En el papel cuando uno va a ver un partido de fútbol, se supone que lo hace para ver un espectáculo; asistir a una fiesta. Bajo esa premisa la fiel hinchada de Magallanes llegó al Santiago Bueras de Maipú para alentar al club de sus amores en el duelo disputado contra Santiago Wanderers por Copa Chile.
Pero un grupo de delincuentes ingresó al estadio sin pagar entrada y con la camiseta de Wanderers. Acto seguido intentaron quitarle el lienzo a la barra de Magallanes y hasta le pegaron a un joven con síndrome de down; como si fuera poco robaron la recaudación del partido.
Lo anterior demuestra la poca seguridad del Santiago Bueras y, la falta de resguardo policial durante el partido, que a todo esto perdió Magallanes por penales.