Tres funcionarios de Carabineros presentaron una querella por homicidio frustrado, acusando que habrían sido agredidos durante la marcha de la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) el viernes pasado en Santiago.
Se trata del sargento primero Patricio Gómez, la sargento segundo Carmen Figueroa y el carabinero Leonardo Quezada. Este último fue el uniformado que usó su arma de servicio contra un joven dejándolo herido, hecho que quedó registrado en un video difundido públicamente.
Tras el uso del arma por parte del carabinero, las autoridades nacionales anunciaron que se inició un sumario administrativo de la institución policial y una investigación por parte del Ministerio Público para aclarar los hechos.
Quezada fue detenido, pero quedó en libertad luego de que la justicia considerara que actuó el legítima defensa.
Cabe recordar que el carabinero no era parte del equipo que estaba trabajando en el control del orden público durante la manifestación, sino que se encontraba dirigiendo el tránsito.
En la querella, según constató La Tercera, Quezada relata que ese día fue requerido para controlar el tránsito en la Alameda desde la 06:30 horas. Si bien su tarea era desviar a los vehículos para que no se encontraran con la marcha, relata que al mediodía se vio complicado por un grupo de encapuchados.
«Desde la Plaza Benjamín Vicuña Mackenna, caminaron alrededor de 60 a 70 encapuchados, vestidos de uniforme escolar, pantalón gris y polerón negro, quienes se ubicaron en el bandejón central de la Avenida O’Higgins, en donde permanecieron unos 10 minutos, para luego y en forma sorpresiva comenzar a correr hacia nosotros lanzándonos piedras y cualquier objeto que tuvieran a la mano«.
Según el relato del funcionario, los encapuchados comenzaron a rodearlo. «Me percato de que mi sargento Gómez quedó atrás, por lo que me di vuelta para buscarlo y un sujeto encapuchado me pegó un golpe de puño, al parecer con una manopla en mi cabeza a un costado de mi ceja izquierda. Caí al suelo inmediatamente y comencé a cubrirme la cabeza con ambos brazos, ya que varios encapuchados se acercaron para propinar golpes de todo tipo«, aseguró Quezada.
«Cuando logré ponerme de pie veo entre 10 a 15 personas a mi alrededor, quienes me continuaban pegando y lanzando objetos, y momentos antes me habían quitado mi bastón retráctil, por lo que ante el miedo de mi integridad física, es que desenfundé mi arma de servicio, revólver, y efectué un solo disparo al suelo. Los individuos se alejan de mí y logro divisar a mi sargento Gómez ingresando a un edificio, al que también hago ingreso», agregó en su relato.
En la misma querella, los carabineros implicados detallaron que ese día sufrieron hematomas y contusiones en brazos, dorsal, manos y otras lesiones.
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