colgarse.
Y el mercado así lo entendió y rápidamente se masificó y todo el mundo tenía windows XP. Pero el tiempo fue pasando y la realidad del 2001 fue evolucionando. Se masificaron los teléfonos con bluetooth, la internet vía wifi, los modems 3g y XP se empezaba a quedar algo corto.
El 30 de enero de 2007 Microsoft lanzaba el sucesor de XP, llamado Windows VISTA. Y ahí le empezó a caer la noche a Microsoft. Vista fue un verdadero disparo en los pies. Cinco años se demoró Microsoft en ofrecer un nuevo sistema operativo y la campaña de lanzamiento fue más cara que la de Windows 95.
El lanzamiento de Vista tuvo varios retrasos pues “la criatura” no convencía a los ingenieros de MS, y finalmente no convenció a nadie. El sistema reemplazante de XP era lento y se demoraba un año, donde el viejo XP se demoraba un minuto. En definitiva hacía que los computadores fueran más lentos y los únicos que hicieron (hicimos) negocio, fuimos aquellos que damos -de vez en cuando- soporte técnico a amigos, clientes o empresas.
No recuerdo a cuantos notebooks nuevos les tuve que sacar (o extirpar) Vista para poner al viejo XP, que aunque viejo era rápido y seguro. Y a veces no era simple. Los fabricantes de equipos con tal de ayudar a Microsoft, no ofrecían en sus páginas los drivers para XP y todo se tenía que hacer con el clásico método de ensayo y error. Un descalabro.
Un amigo cambió su equipo por uno con el doble de capacidades y Windows Vista seguía igual de lento. Es decir no era escalable.
Preocupados por la situación y la crítica negativa, Microsoft se lanzó a buscar un salvavidas. Y lo encontró.
Comencé a probar Windows 7 en el computador de mi hija, cuando recién salieron las primeras betas (pruebas del sistema para usuarios que quieran correr el riesgo, de probar algo que no está 100% terminado). Y así me convertí en conejillo de indias y debo decir que, desde el primer momento, Windows 7 me sorprendió gratamente.
El equipo de mi hija no es para nada nuevo. Sin embargo Windows 7 se desenvolvía con relativa fluidez. Más aún considerando que trae una interfaz rediseñada, más acorde con los tiempos actuales.
Probé con varias piezas y todas me las reconoció a la primera. No tuve casi ningún cuelgue y me comenzó a entusiasmar el nuevo sistema de Microsoft. Windows 7 es todo lo que vista debió haber sido. Rápido, confiable y preparado para el presente y futuro de la informática. Entonces si tienes un notebook que venía con Windows Vista y lo bajaste a XP, hoy es buen momento para subirlo a 7. Ten por seguro que no te defraudará. Así que ya saben… a los que les bajé el notebook a XP, pueden venir a verme a mi “taller”.
¿Qué más les puedo comentar?
Bueno, que en una muy mala decisión Windows 7 viene en seis distintos sabores: Starter, Home Basic, Home Premium, Professional, Entrerprise y Ultimate. Entre tantas es difícil dar en el clavo. Como consejo les digo que descarten la starter y Home Basic, salvo que tengan un netbook o equipo de poco rendimiento. Para utilizar 7 con todo su potencial, una professional es excelente.