Durante los últimos días, varias son las voces que se han animado a sacar a la luz las diversas situaciones negativas que se vivieron en la Municipalidad de Maipú con Cathy Barriga al mando.
Dentro de ellos, apareció por primera vez de manera pública el relato de Andrea Monsalve, periodista de profesión, la trabajadora fantasma que mantuvo un contrato por más de dos años sin ir a trabajar luego de haber sido mano derecha de la edil y abruptamente haber terminado esa estrecha relación, con un curioso silencio.
En agosto de 2019, La Voz informaba no solo sobre la mencionada «desaparición» de Monsalve por los pasillos de Alcaldía desde 2017 a pesar de aún mantener un sueldo registrado en Transparencia por más de $2 millones, sino también sobre algunos comentarios que daban cuenta de una fuerte discusión que habría mantenido con Barriga, donde incluso se llegó a la violencia física, y que originaron la salida de la trabajadora.
Para conocer si los, hasta ese momento, rumores eran ciertos La Voz se comunicó con Andrea y solo detalló que «tenía órdenes médicas que le prohibían hablar con alguien de acá [Maipú]», agregando que «en julio de 2017 le había dado un Accidente Cerebro Vascular» y pidiendo que no la volviéramos a contactar. Mientras tanto, en sus redes sociales se mostraban fotos de viajes a Europa y Buenos Aires.
Andrea Monsalve decide hablar
Hoy, después de casi dos años desde esa conversación, y ya con Barriga fuera de la Municipalidad de Maipú, parte de la verdad fue esclarecida en un relato que la mujer hizo a El Desconcierto, confirmando las sospechas: Cathy Barriga le pegó en, al menos, dos oportunidades.
Según comentó la ex asesora de quien fue alcaldesa de Maipú, se conocieron en el programa “Cantando por un sueño”, de Canal 13, donde fue productora periodística. Cuando llegó al Municipio, se convirtió en la mano derecha de Barriga y la acompañaba casi a todas partes, incluso en asuntos familiares.
En este contexto, Monsalve explicó que en dos ocasiones se produjeron discusiones que terminaron con violencia física. La primera, según cuenta, fue en medio de una discusión entre Barriga y su esposo, Joaquín Lavín León, estando ella presente.
«Le digo ‘Cathy, mira tu hijo llorando, tu marido enojado, te tienes que controlar. No tienes que ser así, no toda la gente envidia tus zapatos y te mira mal, y no tienes por qué despedir a las personas’. Ahí me pegó una cachetada y dijo ‘ya, vámonos'», confesó.
“Me puse a llorar. Tenía pena porque hacía todo para que estuviera todo bien. Hicimos la campaña de la cartera [entregaba este accesorio con artículos para mujeres afectadas por los incendios forestales durante el verano de 2017], el agua para el súper- tanker y mamografías gratis”, agregó.
La segunda vez fue cuando la trabajadora intentó advertirle acerca del maltrato que estaban ejerciendo unas funcionarias en atención al público. “Les pedía todos los días un informe a ellas [asistentes sociales], que eran amigas de [Barriga] porque las había llevado, porque no trataban bien a las personas y lo hablé con ella. Le hablaba de buena forma y ella reaccionaba así. Le discutía las razones por las que despedía a gente, porque me miraron mal los zapatos, porque me contaron que había hablado mal de mí pelo, y quién le iba a contar”, explicó Monsalve.
Desde ese día, la periodista fue trasladada a Maipú Seguro, pero solo en el papel, porque en todo momento los relatos han coincidido con que nunca se presentó a trabajar. Ni un solo día. Y así continuó desaparecida hasta que en diciembre de 2020 se registra su último sueldo por $2,7 millones aproximadamente.