Durante esta semana la cámara de Diputados aprobó en general la despenalización del autocultivo de la marihuana, dando inicio a la idea de legislar sobre la flexibilización en esta materia. Las gradas de la cámara estaban llenas de partidarios del consumo de la marihuana, sin embargo, estuvieron ausentes las personas que percibirán el efecto más negativo de esta medida: Los más vulnerables.
En los dos proyectos de ley que abordan esta situación, no se hacen cargo ni de la disuasión, prevención y ni rehabilitación de la droga; pues se sobreentiende que tanto las drogas legales–tabaco y alcohol–como las ilegales son dañinas para la sociedad. Sino todo lo contrario, las mociones despenaliza su consumo, haciendo menos restrictivo el uso pde la marihuana que el de cigarro, permitiendo, por ejemplo, que el primero no sea sancionado por su consumo en lugares públicos o abiertos al público
Si bien, por principios, soy un defensor de las libertades individuales de las personas, pues creo que son los individuos los que mejor saben lo que es mejor para ellos mismos, pero el Estado tiene una tarea pendiente con el desincentivo al tabaco y al alcohol, sobre todo en los más jóvenes, en donde aumenta cada vez su consumo y acceso, y debido a esto, resulta irresponsable avanzar sobre la marihuana si aún no existen políticas públicas idóneas para las denominadas drogas legales.
La Diputada Vallejos les enrostro a algunos diputados que les falta calle. Yo me pregunto ¿No será a ella a la que le falta calle? Que acaso no ha visto lo que ha significado la droga para las familias de La Bandera, La Legua o El Castillo, en donde los vecinos temen por sus vidas al denunciar el narcotráfico; temen por sus hijos cada vez que van a la plaza; temen por que sus hijos elijan ir a drogarse que ir a estudiar. Creo que eso es no tener calle. Pues se pretende instaurar que con el autocultivo de la marihuana se combatirá el narcotráfico; que el vecino de la esquina que vende droga dejará de hacerlo pues nadie le comprara; cuando la realidad dicta que la marihuana es un producto más de la mercancía que se comercia, y tanto el gobierno como estas mociones de la Nueva Mayoría no abordan el problema del narcotráfico, pretendiendo tapar el sol con un dedo.
Nadie se puede oponer al uso medicinal de la marihuana, a la legalización de algo que produce bien a la sociedad. Pero muy distinto es aprobar algo donde producirá más mal que bien en las poblaciones y los más vulnerables; legalizar una droga cuando no se tienen instituciones eficientes para combatir los efectos de las drogas ya legalizadas. Y, por el contrario, en detrimento de los más pobres, serán los sectores altos y medios, quienes poseen un mayor nivel educacional e intelectual para saber lo que consumen y decidir, quienes se beneficiaran de esta política pública, a lo menos, elitista y clasista.
La marihuana no podrá venderse, por tanto su comercio seguirá siendo ilegal ¿Cómo se acaba con el narcotráfico que se beneficia de su comercio prohibido? ¿Que acaso realmente asumen que cada persona consumirá de su propia planta, solo por estar legalizado el autocultivo? Si fuese así, las ferias libres, que comercian productos legalizados para su cultivo, no existirían, y la realidad es otra. La gente seguirá comprando marihuana, pues la demanda supera la oferta, con la diferencia que los narcotraficantes tendrán 1 metro cuadrado de plantación legal, y, por si necesitan más, seguirán vendiendo la marihuana de antes.
Por Diego Álvarez
Presidente de la Juventud UDI Maipú