[Opinión] La frágil unidad del progresismo: Maipú, ¿otra víctima de los egos políticos?

La extensa lista de candidatos y candidatas para llegar al sillón municipal que se nos iban presentando el año pasado, donde diferentes partidos políticos progresistas tenían plena confianza en que su candidatura era la única carta posible para vencer a la actual alcaldesa Cathy Barriga, ya nos permitía vislumbrar el lamentable escenario actual tras las inscripciones en SERVEL, que por sobre todo demuestran que no están a la altura del contexto. 

Este hecho era muy contraproducente en el discurso de cada uno de los candidatos, porque la gran mayoría utilizó el relato de la «unidad» o la «construcción de proyectos colectivos». Otros prefirieron hablar de unidad con base en la comunidad maipucina, pero hasta el momento no se ha visto un espacio concreto que converge la diversidad de los vecinos y vecinas. 

La oportunidad para concretar la unidad de la centroizquierda fue durante las primarias legales, pero previo a esto no hubo condiciones reales para negociar entre los diferentes candidatos. Todo lo contrario pasó y hubo dos listas que se presentaron: Frente Amplio y Ecologistas. 

Recordemos que anteriormente el Partido Ecológico Verde salió del FA, tras el quiebre por el «Acuerdo por la Paz». Quizá sin esta diferencia, que pudo ser muy legítima en su momento, ahora vemos las consecuencias. En vez de validar a un solo candidato, tenemos dos postulantes, que hasta hace no mucho fueron aliados, listos para aparecer en las papeletas de las elecciones municipales.

Es verdad que hubo sectores que se movieron para encontrar al «candidato de consenso», con reuniones y negociaciones, muchas de esas con muy buenas intenciones, pero siempre con la misma posición de que mi candidatura es la que debe llegar a la papeleta. Todo desde lo local, pero omitiendo que quienes finalmente deciden no son los territorios, sino las cúpulas de los partidos políticos. 

Fue aquí, entonces, donde diferentes candidatos se fueron bajando, ya sea porque se dieron cuenta que no contaban con apoyo necesario de los maipucinos, pero especialmente porque no tuvieron el respaldo de sus propios partidos políticos. 

La lamentable situación vivida durante las horas previas a la finalización de la inscripción en donde diferentes posiciones jugaban sus últimas cartas: por un lado, la polémica salida de Freddy Campusano de la negociación del PRO y la DC en busca del candidato a convencional de Unidad Constituyente y, luego, la inscripción de Pamela Riquelme, esposa del ex alcalde Vittori, por parte de los progresistas; y, por el otro, la pugna entre el PC y RD para sacar la figura del pacto FA-Chile Digno, donde bajaron al concejal Ariel Ramos de la carrera, lo que gatilló su renuncia a su partido. 

Claro, sabemos que todos los candidatos de la oposición que finalmente irán en la papeleta del 11 de abril cuentan con fortalezas y debilidades que los hacen ser el mejor o el peor candidato. Sobre lo que la gente comenta en redes sociales, vemos a Tomás Vodanovic avalado por sus grandes conocimientos en gestión y trabajo como docente, pero al mismo tiempo odiado por vivir fuera de la comuna.

Viviana Delgado, por su parte, es admirada por ser una gran dirigente social y luchadora medioambiental, pero es rechazada por no contar con experiencia municipal. Alejandra Bustamante, en tanto, es validada por su trabajo político y territorial, pero ha sido cancelada por haber trabajado cercanamente con el ex alcalde Vittori. 

Mientras tanto, tenemos a una derecha que, si bien tenía nombres para haber hecho frente en la interna de Chile Vamos la reelección de Barriga, privilegió mantener su propia unidad para conservar sus cuotas de poder, no sólo en Maipú, sino que a lo largo del país. 

Ahora bien, las elecciones del 11 de abril de este año son históricas, pues no sólo elegiremos a nuestro próximo alcalde o alcaldesa y al Concejo Municipal, sino que también votaremos por primera vez por gobernadores regionales y a los constituyentes que redactarán la nueva Constitución de la República. 

Ante este escenario electoral, se espera un mayor número de votantes que en las elecciones donde Barriga ganó con 35.303 votos (36,3%) y en la que hubo una abstención del 72% (es decir, sólo 102.399 personas fueron a votar). Tomando en cuenta que en el plebiscito del año pasado los electores  fueron 243.115, para las próximas elecciones municipales, de gobernadores y constituyentes la cifra debería acercarse a ese número.

Ante este contexto político y electoral, ¿qué podemos hacer los miles de vecinos y vecinas hartos del pan, circo y corrupción que hemos tenido que aguantar durante años en la Municipalidad?. ¿Qué acciones debemos tomar frente al nivel de egocentrismo entre las fuerzas de izquierda, que creen ser herederas de la revuelta del 18 de octubre y de las demandas ciudadanas que se ven reflejadas en el Apruebo?

A pesar de todo este show político, vayamos a votar. 

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Nicolás Aravena

Fundé La Voz a los 21 años. Dicen que escribo bien, me apasiona la política, fotografía y entender el mundo que habitamos. Dejé de fumar hace poco, hago chistes malos y bailo pésimo

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