Bullying, acoso y discriminación en el entorno escolar por orientación sexual, identidad y expresión de género

Durante el 2020 en Maipú, la Superintendencia de Educación recibió 25 denuncias graves por bullying en esta área, con una leve mayoría, del 52% provenientes de establecimientos municipales. Siendo, junto con La Florida, Santiago y Puente Alto, de las comunas con más denuncias.

Según las estadísticas de Todo Mejora, organización que vela por «promover el bienestar de niños, niñas y adolescentes que sufren bullying y comportamiento suicida, debido a discriminación basada en orientación sexual, identidad y expresión de género»:

-Un 94,8% escucha comentarios LGBT-Fóbicos en su colegio.

-Un 70,3% sienten inseguridad debido a su orientación sexual.

-1 de cada 10 fue golpeado por su orientación sexual.

-1/3 sufrió ciberbullying debido a su orientación sexual.

El testimonio de Hannah Waymann

Hannah Waymann Meyer es una joven de 20 años, pansexual y trans. Cursó desde 1° básico hasta 4° medio en el Colegio Santiago de La Florida, según su cruda experiencia, relata:

«Tuve hartas agresiones y acoso en el colegio (…) ya sea de parte de compañeros como del cuerpo docente y de administración (…). Muchas veces me pegaron a la salida del colegio (…). Me trataban de maricón, o el mismo Director una vez me dijo que por qué yo era tan florcita».

«También, una vez en 3° medio me pegó un compañero, me pegó un combo, me pegó en la cara y me pegó en el estómago (…). Mi papá me acompañó a ponerle una denuncia y en el colegio me pidieron que no lo denunciara porque quedaba mal parado el colegio, y al final no lo denuncié y me siento muy tonta por eso».

Con respecto a la labor de los equipos de convivencia y docentes al momento de resolver estos problemas, comenta que: «no fueron eficientes, la verdad es que nunca conseguí nada ‘acusando’, no conseguí nada hablando con ningún profe (…) yo nunca me sentí segura en ese colegio (…) siempre me acosaron o me pegaron».

«No les importaba, yo creo que me podrían haber matado y para ellos hubiera sido como una carga menos, como: ‘al fin mataron al maricón’. Sé que suena grave pero así fue».

«Nunca se le tomó la gravedad a la situación. Lo máximo que pasó fue que al compañero que me pegó un combo le pusieron una anotación negativa (…). Nunca hubo justicia, nunca lograron que yo me sintiera segura en el colegio (…), el último año casi ni fui, estuvieron apunto de echarme por inasistencia porque no soportaba estar más ahí».

Las visiones para la resolución de los problemas

Mauricio Pávez, perteneciente al Colegio de Profesores Maipú, evalúa que la situación se ha estado manejando de buena manera y que se ha logrado que los alumnos puedan estar en un espacio seguro y sin mayores complejidades al tratarse de su orientación sexual o identidad de género, gracias al trabajo del cuerpo docente y los equipos de convivencia escolar.

Por otro lado, Bladymir Muñoz, concejal de maipú y presidente de la Comisión de Educación, apunta que hace falta trabajar más para resolver estos problemas:

«En general los colegios no tienen protocolos claros respecto a situaciones de acoso o abuso sexual». Explicando que «en general no cuentan con protocolos de contención [emocional y psicológica]» dado a que el único protocolo que existe es dar aviso inmediato, de parte de un adulto responsable, a Carabineros y PDI, según el concejal.

También indica que en su trabajo con la municipalidad, la intención es poner toda la disposición para acompañar a los colegios en los cambios institucionales que considera que se deben llevar a cabo para que se valore más la diversidad «como un motor de desarrollo social, cultural y político».

Para esto, afirma: «como Comisión de Educación vamos a propender de la corporación de educación tome los lineamientos de trabajo con enfoque de género y disidencias».

También agrega que se evalúa «la posibilidad de que los colegios tengan, desde la primera infancia, trabajos con respecto a la sexualidad inclusiva e integral».

Como también comenta Hannah Waymann: «yo siempre me sentí como el bicho raro de mi colegio, y eso es porque a esos niños [que la violentaban] nadie les enseñó que yo podía sentirme distinta o que ellos podían sentirse distintos, y yo creo que muchos de ellos terminaron hasta el día de hoy muy reprimidos porque nunca les enseñaron que podían ser quienes ellos quisieran y que tenían que respetarlos igual (…). Entonces es importante que exista la medida de enseñarle a los niños educación sexual, sobre identidad de género, sobre la orientación sexual, sobre que hay más personas que no les gusta lo mismo que tú, que no se sienten identificadas igual que tú y que son igual de personas».

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Daira Irribarra Martínez

Estudiante de Periodismo de la Universidad Alberto Hurtado. Maipucina desde siempre, feminista interseccional, amante de los animales, defensora de las disidencias sexuales. Apasionada por el teatro, la literatura, la historia y la música.

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