Más de 50 años después de que el programa Apolo finalizara, Estados Unidos ha marcado su regreso triunfal a la Luna. En un evento histórico, el módulo lunar ‘Odiseo’ de Intuitive Machines, ha logrado aterrizar en el satélite, convirtiéndose en la primera misión lunar privada en alcanzar tal hazaña. Este logro se llevó a cabo con el módulo desplegándose desde Houston, Texas, hogar del Apolo 17, la última nave estadounidense en visitar la Luna en 1972.
La misión enfrentó retrasos iniciales debido a problemas técnicos, pero logró cumplir con su objetivo, marcando un momento de gran expectativa y finalmente, de éxito. Bill Nelson, administrador de la NASA, celebró el logro con un eco a las palabras de la era Apolo, destacando este evento como un «gran paso adelante para toda la humanidad».
El aterrizaje de Odiseo se produce después de varios intentos fallidos por parte de otras misiones japonesas y estadounidenses, subrayando los desafíos de la exploración espacial. Este éxito es particularmente notable ya que el módulo fue lanzado al espacio por un cohete Falcon 9 de SpaceX, utilizando metano como combustible, una primicia para la compañía.
Hace algunos meses un el cohete Starship de SpaceX fracasó en su segundo intento de volar. A pesar que consiguió despegar, explotó a los pocos minutos.
El «Odiseo» logró aterrizar en la luna
Odiseo aterrizó en una zona considerada de alto valor científico cerca del polo sur lunar, un área rica en cráteres que se cree contienen agua congelada, lo que podría ser crucial para futuras misiones y la exploración espacial sostenible. Este logro también resalta el papel creciente de las colaboraciones privadas en la exploración espacial, con la NASA subcontratando misiones a empresas como Intuitive Machines.
La misión llevó a cabo una variedad de cargas útiles científicas y tecnológicas, incluyendo experimentos de navegación autónoma y un instrumento que mide el combustible restante en condiciones de baja gravedad. Este evento marca un hito en la colaboración entre el sector público y privado en la exploración lunar y sienta las bases para futuras misiones, incluidas las tripuladas, bajo el programa Artemis de la NASA.
A pesar de los desafíos técnicos enfrentados por varias empresas, este éxito reafirma el compromiso y la capacidad de Estados Unidos para continuar su exploración del espacio, medio siglo después de que los astronautas del Apolo caminaran por última vez en la Luna. Con planes de lanzar más misiones en los próximos años, la aventura espacial de la humanidad continúa expandiéndose, prometiendo nuevos descubrimientos y la posibilidad de futuras colonizaciones espaciales.