El periodismo informativo es rápido, a menudo escueto y busca dar a conocer -casi siempre- hechos relevantes. En ese sentido, el pasado viernes 6 de noviembre, la noticia política del día en Maipú, es que se confirmó, a través de una filtración realizada en redes sociales, por el Concejal Mauricio Ovalle que, el Alcalde de Maipú: Christian Vittori Muñoz, había renunciado a la DC.
Ese día lo importante era informar rápidamente del hecho en cuestión, intentando averiguar que día materializó su renuncia. Luego, en horas de la tarde y a través del sitio web de Radio Cooperativa, Vittori esgrimía sus primeros argumentos.
Sin embargo se sabe, que gran parte de las veces, las verdades de los políticos se encuentran en sus silencios, y no en lo que dicen. Este redactor, apenas se enteró de la noticia, no sólo corrió para publicarla, sino que entendió rápidamente, que la renuncia de Vittori a la DC, no era algo impulsivo. La decisión de Vittori esconde tras de sí, un montón de análisis, que lo llevaron a dar un paso complejo, altamente político y que es una señal clara que, intentará por todos los medios, tener un segundo periodo como Alcalde de Maipú.
El siguiente texto, nace como fruto de varias conversaciones “off the record”, donde las fuentes pidieron anonimato. Nace también por un interés por parte de La Voz de Maipú, de profundizar las noticias más relevantes, darle contexto, dotarlas de profundidad y estimular el pensamiento crítico de sus lectores.
El Caso de la Basura y el cambio del paradigma comunicacional
La gestión municipal del Alcalde de Maipú, Christian Vittori, está marcada por el denominado “Caso de la Basura” y así lo reconocen sus más cercanos, quienes coinciden en que la gestión había comenzado a agarrar vuelo, cuando el pasado 16 de abril de este año, la PDI allanó el Municipio de Maipú, la casa del Alcalde y varias otras propiedades en la región metropolitana. De ahí en adelante, la agenda comunal comenzó a girar en torno a las medidas cautelares que la fiscalía pediría en la audiencia de formalización y las formas en que Vittori debería defenderse. La prensa quería explicaciones y la exposición del Alcalde en actividades públicas, se redujo de forma drástica.
En términos simples, si antes del 16 de abril la encrucijada comunicacional del municipio giraba en ver las maneras de colocar a Vittori en la prensa nacional, tras esa jornada, el paradigma era ver las formas de atenuar su exposición mediática.
El daño tras la audiencia de formalización
En la formalización, Vittori sabía que se jugaba su carrera política y que habrían daños colaterales. Técnicamente existían posibilidades de acabar en prisión y eso era, en la práctica, el fin de su carrera política ascendente. Recordemos que Vittori no sólo es Alcalde de Maipú, sino que en esas fechas, presidía la Asociación Chilena de Municipalidades, era Presidente Regional de la DC, además de integrar dos comisiones presidenciales.
Quizás por toda la presión acumulada y también por la rabia incubada con artículos de la prensa nacional, que Vittori juzgó como injustos y mal intencionados, es que el haber terminado con firma semanal y arraigo nacional, fue celebrado como un triunfo.
Sin embargo el daño a la imagen de Vittori era y es grande y, de forma paulatina, la gestión ha intentado recuperar el tranco perdido.
Fuentes confiables, me señalan que en medio de todo el problema judicial, Vittori se sintió altamente traicionado por parte de su equipo. La filtración de escuchas telefónicas, donde altos asesores se referían a él como “reineta”, dicen que le caló muy hondo, pues comprendió que, a sus espaldas se estaban riendo de sus orígenes. Específicamente de su padre, quien vendía productos del mar para mantener a su familia.
Asimismo Vittori se habría enterado como algunos de sus cercanos, incluso sostuvieron conversaciones con concejales que sonaban como posibles sucesores del Alcalde. Es decir, parte de su equipo apostó por su caída.
¿Me quedo o no me quedo en la DC?
Tras las bajas cautelares recibidas, el discurso se fue moldeando, dando a entender que el “Caso de la Basura”, prácticamente estaba terminado. No obstante lo anterior, la PDI ha seguido entrevistando testigos y hoy no es un secreto, que la fiscalía busca nuevos medios de pruebas, que le permitan condenar al Alcalde de Maipú. En síntesis: una cosa es que discursivamente, y con el fin de impregnar de moral a los partidarios, se diga que el caso prácticamente terminó, y otra es la realidad política – jurídica, donde se sabe que la fiscalía aún no baja los brazos.
Es en ese escenario que Vittori comenzó a buscar apoyos de forma urgente y quiso también ir mostrando aires de normalidad. Es el lunes 7 de septiembre, que Vittori se toma un café con los diputados Yasna Provoste y Gabriel Silber, donde anuncia que se reincorpora a la Asociación Chilena de Municipalidades y que evalúa retomar su militancia DC, que supuestamente estaba «congelada». Y digo supuestamente, pues ningún partido tiene institucionalizada la figura de «congelar» una militancia.
Es decir, las señales -que en política son claves- eran que todo volvía a su curso. Pero apenas tres días después, en la Corte de Apelaciones de Santiago, se le daba carcel a quien la fiscalía sindica como el líder de una agrupación constituida para defraudar al FISCO: El concejal Torres.
Quedarse en la DC para Vittori significaba un riesgo alto, que no estuvo dispuesto a correr. Hoy varios señalan que hizo intenso lobby para conseguir que la nueva mayoría lo nombrara como candidato a alcalde independiente por Maipú, sin embargo no logró sumar los apoyos y los tiempos se comenzaron a acabar.
Por la denominada “ley anti díscolos”, se debe renunciar a un partido político con al menos un año de anticipación respecto a una elección, para poder presentarse como candidato independiente. Si Vittori se quedaba en la DC, dejaba a su partido con “la sartén por el mango”. Se sabe que, el próximo año, Vittori deberá enfrentar un juicio oral por el Caso de la Basura y la DC podía fácilmente decidir que él no sería el candidato a Alcalde, y podía traer un candidato de afuera.
Con todos esos antecedentes en la mesa, Vittori toma una decisión política que el tiempo dirá si fue correcta, apresurada o errónea. Hoy sin embargo, no es desproporcionado calificar su renuncia a la DC como audaz.
Los caminos de Christian Vittori
El pasado viernes, varios de los opositores que Vittori tiene en la DC comunal, se alegraron sobremanera al enterarse de su renuncia. Sus rostros llenos de risa, duraron apenas un par de horas, cuando se enteraron del artículo 7 del reglamento para las elecciones primarias de las Municipales 2016 que rige al partido, y que fue aprobado el día 2 de noviembre de 2015 por la Directiva encabezada por el Senador Jorge Pizarro.
Dicho artículo dice “El militante, simpatizante o independiente que quiera postular a candidato a Alcalde o Concejal en representación del PDC en las elecciones municipales de 2016, deberá estar debidamente inscrito bajo los procedimientos acordados por el Consejo Nacional del PDC”.
Es decir, Vittori aún renunciado a la DC, puede competir en las primarias de dicha colectividad, ganarlas y ser ungido como candidato de la Nueva Mayoría, aún siendo independiente, pues Vittori “está debidamente inscrito bajo los procedimientos acordados por el Consejo Nacional del PDC”.
Sin embargo la nueva condición de independiente del Alcalde, le permite, en la eventualidad que la nueva mayoría o la DC, decidan traer un candidato de afuera, o realizar elecciones primarias sin considerarlo, presentarse como candidato a Alcalde independiente. La jugada, probablemente, no le permitiría ser reelecto, sin embargo le abriría las puertas al candidato que la coalición de derecha determine.
Imaginemos una elección entre Joaquín Lavín, Álvaro Elizalde, Christian Vittori, Claudia Mix, Máximo Quitral y Pedro Albornoz. El caudal de votos de la nueva mayoría podría dividirse entre Elizalde (quien ha sonado como candidato) y Vittori, permitiendo a Lavin un triunfo relativamente simple.
Es decir, con su renuncia al PDC, Vittori le dice claramente a la nueva mayoría “o soy yo, o no es ninguno de los que ustedes quieran traer para el cargo”. Pero más que eso, Vittori busca demostrar que está por sobre la DC, es decir optó por un camino propio. Sus enemigos ya hablan de «caudillaje».
Hoy por hoy, varios de sus adversarios en la DC, se han quejado en público y en privado, del citado artículo 7º. Algunos van más allá y dicen que fue un traje a la medida para el Alcalde Vittori. Por ello, no es descabellado pensar que en las próximas semanas habrán varios que irán a la casa central del partido, a pedir que se derogue el artículo en cuestión
Un Alcalde independiente
La decisión de convertirse en independiente, también podría tener repercusiones en la gestión municipal. Sintomático es que cuando trascendió la renuncia de Vittori a la DC, buena parte del que, en el papel, es su equipo más cercano, no tenía idea de la renuncia de Vittori al partido.
En ese sentido, no es una locura pensar que la independencia de Vittori podría darle, los bríos suficientes para comenzar a ordenar sus equipos. Que en las próximas semanas vinieran ajustes, despidos y llegaran nuevos rostros, no sería de extrañar. Después de todo, hoy no habrá un partido que lo llame para frenar sus decisiones.
Hoy Vittori tomó un camino, que está lleno de piedras y que lo conducirá a un próximo periodo en la alcaldía de Maipú, o a convertirse en uno más de los alcaldes que sólo duraron cuatro años en el cargo. Como en todas estas cosas, el destino final de Christian Vittori Muñoz, está sujeto al paso del tiempo y a cómo la Nueva Mayoría interprete el acto de rebeldía en que cayó Vittori, más allá del discurso actual en el que sigue fijando domicilio político en la DC.