Opinión: Ricardo Farías y Patricio Chandia… una dupla de temer en Alcaldía

Fue en el gobierno de Ricardo Lagos que empecé a escuchar el término “asesores de segundo piso”. La prensa se refería de esa manera a un grupo de profesionales, talentosos todos ellos, comandados por Juan Carvajal, quienes asesoraban a un Ricardo Lagos, que en esos tiempos, bordeaba el 70% de aprobación.

Lagos y Carvajal pasaron, pero el término quedó. Y en Maipú también hay un “segundo piso en la alcaldía”. No obstante, y a diferencia de los tiempos del Ex Presidente, algunos nombres de ese segundo piso, dan escalofríos.

Algunos medios locales sitúan a Ricardo Farías Vega como asesor trabajando para el “Programa Plan de Acción Anual” del Municipio de Maipú. Farías quien en una nota del medio local www.radioeme.cl declaró ser “ingeniero” aparece como “técnico en administración de empresas” y percibe, desde el 1 de enero de 2013 hasta el 31 de diciembre de este mismo año, $933.333 al mes.

En ese sentido, es preocupante la lógica que impera en el Municipio, a la hora de elegir a sus “asesores”. Cualquier persona medianamente informada, sabe que Farías se hizo “famoso” el año 2007, en medio del escándalo por las facturas de la empresa fantasma Publicam en la rendición de cuentas del senador Guido Girardi. En ese entonces, Farías era el administrador electoral de la campaña y enfrentó una demanda por “ESTAFA REITERADA”.

 Farías se hizo “famoso” el año 2007, en medio del escándalo por las facturas de la empresa fantasma Publicam en la rendición de cuentas del senador Guido Girardi. En ese entonces, Farías era el administrador electoral de la campaña y enfrentó una demanda por “ESTAFA REITERADA”.

El sitio web de la nación lo recuerda así: “En diciembre pasado, Farías fue formalizado por la incorporación de dos facturas de Publicam de 5 y 18 millones de pesos a la rendición de gastos de campaña del Girardi durante las elecciones presidenciales y parlamentarias de 2005. El objetivo habría sido cuadrar el aporte recibido con los gastos realizados, fórmula que permitía no devolver los excedentes al fisco. Luego en junio de este año, también se le imputó haber incluido en la rendición contratos de arrendamiento fraudulentos”.

Finalmente Farías terminó aceptando su responsabilidad en las acciones fraudulentas, lo que le permitió acceder a un juicio abreviado y terminó condenado a 541 días de pena remitida, la cual fue impuesta por el 7º Juzgado de Garantía de Santiago.

Farías terminó aceptando su responsabilidad en las acciones fraudulentas, lo que le permitió acceder a un juicio abreviado y terminó condenado a 541 días de pena remitida

El 2009, Farías volvió a aparecer en la prensa, haciendo noticia por asesorar al Diputado del PPD: René Alinco, quien declaró a la prensa que “Si él trabaja para la señora Cristina Girardi, es problema de él. Cumpliéndome a mí, no me interesa. El día que Ricardo Farías no me cumpla, lo echo cagando”

Estamos en el 2013 y Farías aparece trabajando en el Municipio de Maipú, un ente con un presupuesto cuantioso, y la presencia del sujeto en cuestión, sólo sirve para poner nerviosa a la opinión pública. Conversando el tema con un militante del PPD, éste me espetó que “todo el mundo tiene derecho al trabajo y a rehabilitarse”, frase con la que no puedo estar más de acuerdo. Sin embargo contraargumenté diciendo que “todo el mundo tiene derecho a rehabilitarse, pero usted no pondría a un pedófilo a trabajar en una sala cuna”, intentando hacer ver que si bien Farías, el mismo que estafó al fisco, tiene todo el derecho a trabajar, el que lo haga en un Municipio, donde todas los dineros que se mueven son “públicos”, por tanto de todos los chilenos, no sólo es nefasto, sino que también peligroso.

Otro que también trabaja en el Municipio, es Patricio Chandía. Empresario socialista de Maipú, quien no aparece en los listados de trabajadores publicados por el Municipio en el sitio de Transparencia Local.

La situación de Chandia, quien según un medio local está a cargo de “visar las licitaciones”, también es complicada. Sin profesión conocida, y también envuelto en el caso de las facturas falsas de Girardi, el nombre de Patricio Chandia despierta profundas desconfianzas no sólo en el socialismo local, sino que también en varios agentes políticos de la comuna.

En los días que transcurren, en los cuales la justicia tiene sus ojos situados en Maipú por el caso de la basura, y en los cuales nos enteramos por los medios nacionales que “una tormenta se avecina”, los apellidos Chandia y Farías suenan con fuerza en la política local. Y lejos de ser mencionados como agentes garantes de la buena fe, hoy por hoy el que estén en el “segundo piso de Alcaldía”, provoca nerviosismo en algunos. Otros, prefieren mirar para el lado y decir que “no es tema”. Sin embargo, y tomando como ejemplo a un meteorólogo, el clima político local está “parcial, pero variando a nublado”.

Más que seguro que tras escribir esta opinión, y tal cual ha pasado todas las veces que he «osado» pronunciar el nombre de Ricardo Farías, recibiré amenazas que van desde publicar mensajes privados, hasta que «me cuide en la calle». Y es que ese es el estilo de esa clase de sujetos. No obstante yo no tengo miedo. Si algo me pasa, el lector encontrará aquí una posible pista.

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Nicolás Aravena

Fundé La Voz a los 21 años. Dicen que escribo bien, me apasiona la política, fotografía y entender el mundo que habitamos. Dejé de fumar hace poco, hago chistes malos y bailo pésimo

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