Sin duda, uno de los temas más polémicos de la administración de Cathy Barriga como alcaldesa de Maipú es lo que ocurrió con los peluches de «Renacín» y «Smapina», aquellos que tuvieron un costo que superó los $50 millones y terminaron -en su mayoría- arrumbados en algunas bodegas del Municipio.
Si bien en una nota publicada en 2021 por La Voz de Maipú se mencionaba que el alcalde entrante Tomás Vodanovic se encontraba en conversaciones con instituciones de servicio a la niñez evaluando «hacer la donación de todos los peluches a los centros de menores para que puedan tener un buen uso”, al poco tiempo los abogados querellantes solicitaron que los peluches sean «medios de prueba», por lo que quedaron a disposición de la justicia.
Francisca Luco era la diseñadora gráfica de la Corporación Municipal de Educación de Maipú (CODEDUC) en 2017 y cuenta que aunque estaba a cargo de desarrollar gráficas para los colegios y jardines infantiles de la comuna, un día le encomendaron una tarea directamente desde la Municipalidad: adaptar los diseños ya existentes de «Renacín» y «Smapina» a modo peluche y enviarlo a producir en China.
La diseñadora subió recientemente un video a sus redes sociales en donde, además de asegurar que en general «era un trabajo que no disfrutaba en lo absoluto», pero cuando de ilustraciones para la CODEDUC se trataba, lo hacía feliz pues podía incluir a personajes que ella creaba, agregando que «a veces, doña Cathy tenía que ir sí o sí».
Casi desde el primer momento se cuestionó el gasto en los peluches, que estaban pensados para usarlos como «atracción de matrícula» para los establecimientos municipales y regalarlos en distintos eventos, argumento que fue reiterado durante la reciente formalización de la ex edil por su abogado Cristóbal Bonacic.
Francisca recuerda que tenían «cajas y cajas en la oficina, pero finalmente se regalaban a los niños y posibles apoderados de la comuna». Aunque es verdad que muchos de los peluches fueron entregados, también es cierto que una cantidad aún mayor no vio la luz del día.
«Sí sé que se entregaron muchos, tal vez se pidieron demasiados. Tengo una cotización de ese tiempo por 30.000 unidades», expresó la diseñadora, sin embargo según informó el concejal Bladymir Muñoz con anterioridad, por motivos de pandemia se alcanzaron a entregar 2 mil o 3 mil unidades aproximadamente.
Aunque jamás tuvo trato directo con ella, la ex empleada municipal recuerda a Barriga como una figura imponente. «Cada vez que iba a visitar la Corporación de Educación, todos corrían y dejaban todo perfecto para que no hubiera problemas después. Cuando llegaba venía rodeada de personas y fotógrafos».
Su trabajo en CODEDUC terminó con una renuncia, siendo el principal motivo el haber sido víctima de acoso laboral por parte de quien fuera su jefa directa.»Tengo entendido que ella sigue trabajando allá, y de todo corazón espero que no se lo vuelva a hacer a nadie más», expresó, agregando que por esa época no era mucho lo que se comentaba en los pasillos por miedo a represalias.
«La verdad es que con el tema del acoso nos sentimos disminuidos en muchos aspectos, solo hacíamos lo que se nos pedía. Nosotros mismos armábamos bolsas con peluches para después ir a entregar a ferias, o ayudábamos a trasladar cajas con peluches a los eventos, eso era todo», dice al respecto.
Al enterarse del dinero mal utilizado en la tarea que le había sido encomendada no se sorprendió mucho, «siempre habían cosas o actividades cuestionables que se organizaban desde el municipio», comentó.