Crónica: La «mano» de Adriana Mena

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Ha sido un carrera meteórica. De un momento a otro el nombre “Adriana Mena” se instaló en la comuna como una especie de marca registrada. Recuerdo haberla visto con su grupo de “chiquillas” (así les dice ella) vestidas con una franja presidencial en la inauguración del Metro de Maipú. El mensaje era claro: abajo Piñera cortaba la cinta, pero Adriana, apoyada por quien en esos años se desempeñaba como concejal de la comuna: Christian Vittori, decía fuerte y claro: “este Metro lo hizo Bachelet”.

Y es que Adriana es Bacheletista hasta la médula. Y así, en medio de tiempos difíciles, la Presidenta de la Unión Comunal Nº1 de Juntas de Vecinos, apoyaba a un Concejal que soñaba con ser alcalde, a pesar de tener todo en contra para ello.

Mena se ganó su fama en terreno. Haciendo campaña, tocando puertas y caminando. Algún irrespetuoso de un medio local la trató de “vieja”. Luego tuvo que disculparse. Disculpa que coronó con un abrazo con la “Adrianita”.

Vittori ganaba la elección primaria de la DC y se encaminaba a la Alcaldía de Maipú. Mena lo abrazaba y miraba, como diciéndole “vamos a llegar”. Y en cada uno de los tramos de las pasadas elecciones, Mena apoyaba al actual alcalde. Una persona que estuvo en el comando de Christian Vittori lo define así “las viejas tenían agenda propia. Nosotros no las pauteábamos porque Adriana hacía las cosas a su pinta y las hacía muy bien”.

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Un grupo de ociosos (en el sentido griego) que gustan de juntarse en una estación de servicio a crear escenarios políticos virtuales, un día debatieron largamente sobre Adriana Mena. Para muchos el nombre les era desconocido, pero al son de un café, fueron comprendiendo el tremendo fenómeno que es esta dirigente. Y digo fenómeno pues Mena a diferencia del 99,9% de los dirigentes sociales, cuando dice que va a llevar 100 personas, te lleva 100 personas. Porque Mena es seguida y querida y su figura despierta amplios consensos.

Al final de la discusión de los ociosos, casi todos estaban de acuerdo en que Mena podría perfectamente ser una próxima candidata a concejal por la DC. “Adriana Mena le ganaba fácilmente esta elección a Abraham Donoso y Mauricio Ovalle” dijo un comentarista. “Hubiera salido segunda, tras Herman Silva”, dijo otro.

Lo cierto es que quienes están más cerca de Mena descartan esta opción: “La Adriana ha dicho que ella es dirigente y que morirá siendo dirigente”, aseguran.

Vittori ya es Alcalde de Maipú y todo parece ir viento en popa. Vienen los paseos de verano al balneario “Don Yayo” y el grupo de Adriana Mena es contratado para ser anfitrionas. Hasta ahí todo parece ir bien, pero uno de los últimos días de los paseos se marca un punto de inflexión. El trabajo que había durado un mes llegaba a su fin y una de las personas del grupo de Mena le habría preguntado al Alcalde sobre el futuro que las esperaba. La respuesta habría sido un balde de agua fría. Una persona presente en la conversación señala que “Vittori nos dijo que hasta aquí no más llegábamos”. La misma fuente señala que algunas señoras “quedaron llorando. Fueron años de seguir a Christian, y lo que nos dijo fue el pago de Chile”, aclara.

Mena ha señalado públicamente que ella no aspira a ningún cargo, pero sí quiere trabajos para sus “chiquillas”. Después de todos muchas de ellas sacan adelante a sus familias y “con un mes de trabajo no es suficiente. Ellas comen todos los días”, nos cuentan.

Adriana Mena sigue adelante como si nada. “Con Undurraga la Adriana no obtuvo nunca nada. Cruzó el desierto solita por 8 años, así que está acostumbrada a caminar por esos caminos”, nos comentan. Por ello hoy Adriana está enfocada en seguir con su cargo en la Unión Comunal Nº1. Claro que hoy hace excepciones y se muestra abierta a trabajar por otros políticos. “Lo único que tiene claro es que no trabajaría jamás con Almendares, por un tema de principios”, nos dice una fuente.

La DC comunal celebró en el centro de eventos Don Oscar el día internacional de la mujer. Desde alcaldía, señala una fuente “Claudio Rodríguez le pasó 50 invitaciones a la Adriana”. Ella las repartió entre sus “chiquillas” aunque cuando éstas le preguntaban si ella iría, ella sonriente les decía que no. Más claro echarle agua.

Llegó el día del evento y la asistencia era bajísima. Muchas mesas vacías y hasta hombres en algunas mesas, para hacer número. En Facebook un oligofrénico ponía que al acto “habían ido más de 500 mujeres”. La realidad es que más de 120 no habían. Se notó la “mano de Adriana”.

Caras largas, explicaciones sin sentido y un Alcalde de Maipú que llamó a Mena en cinco ocasiones. No obtuvo respuesta y con ello, mucho quedó claro. Adriana Mena ha dicho que seguirá trabajando por Christian Vittori, pero no hará nada que le signifique a ella incurrir en gastos. «En campaña se gastaba 70 lucas en celular llamando a gente para que fueran a los actos de Vittori y nadie nunca le pasó ni una tarjeta de prepago”, nos cuentan. 

Adriana Mena se replegará en la Unión Comunal Nº1. Cuando alguna afiliada le dice que quiere algo del Alcalde, ella las conmina a hablar directo con él. “Se hartó de dar explicaciones”. Si hasta está complicada de salud, haciéndose exámenes. “Son los puros nervios y la bronca”, dice una socia. “Si ni siquiera la llamaron para su cumpleaños”, dice otra.

Lo que ese viernes se vio en Don Oscar es la realidad. Hoy son varios los asesores contratados, pero en realidad su capacidad de convocatoria es bien paupérrima. Sin Mena el gobierno de Vittori pierde en número de asistentes. Pero hay algo más: el que hoy no esté Mena habla sobre confianzas que se trizan y personas que pierden la memoria.

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Nicolás Aravena

Fundé La Voz a los 21 años. Dicen que escribo bien, me apasiona la política, fotografía y entender el mundo que habitamos. Dejé de fumar hace poco, hago chistes malos y bailo pésimo

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