Hace unas semanas atrás, desde La Voz de Maipú reportamos que el Albergue Municipal, que este año fue trasladado a la Piscina Municipal, ya no daba abasto. Además, que producto a la crisis sanitaria, se tuvo que reducir su capacidad a 20 usuarios, privilegiando el acceso a las personas adultos mayores, o que tuviera enfermedades de base o movilidad reducida.
En este espacio habilitado para personas en situación de calle, si bien se tomaron las medidas sanitarias preventivas para evitar propagación del coronavirus, como control de temperatura, presión y entrega de mascarillas, estás no fueron suficientes para evitar que ocurriera un brote de COVID-19 en el lugar.
LVDM tuvo acceso al testimonio de trabajadores de Municipalidad de Maipú, quienes conocen la situación del Programa Personas Situación de Calle, quienes nos expusieron irregularidades sobre la forma en que el municipio se ha hecho cargo de esta situación.
Primer caso
Durante la tercera semana de mayo, un usuario del albergue que asiste hace varios años al Programa, llegó a la Piscina Municipal y cuando le tomaron la temperatura, presentó 38.5 de temperatura. Esto alertó inmediatamente a los funcionarios, quienes gestionaron para que fueran a buscarlo en una ambulancia de la salud metropolitana, y lo trasladaron al Hospital del Carmen.
Un par de días después se confirmó que la persona había dado positivo de COVID-19, y que la persona no fue hospitalizada, ya que según el personal del HEC no tenían conocimiento de quera una persona de calle, así que le consultaron que si quería irse a la casa o quedar hospitalizado. El usuario optó por irse del lugar, lo que significó que volviera a la calle. Hasta la fecha no se ha vuelto ha saber donde está.
Esta persona había estado toda la semana resguardándose en las noches con otros usuarios y mantenía cercanía con los trabajadores del Programa Calle.
Brote COVID-19 en el albergue
Tras esto, varios monitores nocturnos comenzaron a presentar síntomas, así que los mismos trabajadores del programa gestionaron con un CESFAM para que les hicieran el PCR. Esto dio como resultado que de los 7 de los monitores nocturnos, 5 salieran positivos, por lo que quedaron todos con licencias.
Luego de esto, los funcionarios del albergue le insistieron a la Dirección de Salud Municipal (DISAM) que también debían hacerle el PCR a los usuarios, hasta que al final accedieron, pero con un tiempo de demora.
Esto concluyó que de las 20 de las personas de situación de calle que asistente al albergue, 8 fueran positivos. Esta situación se complica al saber que estás personas se mantenían en el albergue municipal de 8 PM hasta las 8 AM, pero fuera de ese horario salían a las calles.
Lamentablemente por parte de DIDECO, quisieron bajar el perfil de al asunto, manifestando que podría ser una psicosis colectiva. Pero tras la insistencia de los trabajadores sobre la complicada situación que estaban viviendo, Francisco Parra accedió a darles 14 días de cuarentena para el equipo del albergue.
Ante el brote de COVID-19 en el lugar, recién el 9 de junio la SEREMI de Salud RM asistió al albergue municipal para corroborar la situación, pero sólo dejaron como indicación que las personas debían mantenerse aisladas.
Traslado a una residencia sanitaria
Sin embargo, la situación llegó a un punto mayor el 10 de junio cuando dos de los usuarios contagiados de COVID-19 comienzan una riña entre sí. Uno de ellos quedó con una herida en el ojo y en la mano por culpa de una ataque con una botella de vidrio. El usuario que empezó el conflicto fue expulsado del lugar, mientras el otro fue atendido por el personal de salud del Programa Calle.
Esta última grave situación derivó a que finalmente se gestionara que los usuarios del albergue que eran contagiados debían ser trasladados a una residencia sanitaria. De esto, se trasladaron a sólo 6 personas a una residencia en Buin.
Por su parte, en el albergue municipal se quedaron 5 usuarios, y continúa abierto para recibir nuevas personas de situación de calle.
Aún no hay información de las medidas que se van a tomar cuando le toque a las 6 personas ubicadas en la residencia sanitaria regresar al albergue el día 30 de junio, tomando en cuenta que ya han ingresado nuevos usuarios.