Esta semana, en el marco del Especial Estallido Social, el programa de Voces en Casa de La Voz de Maipú, recibió a varios invitados que se relacionaron, desde distintos puntos de vista, con el gran movimiento social que estremeció a Chile a partir del 18 de octubre de 2019.
Una de las entrevistadas fue Gladys López, presidenta de la Cruz Roja Filial Maipú, con quien se profundizó en cómo la institución se hizo partícipe recibiendo a los numerosos manifestantes y ciudadanos que fueron afectados física y psicológicamente en los enfrentamientos con las policías.
Sobre los hechos que le tocaron presenciar y prestar auxilio médico en la Plaza de Maipú, Gladys comentó:
«Nosotras, para ser Cruz Roja, nos demoramos dos años. Y cuando nos toca jurar ser Cruz Roja significa basarnos y respetar siete principios fundamentales, dentro de los cuales, en este Estallido Social, se aplicó mucho el principio de humanidad, de neutralidad e imparcialidad».
«Estamos llamadas a aliviar el sufrimiento humano y mejorar la calidad de vida de las personas, su dignidad. Y en ese contexto, apenas supimos de los graves problemas, que habían heridos en la Plaza, el mismo día nosotras estuvimos presentes recibiendo y abriendo puertas», agregó.
El desarrollo de su labor y la de sus compañeras/os protegieron tanto a manifestantes como a transeúntes que no se involucraban directamente en los enfrentamientos y represión.
«En el ante jardín de nuestra Filial, al lado del BancoEstado, podíamos albergar a 150 personas que venían corriendo. Manifestantes, personas que andaban de vuelta de sus trabajos, que no tenían nada que ver y contenerlas. Adentro atendiendo en pasillos, atendiendo en los box ,distintos tipos de heridas, quemaduras, balines, de todo, absolutamente de todo.«, dijo Gladys.
Asimismo, agregó que «había que abrir puertas y proteger a muchas personas. Personas con crisis de pánico, personas que no tenían por qué y se vieron involucradas, y otras sí, que fueron a protestar. Nunca en la Cruz Rojas había habido tantos rociadores con leche para el gas pimienta, con agua con bicarbonato, corriendo de lado a lado, la generosidad de la comunidad también, viendo cómo nos convidaban, lo mismo nosotras a las brigadas que prestaban auxilio también».
A Gladys López el estallido social le reabrió antiguas heridas, esas que causó la dictadura militar de Augusto Pinochet: «Fueron situaciones y días muy caóticos con una carga emocional tremenda. Créanme que he llorado mucho porque nunca pensé volver a vivir algunas cosas. Por mis años, yo viví el golpe militar siendo universitaria, entonces, el Estallido Social para mí me remeció el alma y ahora sabía que estaba en una posición que, como Cruz Roja, como lo obliga mi institución, teníamos que estar presente».
En cuanto a la labora de la Cruz Roja Filial Maipú, destaca la labor instantánea dentro de un contexto caótico:
«Nosotras cuando atendemos no tomamos nombres, no tomamos un registro, no queda absolutamente nada que pueda identificar a nadie que hemos atendido. Vemos rostros, vemos sonrisas, vemos agradecimientos, sentimos el abrazo rico de cada persona y la satisfacción de haber podido ayudar. Fue fuerte. Nadie estaba preparado para lo que se vivió«.
«Había de todo, absolutamente de todo. También tu te puedes dar cuenta, muchas veces, de la reacción de los padres, porque tuvimos mucho menor de edad y había que llamar a los papás porque los chicos no podían volver solos y eres testigo de cómo reaccionan, no todos de buena forma. Ves que detrás de ese joven hay un problema de comunicación con sus papás también», comentó en Voces en Casa de La Voz de Maipú.
Dentro de las personas que atendieron se encontraban menores de edad desprotegidos por el Estado, niñas y niños que no tenían nada que perder: «Habían muchos chiquititos en las manifestaciones, muchos niños. El tema te deja cosas dando vuelta, porque había mucho niño del Sename que te decía ‘tía, yo no tengo nada que perder, soy Sename’. Así se definen ellos mismos. Pero te abrazan tan rico y te dan un abrazo cuando tú les prestas una polera porque había que cambiarles ropa, tenían que bañarse, etc, porque ahí se implementó el baño, cambio de ropa, cambio de todo».
«La misma comunidad nos llevó cualquier cantidad de ropa para que se pudieran cambiar porque mientras no se saque del cuerpo el gas pimienta es terrible. Llegaron muchas quemaduras también, por el guanaco y los gases lacrimógenos que comprometen toda la vía respiratoria», agregó.
Las heridas causadas por los funcionarios de Carabineros producto de los disparos de perdigones fueron parte de las urgencias que debieron atender en la Cruz Roja Filial Maipú, perdigones, balas y otros:
«Incluso atendimos a un joven con un impacto de bala en el muslo, muy cerca de la arteria femoral, ese joven fue derivado, atendido y operado. Gracias a Dios pasó a centímetros de la arteria sino se nos habría desangrado. La ambulancia llegó pronto, pudimos trasladarlo y después de un par de semanas fue a darnos las gracias. Él fue una persona que fue a mirar porque estaba trabajando en Mega Salud y fue a mirar qué es lo que pasaba en la Plaza», recuerda la trabajadora de la Cruz Roja.
En el cierre del programa, Gladys López dedicó palabras a las miles de personas que se manifestaron exigiendo cambios estructurales para Chile.
«La juventud actual me maravilla. Me maravillan las ideas tan claras y Andrea [representante de los Secundarios presente en el programa] ha dicho algo fundamental, ‘el respeto que nos debemos unos a otros’, que eso se ha perdido mucho y es una gran causa de los graves problemas sociales que tenemos en nuestro país».
«Nosotros tenemos un punto apolítico, neutral, imparcial y vamos a estar siempre presente ayudando a cualquier ser humano, sea del lado político que sea, ahí vamos a estar presente y de hecho ahí hemos estado».
«Aprovechando este canal y este espacio, le pido a los jóvenes: cuídense, protéjanse. Un abrazo fraterno. Espero lo mejor para ustedes, para mi patria, para mi país», dijo la trabajadora que protegió y curó a cientos durante el estallido social en Maipú.