Armin Rosas es oriundo de Osorno, sin embargo, lleva más de 40 años viviendo en Maipú. Un día vino de paseo a Santiago y se enamoró de la que hasta el día de hoy es su mujer y ya nunca más se pudo devolver. Cuenta que tiene dos hijos, los cuales son profesores y ya han formado su vida.
Día a día sale con “la rubia”, su arpa, a buscar un poco de suerte. ”Yo salgo de mi casa con pura fe, sabiendo que me va ir bien. Hay que ser positivos. No sé qué monto haré, porque varía todos los días, no siempre es lo mismo, pero siempre queda algo”, comenta Armin Rosas a La Voz de Maipú.
El arpista lleva 2 años dedicándose completamente a la música, que es lo que siempre le ha apasionado. Dice estar disfrutando este momento, ya que trabajó durante mucho tiempo en una fábrica haciendo soldaduras, “nada que ver con la música”, dice riendo.
A pesar de haber trabajado en otro oficio, nunca dejó el arpa de lado, comenta que lleva más de 40 tocando y hasta el día de hoy sigue aprendiendo de su mentor, quien es el mismo que le fabricó a “la rubia”. Él le sigue enseñando técnicas y nuevas melodías.
“Ahora estoy haciendo lo que me gusta, tocar el arpa. Toco todo el día en la calle. Le toco el arpa a la gente y la personas me premian con su moneda o con más que su moneda de repente”, dice sonriente Armin. Cuenta que hay días que va al centro, otros a Estación Central, pero los martes y jueves se encuentra en Maipú, casi siempre en la avenida 5 de abril.
Actualmente, el folclorista Armin se encuentra con planes de grabar sus melodías, dice que la gente le pregunta si tiene alguna producción, “la verdad es que tengo hartas ganas de hacerlo, pero tiene un costo y la idea es hacer algo bueno, en un estudio, algo que quede bien hecho”.