Las distintas responsabilidades que exige el mundo actual, llevan a las madres a asumir diferentes roles dentro del seno familiar. En sus diferentes facetas aparece la de enfermera, psicóloga, cocinera, profesora, dueña de casa, entre muchas otras. Sin embargo, uno de los compromisos que más dedicación requiere ahora, es el de madre trabajadora.
Dentro de las más de 68 mil mujeres que son parte de Fondo Esperanza, un 45% de ellas son jefas de hogar. Por lo tanto, deben cargar con la tarea de llevar el sustento a sus hogares con tal de mejorar la calidad de vida de ellas y, principalmente, la de sus hijos.
Aunque la independencia que da el emprendimiento, permite administrar sus tiempos, muchas veces esta obligación laboral las priva de estar con sus familias, privilegiando sacar adelante sus negocios.
Muchas veces son largas jornadas de trabajo detrás del carrito de sopaipillas, en la peluquería con la tijera en sus manos, moliendo la palta en el local de comida rápida o armando aritos artesanales a la luz de la ampolleta.
Por eso, queremos reconocer el esfuerzo y dedicación de estas mujeres, ya que sacrifican un tiempo valioso de su vida en pos de sus hogares. Cada vez que se ve a una madre emprendedora se debe entender que detrás de ella existen muchos sueños y anhelos que van más allá de ellas mismas.
Los invitamos a todos a saludar a esas madres trabajadoras que existen en Chile. Cuando el próximo 11 de mayo lleguen a sus casas en la noche, luego de una agotadora jornada de trabajo, -sí, porque ellas también trabajan los domingos-, las abracen y les expresen todo el cariño que ellas se merecen.
Andrea Dávila
Subgerenta Zona Centro Cordillera
Fondo Esperanza