Durante estos días de verano, nuevamente han surgido numerosos reportes por la abundante presencia de chinches de Arce, un molesto pero aparentemente inofensivo insecto oriundo de norteamérica que ha invadido varias ciudades del país.
Tal como se puede apreciar en un reciente registro difundido por unos vecinos en redes sociales, son cientos y cientos de estos chinches que no solo se quedan en los árboles donde se alimentan, sino que también son capaces de acercarse e incluso ingresar a los domicilios, generando molestias. Porque no está de más recordar que: vuelan.
De acuerdo con lo que han señalado expertos de la Universidad de Chile, todo habría comenzado hace cuatro años aproximadamente con el arribo de varios ejemplares de este insecto en algún avión que aterrizó en Pudahuel, y al carecer de depredadores naturales (a los que espantan químicamente), se han multiplicado «exponencialmente».
El Dr. Pedro Cattan, profesor de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias (Favet) de la Universidad de Chile y director del Diplomado de Postítulo Internacional en Manejo de Plagas Urbanas de esta unidad académica, enfatizó en una ocasión anterior que uno de los principales factores que han influido en esta proliferación ha sido el sistema de defensa contra depredadores naturales que guardan los chinches de arce.
“Las poblaciones de estos insectos son de difícil control por depredadores porque presentan defensas químicas que repelen los ataques. Esto probablemente influye en el crecimiento exponencial de ellas. Estos insectos presentan agregaciones muy notables, donde se mezclan adultos y ninfas. Los adultos se aparean y las hembras pueden producir más de 200 huevos en la estación. Es probable que este crecimiento pueda influir en la rápida dispersión de este chinche”, señaló el académico.
“El ingreso a las casas es una realidad, porque buscan lugares protegidos y, por tanto, pueden situarse en grietas de pisos, en paredes, en suelos de jardines. Se ha descrito ingreso a casas en el Hemisferio Norte. Este ingreso, además, podría hacerse más frecuente si el cambio climático genera situaciones extremas en lugares de climas normalmente templados”, agregó respecto del comportamiento de los insectos.
Por su parte, la Dra. Jeannette Dabanch, infectóloga del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, se refirió a las implicancias para la Salud. En ese sentido, aseguró que si bien “se han visto casos de picaduras con efectos adversos, principalmente por la generación de respuesta antigénica, no suele ir más allá de una respuesta local en el sitio de la picadura”.
“Este insecto no constituye un riesgo conocido de salud para las personas porque, hasta ahora, no ha sido relacionado con la transmisión de agentes infecciosos”, explicó la experta.
¿Qué hacer frente a los chinches de arce?
Antes de entregar algunas de las recomendaciones, es necesario advertir que el Servicio Agrícola y Ganadero no considera a los chinches de arce como una plaga fortestal o agrícola (que es su área), principalmente porque no existe un daño severo a los árboles, otras plantas, ni significa un riesgo para la salud de las personas.
Según lo informado por los profesionales, se recomienda:
- Aspirar en los jardines tanto al chinche como las hojas de los árboles contaminados.
- Eliminar los frutos del suelo.
- Quitar la hojarasca y tapar todo tipo de grietas en paredes de patios o jardines.
- Rociar las agrupaciones del chinche con soluciones jabonosas (aunque aún no hay antecedentes comprobados de su utilidad).
- Usar protecciones en manos y rostro para evitar reacciones alérgicas.
“Lo mejor es eliminar todo aquello que pueda transformarse en refugio. Si desaparece en invierno, lo más razonable es cerrar todo tipo de hoyos, perforaciones, rotura de zócalos, eliminar malezas y hierbas para evitar que encuentre refugios apropiados. No se recomienda fumigaciones con insecticidas por el daño ambiental que estos producen, tanto por contaminación como por el daño a otros insectos”, indicó el profesor Cattan.