El Mineduc estableció que las clases comenzarán el martes 5 de marzo de 2024. Y el primer día de colegio puede ser una etapa difícil para algunas familias, situación definida por los especialistas en educación como el llamado proceso de “desapego” que se inicia cuando los niños dejan su casa para comenzar la etapa escolar, ya sea por primera vez o tras el extenso período de vacaciones de verano.
Para este proceso el niño o niña necesitará adaptarse a los nuevos requerimientos, que se verán reflejados principalmente en las relaciones con sus compañeros, sus educadoras y/o sus profesores. No obstante, no todos alcanzan fácilmente o en el mismo nivel el bienestar deseado en este paso ya sea por el ritmo educacional como por el hecho de tener que sociabilizar.
Para la psicopedagoga Andrea Correa, rectora del Colegio Pumahue de Chicureo, perteneciente a la red Cognita con 17 establecimientos en Chile, esta problemática se reconoce como un hecho significativo en el desarrollo infantil, por lo que, si se presenta, debe ser encarado con atención.
Dos fases para el desapego
La especialista indica que, frente a la resistencia de un niño para ir al colegio, se pueden identificar dos fases. “La primera, es la llamada fase “de protesta”, que comienza inmediatamente después de la partida de la madre o padre, donde el niño podría sentirse intensamente angustiado, ansioso y llorar por la separación. Sin embargo, minutos más tarde lo olvida y comienza a integrarse a las actividades. La segunda etapa se denomina “de abandono”, donde el pequeño manifiesta una sensación de desamparo, inseguridad y el llanto se vuelve intermitente”, aclara la educadora.
En algunos casos, también podrían surgir rasgos de negativismo y oposicionismo, debido a la labilidad emocional de esta etapa, pudiendo desarrollar también temores como a la oscuridad, a los “monstruos” o a los animales. Sin embargo, “a medida que los niños se adaptan a la rutina, comienzan a generar vínculos de confianza y a perder la sensación de ser indefensos, se disipan mucho esos temores y comienzan a disfrutar las actividades en el colegio, lo que, además de estimularlos en su aprendizaje, favorece el desarrollo social y su independencia”, agrega la profesional.
Correa señala que el trabajo durante el primer período de desapego debe ser en conjunto con los padres y las educadoras, con el fin de ir consolidando el sentido de autonomía y la capacidad para
expresar necesidades de alimentación o higiene, y dar a conocer pensamientos por medio del lenguaje.
Consejos para el proceso de adaptación
1. Hable claro, aprenda a comunicarse de manera asertiva con sus hijos.
2. Utilice mensajes corporales adecuados: la comunicación verbal debe ir acorde con su postura y mirada.
3. Fomente la seguridad y su autoestima a través del juego.
4. Realice despedidas breves y simples, es fundamental evitar prolongar la ansiedad en los niños.
5. Al separarse de su hijo entregue cariño y confianza. Luego, despídase con seguridad.
6. Prepárelos para la separación, lleve a su hijo previamente al colegio o jardín infantil, de manera que conozca el lugar y se familiarice con las educadoras y el entorno.
7. Sea puntual en los horarios de salida, retirarlos a la hora contribuye a no generar más ansiedad.
8. Mantenga comunicación permanente con el colegio, sobre todo en el proceso de adaptación, pues el trabajo en conjunto favorece la confianza del niño.
9. Evite llorar frente a su hijo, ello causa mayor ansiedad y genera inseguridad.
10. Confíe que el personal del colegio escogido es el idóneo para trabajar con sus hijos.