La Presidenta electa Michelle Bachelet, anunció a sus ministros, subsecretarios y también a los intendentes. Buenas noticias para la DC y muy malas, para aquellos que nos quieren ver desaparecidos o pactando con RN. Sin ir más lejos, un 61% de la población nacional tendrá un intendente de la DC, lo que demuestra que estamos lejos de desaparecer.
Pero más allá de las nominaciones de Michelle Bachelet, debemos analizar lo que nos hace ser DC, las cosas que nos unen y conversar también, aquellas cosas que nos separan. Es hora de volver a darle a la DC los aires transformadores que la hicieron nacer. Debemos ser capaces de leer lo que la sociedad demanda, y encausarlo siempre bajo la óptica del humanismo cristiano.
Sin ir más lejos, en Maipú debemos tener un partido cuya mesa, no esté indexada laboralmente con el Municipio local. Sólo así podremos hacer partido, generar opinión y buscar las formas de seguir creciendo. Atrás deben quedar los tiempos en que el partido es usado como un trampolín de unos pocos, para ascender laboralmente.
Como militante histórico, sueño con una DC local con jóvenes, con un gran semillero donde forjemos a los líderes del futuro. No debemos permitir nunca más que las cúpulas nos impongan candidatos foráneos. De acá en adelante, el mecanismo para la elección de candidato a alcalde y concejales, son las primarias y, bajo ese prisma, solo una DC comunal unida, será lo suficientemente fuerte para no permitir que nos impongan candidatos foráneos.
Hoy estoy convencido que llegó la hora de pensar en la DC. Hace unos días un grupo de militantes, me pidió encabezar una lista que tenga una mixtura entre experiencia y juventud. La idea es forjar liderazgos jóvenes, para que sean ellos, quienes después asuman la conducción del partido. Más allá de eso, también queremos devolverle a la DC el sitial que se merece. Queremos un partido con identidad, visión de futuro, en donde cada militante reciba un trato digno. Nunca más las grandes decisiones se deben tomar de espalda a la militancia. Nunca más el partido debe ser usado para beneficio de unos pocos. Sólo la unidad nos hará fuertes y debemos poner nuestros talentos al servicio de una visión de mundo y sociedad que nos hace ser demócrata y cristianos.