Hace 4 años que Rodrigo Ramírez se cansó del chovinismo del vino, que es el mundo en el que se había desempeñado desde hace ya bastante tiempo. Lo siútico, la alta alcurnia, no era algo que le venía bien.
En ese momento se decidió a cambiar de rubro, pero dentro del mismo alcohol ¿cómo no? si la cerveza le ofrecía la distensión, la fiesta y la buena onda.
Con su socio Cristián de la Fuente, quisieron armar una tienda de cerveza, «pero por los costos elevados jamás daba. Ahí dimos otro paso: ¡hacer cerveza!«, así Rodrigo nos comenta el comienzo de la cerveza Zigurat.
Rodrigo se fue a especializar a Argentina, realizó su practica en producción, sacó su título de sommelier cervecero y de juez cervecero. Mientras, que su socio, por Santiago, hizo cursos respectivo a producción.
Luego, de dos años de esfuerzos se ganaron un capital semilla, que sumado a su propia inversión, les permitió comprar lo que les faltaba, y arrendar su lugar de producción, que obviamente fue Maipú, lugar donde nació y creció Rodrigo.
Partieron con olla de 100 litros y fermentados de plástico, pero ahora ya se mueven con ollas de 500 litros, de acero y con control de temperatura, «es una inversión importante, eso se traduce en la calidad de la cerveza». En su factoría de Maipú trabajan con 2 mil litros.
Para que esos 2 mil litros se conviertan en el sagrado néctar se necesitan al menos 22 días. «Nos demoramos en hacer cerveza un puro día, en fermentar entre 8 días, después en madurar 10 días más», nos explica Rodrigo.
Zigurat no solo es una cerveza que le tengamos cariño por ser maipucina, sino que ha sido premiada a nivel internacional. La Copa Cervezas de América del 2016 se la llevó la Zigurat Black Iba con medalla de oro, derrotando a otras de gran trayectoria.
A Zigurat no se la puede encontrar en la botillerías, Rodrigo y Cristián trabajan la cerveza directamente con bares y restoranes especializados en éste brebaje. Sin embargo, los puede contactar a en su Facebook: Zigurat.