No podemos matar la actividad económica por salvar vidas: la filosofía detrás de la economía de mercado

El título de esta columna es la frase del gerente general de la Cámara Nacional de Comercio (CCS), Calor Soublette.

La frase marcó la agenda de la semana pasada, frente a la posibilidad de abrir los centro comerciales en plena pandemia.

Obviamente estos dichos causaron mucho revuelo dentro de la sociedad, por el hecho que este economista le da más importancia a los números económicos que la vida misma de las persona.

Como representante de la CCS refleja plenamente la ideología de mercado que está impregnada entre los empresarios.

Es por eso que nos quisimos preguntamos lo siguiente: ¿Por qué los economistas piensan que lo económico es más importante que la vida? En este artículo daremos a conocer algunos de los postulados de Adam Smith que es el padre del sistema actual económico que nos aclara de porque los economistas piensan así.

Adam Smith fue un filósofo y economista escocés. En su principal obra llamada Riquezas de las naciones da a conocer las bases ideologicas de la actual economía de mercado.

Dentro de sus ideas centrales esta en reafirmar la idea de Thomas Hobbes de que el ser humano es egoísta por naturaleza. Es más, Smith le agrega que el ser humano no crece económicamente por ser benevolente, sino a causa de “su propio interés.

«No invocamos sus sentimientos humanitarios, sino su egoísmo; ni le hablamos de nuestras necesidades, sino de sus ventajas” (Smith, p.17).

Es decir, el economista da a conocer que a la persona le debe interesar solamente su bienestar personal, no el de las demás personas. Porque lo único que quieren los otros individuos es destruirlo y quedarse con su fortuna.

Siguiendo con esta misma linea, Smith nos muestra cómo es sumamente necesario que exista división del trabajo, por el hecho que permite que sea una sociedad bien gobernada.

El obrero tiene que entregar mucho por la empresa, para que el empresario le entregue lo que tiene. Esto permite que “el uno provee el otro de lo que necesita, y recíprocamente, con lo cual se difunde una general abundancia en todos los rangos de la sociedad” (p. 14).

Es decir, gracias a la división de las clases sociales existe intercambio de bienes entre los empresarios y los obreros; en otras palabras, el obrero entrega su tiempo para crear productividad y el empresario un sueldo.

Este trueque que realizan las distintas clases sociales permite crear la ley del mercado que es la oferta-demanda, esto quiere decir, mientras halla más oferta de mano de obra, pero, menos demanda por ella, los sueldos seran bajos. Si ocurre lo contrario, hay mayores sueldos.

En conclusión, Smith nos da a conocer de lo que realmente importa son nuestros propios beneficios y deberíamos «agradecer» al egoísmo de las personas, porque gracias a este existen intercambios entre distintas clases sociales.

Y ustedes, vecinos, ¿están de acuerdo con el pensamiento de Smith y de nuestros actuales economistas?

Bibliografía: Smith, Adam. (1984). Investigación sobre la naturaleza y causas de las riquezas de las naciones. México: FCE.

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Eduardo López Carreño

Eduardo López Carreño: Maipucino de toda una vida. Ex participante de ciudadanos en acción por la defensa de SMAPA. Licenciado en filosofía y en educación, estudiante de teología, ex líder de jóvenes y Adolescentes de la Iglesia bautista Casa de restauración Jea. Actualmente, trabaja como profesor de filosofía y didáctica en Peñaflor.

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