En los más de ocho años que llevo entrevistando políticos, son muy pocos aquellos que se prestan para contestar supuestos. “No hago futurología política”, es la respuesta que más me repiten. Y me parece extraño. Pues mientras ellos evitan las especulaciones y las conjeturas (al menos delante de los micrófonos) a los que seguimos la actividad política, nos encanta hablar de supuestos. Hoy escribiré sobre una visión que tuve. Convengamos entonces que este texto es simplemente un ensayo, o una crónica futurista.
Poco importa el resultado de Joaquín Lavín León en las Municipales de 2012. Aún queda tiempo para ello, pero ya se ha visto un fenómeno que es innegable. Su esposa, la ex chica Mekano Cathy Barriga es muy bien recibida por el ciudadano C3 que abunda en nuestra comuna.
La gente se identifica con la nativa de Peñalolén que a punta de esfuerzo, baile, televisión y carisma, ha ganado varios concursos en los cuales es el público quien elige. A la Cathy la quieren. Su blonda cabellera parece actuar como un imán para la señora en la feria que la mira con admiración. El hombre maipucino la mira de reojo, se sonríe al ver su curvilínea figura que ilumina su negro caminar, cargando las bolsas “de su bruja” en la feria el día domingo.
Si hasta algunos mal pensados han exclamado, siempre en voz baja, sin que nadie les vea: “¿Por qué no la tiraron a ella de candidata a alcaldesa?”. Y de ahí vienen las conjeturas. Que Mónica Zalaquett está nerviosa. Que RN ya está pensando en ella para las elecciones de diputados del próximo año.
Y si en Ñuñoa fue Marcela Sabat quien, a punta de sonrisas, buenas pilchas y una belleza del gusto del C1 dejó fuera a un pez gordo de la política, como el UDI: Rodrigo Álvarez; en Maipú, Cerrillos y Estación Central, bien se podría pensar en Cathy Barriga como candidata a diputada. De seguro a Mónica Zalaquett la idea no le gusta. De seguro también, a más de algún mandamás de RN la idea de sumar una nueva diputada le seduce en demasía. En fin. Es tan solo una crónica del futuro. El tiempo dirá si la princesa se convierte en legisladora.