El plan de Alejandra Lagos era más bien simple: llevar a sus hijas a la Plaza de Maipú, y que éstas anduvieran en los –a estas alturas- tradicionales carritos. Un panorama sano, toda vez que los niños hacen ejercicios. Sin embargo todo salió mal.
Su hija de 4 años estrelló su coche contra una funcionaria municipal. Según lo expresado por Lagos en su Facebook, ella pidió disculpas a nombre de la niña. Pero el caso no quedó ahí.
La funcionaria municipal habría ido a reclamar a la persona que arrienda los carros. No obstante, no quedó conforme y se dirigió a carabineros. Ahí quedó la grande.
Lagos enciende la cámara de su celular, y se aprecia a una funcionaria de carabineros realizando un “procedimiento”. En el fondo quería la dirección de Lagos, pues la funcionaria municipal amenazaba con ir al Hospital a constatar lesiones. “Ella va a ir a un hospital, y un facultativo la va a tener que ver”, dice la carabinera.
La mamá a esas alturas no la quería creer. “Esto es algo público, donde todos los niños juegan”, alega. Pero sus palabras se estrellan contra un muro, para estos fines, personificado en la carabinero.
“La señora dice que el autito le pasó a lesionar la pierna”, dice la carabinero, aunque la mamá alega que “ella tiene 4 años”. Cuando el video se aproxima a cumplir un minuto de duración, la pequeña se pone a llorar. Pero de poco importa. Tendrán que pasar cinco minutos más de tensión y de malos ratos.
Al minuto con quince segundos, un padre interviene y pide respeto por la niña que está llorando. En el fondo, el maipucino intentó aplicar una dosis mínima de sentido común, que a esas alturas, como dice el dicho, era el menos común de los sentidos.
La mamá se niega a dar los datos. La solución propuesta por la efectivo policial es tragicómica: “La fiscalía lo verá”, dice toda seria: como si el delito de la menor de 4 años, fuera de lesa humanidad.
Al minuto con 33 segundos la mamá dice que subirá el video, pues encuentra la situación ridícula. “Imagínese, hay robos aquí en Chile, hay asaltos, delincuencia, drogadicción ¿y hacen este ridículo?” se pregunta.
A los dos minutos con 22 segundos, le piden un poco más de criterio a la funcionaria policial. El llanto de la menor recrudece, pero la funcionaria de carabineros espeta con fuerza: “usted no me diga como hay que proceder”.
El dialogo es de sordos. Las mujeres que causaron todo el espectáculo, dicen que trabajan en el Municipio de Maipú. “Por acá es nuestra salida”, comenta apuntando hacía la Plaza de nuestra comuna.
A los tres minutos con quince segundos la carabinero se aleja. Pero las hermanas municipales siguen ahí. Claman por justicia. La niña llora, pero nada importa. Una de ellas graba a la mamá, como queriendo dejar pruebas del descriterio, la tontera y la indolencia.
¿Entonces usted ganó? Pregunta la hermana que no sufrió el brutal choque. “No es de ganar, es de tener 2 dedos de frente para darse cuenta de la situación en la que estamos. Es lo más estúpido que hay, la situación en la que estamos”.
Cuatro minutos con 23 segundos han transcurrido. La niña sigue llorando. Llega un policía más. Es que el procedimiento es traumático. Acá una menor de 4 años, atropelló a una mujer.
Alejandra Lagos se convence que debe subir el video. La propietaria de los carros se lamenta: “me van a demandar”. La mujer atropellada, ha caminado unos cuantos pasos, sin señal de cojera aparente. Todo un milagro, para alguien que ha sido embestida por un auto conducido por una niña de 4 años.
A los cinco minutos con 42 segundos, se aprecia a la otra hija de Alejandra Lagos llorando. Claramente sus derechos han sido vulnerados. “Vamonos mamita”, clama una de las menores. El vecino que ha estado pululando, ofrece helados y galletas a las niñas. Pero no quieren. “Hay gente mala, sin criterio”, les explica.
A los seis minutos con 26 segundos la grabación se termina. Alejandra Lagos cumple su promesa y sube el video a Facebook, donde al cierre de esta nota, superaba las 86.633 reproducciones.
Asimismo, el actuar de las funcionarias municipales, generó amplio y unánime rechazo. Cientos de comentarios en las redes sociales, solidarizaron con la pequeña, su hermana y su madre.
Más allá de eso, es inaudito que Carabineros se preste para este tipo de acciones. Si la niña de 4 años se hubiera coludido, o tal vez emitido facturas ideológicamente falsas, no hubiera pasado el mal rato que pasó.
Sus derechos fueron vulnerados. Carabineros demostró una falta de criterio que encoge el pecho y las funcionarias públicas, quedaron sumamente mal paradas. Después de todo, casi 90 mil personas han visto el gusto que se dieron con la pequeña. De todas formas, Alejandra cumplió su promesa: «Esto se va a hacer viral», dijo. Y se hizo.