El ambiente era tenso. Por primera vez 6 concejales visitaban la Villa San Luis 5 en una sesión de trabajo inédita. Quien convocó fue la Unidad Movimiento Social Maipú (UMSM), movimiento que agrupa distintas juntas de vecinos y organizaciones con una bandera en común: la molestia ante la indiferencia de la administración municipal, y la negativa de la alcaldesa a recibir organizaciones sociales.
Los concejales que respondieron al llamado fueron Abraham Donoso (DC), Gonzalo Ponce (Frente Amplio), Alejandro Almendares (RN), Pedro Delgadillo (Indp.), Ariel Ramos (P. Comunista) y Marcela Silva (P. Socialista). Según sus propias palabras, se trata de los siete concejales que “han hecho la pega”, pues incluyen en el grupo al concejal Erto Pantoja (PPD), que no pudo asistir a esta sesión.
Los disidentes sacan la voz
En una especie de catarsis colectiva, tanto los concejales como las dirigentas expresaron sin filtro su frustración y molestia por la administración actual.
Los primeros en comenzar la conversación fueron los concejales, que coincidieron en un sombrío diagnóstico del estado de la municipalidad.
Gonzalo Ponce señaló que el camino es la unión del trabajo, desde las concejalías presentes y la unidad de las organizaciones sociales. Ponce señaló que hay un compromiso de todos los presentes de trabajar juntos hacia un mismo fin, y que mientras más unida esté la comunidad habrá más posibilidades de ser escuchados.
Más duro fue Abraham Donoso, quien señaló sin tapujos que “esta administración es un caos”, haciendo alusión a la falta de consultas ciudadanas en los proyectos, y problemas puntuales como la falta de médicos en los consultorios. También hizo mención a la gran cantidad de dinero destinado a espectáculo en desmedro de las necesidades de vecinas, como las famosas casetas de seguridad vacías o la falta de baños en las ferias.
Alejandro Almendares tomó la palabra para explicar las restricciones que tienen los concejales para interferir en temas administrativos, poniendo como ejemplo el intento por rechazar el presupuesto del año pasado, y que pudo ser aprobado de todos modos debido a una «letra chica». A pesar de pertenecer al mismo conglomerado de la alcaldesa, Almendares es crítico de la situación y cree que el camino seguido hasta ahora no es el correcto.
Pedro Delgadillo también tuvo duras palabras con la administración, denunciando que en la Oficina de Discapacidad ni siquiera existen baños o entradas con las condiciones mínimas para discapacitados. A modo de anécdota, también contó que en su calidad de presidente de la Comisión de Deportes, tardó casi un año en lograr cambiar las tapas de los baños del estadio Santiago Bueras debido a las innumerables trabas de la administración. «Si yo como concejal y presidente de la comisión tuve que pasar por todo eso para cambiar un par de tapas, ¿qué pueden esperar los vecinos?», agregó irónicamente.
Delgadillo hizo el ejercicio de llamar a Médicos a Domicilios para ilustrar la historia de una vecina que se había gastado el poco saldo esperando en línea la atención. Usando el teléfono en alta voz hizo el ejercicio: el llamado quedó en espera, causando risas entre los presentes.
Los concejales presentes además coincidieron en la necesidad de sentir el apoyo de la comunidad, pues cada vez que intentan frenar alguna iniciativa o hacer críticas, estas son vistas como un freno a la diversión o el desarrollo de los vecinos.
Indiferencia y abandono: La catarsis de las vecinas y dirigentes
Durante la sesión, distintas juntas de vecinos y organizaciones sociales expresaron su malestar frente a las autoridades, como la dirigenta de la Feria San Luis, Hortencia Guzmán, quien expuso las miserables condiciones de trabajo en la Feria debido al agua servida de los canales que se desbordan e invaden la feria. Asimismo, mencionó la falta de baños para los feriantes y el público en general, que se traduce en largas caminatas para llegar a las pocas casetas que existen.
Desde la Villa San Carlos, su presidenta Natalia Barria expresó que “las dirigentas de Sol Poniente no hemos recibido nada de esta administración, estamos agotadas, los invitamos a ver las estadísticas, cuando decimos que no hemos recibido nada es realmente eso, nada”.
Miguel Jorquera, dirigente feriante, también intervino para llamar a la gente a “empoderarse, y hace la crítica a la poca presencia de dirigentes en los concejos”.
Desde el colectivo “Cola de Gato” también denuncian las deplorables condiciones de la sede social que comparten con adultos mayores y la organización de pesca en calle Libertad, donde tras recientes reparaciones la sede se volvió a anegar con las lluvias.
“Teníamos un espacio abierto a la comunidad y autogestionado, lo único que necesitábamos era un espacio, nada más y ahora ni siquiera tenemos un baño para recibir a la gente”, agregó la dirigenta, haciendo referencia a la reciente división del sector, que los aisló del resto de las instalaciones.
En pie de guerra, Maipú despierta
Luego de escuchar distintos testimonios, y casi tres horas de conversación, el ambiente era un poco más optimista. Se acordó generar diversos mecanismos de comunicación y trabajo conjunto con el fin de hacer frente a lo que muchos denominan la peor crisis municipal en años.
Según el consenso de varios concejales presentes, a pesar de las diferencias políticas, en las administraciones anteriores al menos era posible sentarse a conversar. Actualmente, las líneas de comunicación están cortadas con la alcaldesa.
Lo confirma también el testimonio de la concejal Marcela Silva, quien expresó su temor a expresarse pues pesa sobre ella una querella por injurias y calumnias por afirmar que la alcaldesa tiene familiares trabajando en la Municipalidad en una entrevista a Canal 13. Similar situación vive el concejal Ariel Ramos, quien enfrenta una solicitud de destitución por abandono de deberes, luego que el concejal se retirara del consejo molesto por la ausencia de Cathy Barriga en el Concejo Municipal.
Se respiraba optimismo hacia el final de la actividad. Al menos parecía el principio de algo nuevo. Resta aún saber la evolución del trabajo conjunto de las organizaciones sociales, quienes tampoco están exentas de sus propios problemas en la interna y las dificultades propias de distintos intereses cruzados. Sin embargo, esta reunión amplia entre dirigentes y concejales augura para muchos un primer paso en la dirección correcta.
Una de las coordinadoras de Unidad Movimiento Social Maipú, Karin Urrutia, agrega: «reunir seis concejales de diez es sumamente bueno, y además contar con un concejal de derecha es aun más fantástico, esperamos que esto no quede aquí y los concejales cumplan el compromiso por trabajar en un bien común, que es mejorar las condiciones de vida de las y los maipucinos».
Para varios de los presentes el saldo de la jornada era positivo. La frase que se repetía en la conversación final era “Maipú despierta”. La Voz estará atenta al desarrollo de esta gesta y la respuesta de la municipalidad ante estos emplazamientos.
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