Quizás lo más simple y, por ende, lo más popular, sería escribir una columna de opinión crucificando a Patricia y Silvana Montero, las mujeres que llamaron a Carabineros pues una niña de 4 años pasó a llevar el tobillo de una de ellas.
Sin embargo no me parece mal ejercicio intentar, al menos, poner unas gotas de sentido común a lo que pasó. Tratar de buscar explicaciones o por último de aportar un poco de pensamiento crítico. En el fondo escarbar, ir al fondo luego que los grandes medios de comunicación ayer, se dieron (nos dimos) un festín con las noticias.
Una madre graba con su celular a una funcionaria de Carabineros que, cumpliendo a pie juntillas las normas, y demostrando adolecer de criterio, pide a Alejandra Lagos que le entregue su cédula de identidad, pues la funcionaria municipal requería hacer una denuncia. Lo anterior lleva como telón de fondo, a una niña de 4 años, asustada y contrariada. Ahí está Carabineros, la autoridad y quizás qué cosas pasaron, por la mente de esa pequeña. De seguro nada bueno.
Lo que pudo terminar siendo una historia familiar. Un mal rato que Alejandra comentara con sus cercanos, acabó siendo tema de interés nacional. No es para menos, pues el video que ella decidió subir a Facebook, tiene varios ingredientes que le permitieron hacerse viral.
De partida refuerza la imagen que gran parte de la ciudadanía tiene, respecto a Carabineros de Chile. Es común ver en las redes sociales, como son cuestionados por hacer que una humilde mujer bote las humitas que vende en la calle. O por pasar partes a músicos de excepción por no contar con los permisos pertinentes. Es decir, la secuencia se repite: hacen valer la ley, los procedimientos, como si fueran los 10 mandamientos. Sin detenerse a pensar, ni mucho menos razonar.
A eso súmele otro ingrediente: el llanto de la niña es estremecedor. Con voz de angustia en un momento le dice “mamita, vámonos para la casa”. Sin ir más lejos, la primera vez que vi el video me llené de rabia por el llanto de la niña. Con 4 hijos a mi haber, no pude sino pensar en que ese llanto podría haber sido fácil el de alguna de mis hijas. Imagino que a varios les pasó lo mismo, evocando que la situación podría haberle pasado a hijos, sobrinos o nietos.
La guinda de la torta, son dos funcionarias municipales, que escapan a los cánones de belleza que tenemos establecidos. Que se muestran en el video indolentes, que no dubitan en seguir adelante, pese al llanto de la menor.
LAS REDES SOCIALES: LO BONITO, LO MALO Y LO FEO
Es increíble y da para otro análisis, la rapidez con que el video se viralizó. Da cuenta de un mundo en que los grandes medios de comunicación, se ven superados por los ciudadanos de a pie. Le aseguro que cualquier canal de la TV nacional, daría lo que fuera por tener una audiencia de más de 4 millones y medio de personas. Si un programa de televisión en Chile tuviera ese número de espectadores, la publicidad no se vendería en menos de 80 millones de pesos los 30 segundos. Sin embargo acá, la dueña de la audiencia fue Alejandra Lagos, una madre maipucina.
Las redes sociales reaccionaron con indignación absoluta. La mezcla de los ingredientes, funcionaba a la perfección y generaba una ola de ataques a las “villanas de la película”. Una minoría reclamaba con argumentos, respecto al rol de carabineros, cuestionando por qué la funcionaria policial se prestaba para un procedimiento que la audiencia calificó de ridículo.
Una minoría absoluta, esbozó que la madre en vez de grabar, debió haber contenido a su hija. Y una minoría aún más grande dijo que la mamá debía hacerse responsable por los actos de su hija.
Sin embargo la masa digital reclamó con ira por el actuar policial, centrando el blanco de las críticas, en el par de funcionarias municipales que cometieron el error. Pocos fueron los que, a mi juicio, pusieron el acento en lo medular del asunto: las hermanas mostraron falta de criterio. Tal vez pecaron también de poca empatía, al no detener sus intenciones, pese al llanto de la menor. No obstante lo anterior la jauría, en la que finalmente se transformó el grupo de usuarios indignados, no tuvo límites a la hora de denostar a las hermanas Montero, por su aspecto físico.
No es mi intención ser más papista que el papa, ni menos vestirme de santo. Reconozco que, en mucho de los memes, primó el ingenio. También me sacaron risas varios de los comentarios que se colocaron. Me encanta el humor negro. No obstante varios se pasaron de la raya.
Y es que al final del asunto, lo que hay es un error. Ellas se equivocaron. Al igual como me equivoca usted, o me equivoco yo. Sin embargo, daba la sensación que internet se transformó, de pronto, en una enorme sala de juzgado, repleta de miles de jueces: impolutos, perfectos, virtuosos e intachables.
Y es que al final del asunto, lo que hay es un error. Ellas se equivocaron. Al igual como me equivoca usted, o me equivoco yo. Sin embargo, daba la sensación que internet se transformó, de pronto, en una enorme sala de juzgado, repleta de miles de jueces: impolutos, perfectos, virtuosos e intachables.
No se confundan. No estoy realizando una defensa de las funcionarias. Ellas cometieron un error, y me parece prudente que exista una sanción social por ello. Sin embargo, la reacción del público, que se descargó con inusitada violencia sobre las hermanas, no es solución de ningún tipo.
Pudo ser que tuvieron un mal día. Tal vez se estresaron y la situación se les escapó de las manos. Sin embargo las redes sociales, ese día, estaban por dilapidar. En algún momento, en medio de todo el alboroto online, se me ocurrió postear en un grupo de Facebook, donde se daban un festín, si alguien se animaba a comprar algunos regalos para las niñas de Alejandra, e ir a dejarlos a su casa. En el fondo, pensaba, que podía ser una buena acción, ir como maipucinos a solidarizar, a dar un poco de cariño y, tal vez a pedir disculpas, como comunidad, por un hecho que no había sido provocado por nosotros. Demás está decir que nadie se entusiasmó con la idea. La tónica, a esa hora, era subir memes y burlarse. Algunos incluso sugerían ir al Municipio, a pegarles.
SU CONDICIÓN SEXUAL, EL CONCEJAL RAMOS Y LOS MEDIOS MASIVOS DE COMUNICACIÓN
Al momento de escribir la noticia, yo tenía claro que ellas habían optado por ser transexuales. Sin embargo decliné escribirlo, pues no me pareció un dato que aportara. Además, nunca he escrito, por ejemplo: “Conductor heterosexual chocó con un poste”. Si usted cree que el error que ellas cometieron, pasó por su condición sexual, entonces el que tiene un problema es usted.
Sin embargo en medio de todo, el Concejal del Partido Comunista, Ariel Ramos, publicó en su Facebook que ellas eran transexuales, y pidió respeto y que se detuviera el acoso. Me consta que tras lo escrito por Ramos, existían solo buenas intenciones. Y el tema podría haber quedado ahí. Pero no. La prensa iba por más
Fue el diario electrónico “El Mostrador” que subió la noticia de la transexualidad de las funcionarias a internet, replicando lo dicho por Ramos. ¿Qué sentido tenía saber la condición sexual de las hermanas Montero? Por más que le doy vueltas al asunto, creo que el único motivo de un medio para publicar algo así, es sumar visitas.
Y eran las 13:30 horas y en la Plaza de Maipú, todos los canales de Televisión aguardaban pacientes que Alejandra Lagos, llegara a dar la cuña que ese día, saldría en todos los noticieros del país.
Ese mismo día, y a metros de la Plaza Maipú, apenas cinco horas y media después del despacho en vivo de los Canales de TV, se estrenaba en el Teatro de nuestra comuna “Niños Rosados y Niñas Azules”. El primer documental chileno que muestra la realidad de los niños transexuales. Paradojas de la vida: ningún canal de TV cubrió esa pauta. Y es que muchas veces es más rentable estigmatizar, ir por la noticia del momento, que educar a una población que lo pide a gritos.
Que lindo sería que aquellos que hacen memes, que todos los que se indignaron y botaron su rabia en las redes sociales, ocuparan esas mismas energías para reclamar por las cosas que verdaderamente están mal en nuestro país. No está de más recordar que el delincuente de Jovino Novoa, llegó a un acuerdo con la fiscalía y no pasará un día en prisión. Tampoco es malo hacer ver, que los responsables de la colusión de los papeles tisue, siguen felices de la vida en libertad. O que ayer el parlamento votó en contra de que los primeros 30 minutos de estacionamiento en los malls, sean gratis para los usuarios.
Tenemos un país que está manchado por la corrupción, y los ciudadanos tenemos mucho que decir. Sin tener intenciones de minimizar, creo que el error de las hermanas Montero, no puede ser tema nacional. Los temas son otros… y no nos damos cuenta.