“Nos conocíamos desde los 5 años”, es lo primero que me indica Natalia Pérez cuando le pregunto por Alex Núñez, el primer muerto que tuvo nuestra comuna, en manos de Carabineros de Chile, en el denominado estallido social.
Hace casi un año que todo comenzaba a gestarse, y el viento característicode la primavera, nos traía aires de cambios. La gente comenzaba a dar muestras de molestia, ante un modelo económico, político y social, que varios tildan de injusto. Pero no sólo vientos de cambio soplaron. Lo peor de nuestro pasado volvía a emerger: violaciones a los Derechos Humanos y el abuso policial.
Alex y Natalia
Natalia y Alex fueron pareja durante 17 años. Y si bien, hace ya 9 años que se encontraban separados, Alex para Natalia era su compañero de vida, un gran amigo y el padre de sus hijos de 23, 15 y 12 años; es decir, eran familia.
“A los 15 años nos pusimos a pololear. A los 16 años tuvimos al Rodrigo. Allí pasó el tiempo: terminamos de estudiar y como a los 22 años nos casamos y nos fuimos de aquí”. Natalia me lo relata, como evocando la emoción de esos momentos. En sus ojos relumbra esperanza. Frente a mí está parada una mujer que conserva el semblante de una pareja que tiene toda la vida por delante.
Pero las relaciones de parejas son complejas y -la mayoría de las veces- no duran para siempre. En el año 2011 se separaron. Alex volvió a la casa de su infancia en la Villa Volcán Maipo. Natalia, por su parte, intentó una relación nueva, fruto de ella nace su cuarta hija, sin embargo, ese amor no prosperó. Hace 6 años, Natalia también volvió a la casa de sus padres, a solo unas casas de la de Alex.
”En ese momento nos volvimos a reencontrar con Alex, nunca más como pareja, pero como amigos y como familia”, me indica Natalia.
20 de octubre 2019
“Alex no participaba de esto, nada, nada, ninguna cosa. Lo único que hacía, era vigilarnos, porque estaba con los chiquillos, los más grandes. Él nos miraba desde lejos, esa era su participación: cuidarnos», nos cuenta Natalia.
Hace poco tiempo Alex estaba comenzando un emprendimiento de reparación de herramientas de construcción. Ese 20 de octubre tenía que ir a dejar un taladro, salió a las 20 horas, sin embargo, el toque de queda comenzaba a las 19 horas, pero había que hacerse las lucas, eran importantes.
A pocas cuadras de llegar a su casa fue interceptado por 3 carabineros, que sin pedir identificación, ni mediar diálogo, lo golpearon, lo botaron al suelo y lo siguieron golpeando. “Fue: lumazo a las piernas, al suelo, le dieron la golpiza de la vida y de ahí, cuando se cansaron, se fueron. Alex se vino como pudo”, me comenta Natalia.
Esa noche, Natalia y Alex conversaron. Él le contó detalles del abuso policial.
Alex volvió como pudo yRodrigo, su hijo mayor, lo divisó de lejos, lo auxilió y lo llevó a su casa. Inmediatamente, fue a avisarle a su mamá. De forma simultánea, Carabineros comenzó a bombardear la Villa, las calles y los pasajes.
“Yo estaba lavando la loza, cuando entró Rodrigo, dejó todo pasado a bomba, me dijo: mamá, le pegaron a mi papá. Rodrigo se lavaba la cara, porque estaba todo embombado”, recuerda hoy Natalia, sobre aquella fatídica noche.
“Entré a la casa, tienen un reloj justo al medio, eran las nueve en punto. Veo a Alex, tenía unos cototos y unos golpes en la cara, le pregunto ¿qué te pasó?, me dice me pegaron los pacos». A esa hora Alex, aún se encontraba consciente y logró explicarle a Natalia lo sucedido.
Hace algunos años, unos barristas le pegaron a Alex. En esa oportunidad quedó hospitalizado en la Posta Central. Natalia me comenta que esa vez lo vio muy mal, en comparación con el 20 de octubre.
Esa noche, “él me dijo todo, y él estaba muy conectado, porque todas las cosas que me decía coinciden con los hechos de la investigación, o sea, no hay nada que me hiciera sospechar de que estaba pasando algo en su cabeza nada, ninguna cosa”, nos afirma Natalia.
Sin embargo, al día siguiente Alex no despertó. Su madre, una mujer de edad, junto al hermano de Alex, que sufre de alcoholismo, lo dieron vuelta, Alex vomitó. Llamaron al SAMU, quienes de inmediato lo entubaron.
“Me explicaron que Alex tenía un TEC cerrado, un edema cerebral, una fractura de cráneo. El 5% de su cerebro estaba funcionando, nada más, si él llegaba a quedar vivo, iba a quedar con un daño cerebral horrible”, me dice conmocionada Natalia y se nota que las emociones que le produjo recordar momentos del pasado, con los que comenzamos esta conversación, se esfumaron, su semblante ahora es de pena, de pérdida.
“Lo pasé a ver -un silencio, sus ojos llenos de lágrimas- y fue triste, fue triste que terminara así. Yo sé que nadie merece una muerte así, pero él no la merecía, menos con la brutalidad que actuaron. La brutalidad fue terrible, tú te mueres cómo lo dejaron. Yo creo que ellos… siempre escucho “Paco vampiro” y de verdad que ellos -Carabineros- tienen sed de sangre”.
Alex falleció en la Posta Central el 22 de octubre del 2019.
El pilar de la familia
Los padres de Alex son ya de avanzada edad. El Tata, como le dice con cariño Natalia, se encuentra hospitalizado desde el 6 de septiembre, por una insuficiencia cardiaca, que le afectó a los pulmones. Por el otro lado, la Mami Yoli es hipertensa, tiene artrosis, hipotiroidismo.
“Alex era el pilar de la familia. La familia se derrumbó sin él.” A Natalia se le quiebra la voz: “él no está, y se derrumbó. Yo he tratado de poner un palito por aquí, un palito por allá, para tratar de mantenerlos, para ayudarlos”.
“El daño que ellos hicieron (Carabineros) no se lo imaginan. Porque me mataron al Alex, al menos no sufrió, porque desde que se durmió no despertó más, no tuvo esa agonía dolorosa. Pero esa agonía dolorosa la viven hasta hoy mis hijos y los tatas. Nadie se imagina el sufrimiento. Ésta ha sido la agonía que hemos vivido, después de la muerte”.
Natalia me enfatiza que ha recibido ayuda de la asistente social de la Municipalidad de Maipú, Margarita Jorquera, quien está pendiente del día a día de los padres de Alex Núñez.
De octubre de 2019 a octubre de 2020
“La primera denuncia que hicimos fue a través de las rejas de la Posta Central, estaba el INDH afuera. Luego me hicieron el contacto con Cristián Cruz, que es el abogado que lleva el caso y desde allí comenzamos con todas las querellas”, me explica Natalia.
Sin embargo, la investigación comenzó muy lenta, porque no los tomaban en cuenta, me explica Natalia. Y es que por un tiempo el Gobierno no incluyó a Alex Núñez en el listado de víctimas de violaciones a los Derechos Humanos. Un amigo contactó a Natalia con Ciper, con su trabajo periodístico masificaron el caso, y recién allí lo incluyeron en el registro.
“En algún momento me pregunté ¿en qué estamos?, porque está bien que la pandemia, pero ya ha pasado mucho tiempo sin avanzar. Me daban ganas de pedir cambio de Fiscal, porque no nos estaban tomando en cuenta”, se queja Natalia, respecto a la lentitud de la investigación.
El 22 de agosto la prensa nacional amaneció con la noticia del femicidio de Norma Vásquez, carabinera, asesinada por su compañero de labores, el subteniente Gary Valenzuela, que según la investigación, es uno de los carabineros autores de la golpiza y asesinato de Alex.
“Cuando se supo esta conexión, la investigación comenzó a agarrar más vuelito. Así que el Fiscal ha estado viendo el caso y ya como corresponde. Cristian me dice que siente que se lo están tomando más en serio, porque nunca nos escucharon.”, me explica Natalia.
Hace pocas semanas se hizo una reconstrucción de escena, con un testigo clave del cual Natalia no sabía. “Vino un comisario, una jefa y unos inspectores. Allí comenzaron a hacer el paso a paso. Hay cosas que ni te imaginas, yo paraba la oreja para escuchar al testigo, que era primera vez que lo veía, él actuó protegiéndome igual, no quería que supiera detalles que me iban a hacer daño”, me cuenta Natalia con un dejo de horror en su rostro.
Por Norma y por todas mis compañeras
Carabineros, una vez más, no dio el ancho en tomar las medidas necesarias para proteger a la ciudadanía, en este caso a Norma quien era miembro de su Institución.
La investigación por el caso de Alex, desde el comienzo apuntó a Gary como uno de los autores. Y Norma había denunciado a Gary Valenzuela por abuso y acoso. Sin embargo, para Carabineros ninguna de las dos denuncias fueron suficientes para sacarlo de sus filas.
“Si nos hubiesen tomado en cuenta, con la seriedad que corresponde al caso, otro gallo cantaría. Pero no. Yo no tengo peso social en esto, soy un simple mortal más, entonces, esperan que uno se aburra con la investigación, quieren que desistamos. Esa es mi sensación”, me dice Natalia.
Hostigamiento policial
En el mismo octubre del 2019, la 25a comisaría de Maipú comenzó su sumario interno, incluso citaron a declarar a Natalia y a su hijo mayor Rodrigo, que por supuesto no asistieron.
Desde ese momento Carabineros comenzó a visitar la casa de Natalia, uniformados y de civil. “Yo vivía con un dron arriba de mi cabeza. Salía de mi casa y escuchaba cómo iba arriba mío, me tenían un punto fosforescente. Así fueron los primeros tres meses, después de la muerte de Alex”
“No tenía miedo, ahora siento más miedo. En ese tiempo no. Debe haber sido que todavía estaba en shock por la muerte de Alex. Yo vivía no más”, dice Natalia.
Tanto Natalia como sus hijos han sufrido el hostigamiento policial después de la muerte de Alex. Han ido a golpear la reja de su casa, se han paseado con el gas pimienta en frente de ellos, paseando con armas fuera de su hogar. Junto al INDH pusieron una denuncia por acoso y allí dejaron de visitar a la familia Núñez Pérez.
Sin embargo, en marzo de este año, un hijo de Natalia vivió una situación de acoso: un auto particular, sin patente, lo siguió e intentó atropellarlo en cercanía de su hogar. Allí Natalia decidió enviar a sus hijos al sur, con su hermana.
“Se supone que ellos son la seguridad, se supone que si tú tienes un problemas recurres a ellos, porque te tienen que proteger. Pero en este momento, los que se supone que protegían, te dañaron de una forma irreversible”, reflexiona Natalia.
El Barrio
Luego de la muerte de Alex, el barrio ha comenzado a gestar distintas organizaciones desde lo cultural, hasta un preuniversitario en su nombre.
“El apoyo de los vecinos, del Club Deportivo, de la Asamblea de la Farfana ha sido incondicional. Encuentro muy lindo y conmovedor las actividades que ellos han hecho. Lo que me explicaban es que aquí ha pasado algo grave, que por eso hay conmemorar, hay que hacer el ejercicio de Memoria”, me cuenta Natalia.
“Alex fue un hombre trabajador, era padre, era de los nuestros. Era del barrio, un cabro que se crió aquí, que formamos familia”, es una persona que representa a sus vecinos.
Qué esperamos
Natalia me explica que, lo primero que espera es que los carabineros involucrados salgan de sus labores, porque siguen siendo parte de la Institución, además, con grado dentro de ella. “No podemos tener asesinos en las calle, menos asesinos con uniforme”.
Luego, que queden presos, como cualquier ciudadano, sin beneficios.
Sobre una eventual reparación económica, Natalia expresa que “Al comienzo me daba plancha, lo encontraba morboso. Pero estos desgraciados se han robado no sé cuántos millones de pesos. Yo sé que nada en el mundo va reparar el dolor de mis hijos y el de los tatas. Deberían reponer el daño, aunque sea con lucas: que los tatas tengan una buena salud hasta los últimos días de sus vida y que mis hijos tengan educación”.
25 octubre – Apruebo
El papá de Natalia fue preso político, cayó el 11 de septiembre del 73, en el Estadio Nacional. Su familia se exilió a Estados Unidos. “La Dictadura me quitó la dicha de tener una familia, porque toda mi familia está en Estados Unidos, no tengo primos ni tíos aquí. La Dictadura me quitó de muchas cosas y ahora este Gobierno me quitó a mi compañero”.
Sobre el plebiscito del próximo 25 de octubre, Natalia lo tiene claro: “El 25 hay que salir, porque no podemos permitir que la generación que viene ahora le pase algo parecido. Yo cuando sea vieja quiero tener una salud como corresponde, una jubilación como corresponde. Entonces hay que salir el 25”, me dice, al finalizar de contarme la historia. Su historia.